SUICIDIO, PALABRA USADA MUY ALEGREMENTE POR PERSONAS DE TODA EDAD Y
DE TODA CLASE SOCIAL.
Esto
está sucediendo a nivel mundial y, en lo que los psicólogos coinciden es que,
la culpable es la VIOLENCIA.
VIOLENCIA en
los cuarteles militares, con chicos obligados a hacer ejercicios extenuantes.
VIOLENCIA en
los colegios. Colegiales temerosos por sus malas notas.
VIOLENCIA en
los hogares por la situación económica y la falta de amor entre esposos e
hijos.
El
suicidio, también últimamente ha crecido desmedidamente debido al alcohol sin
control.
SUICIDIO, palabra
gravísima para el católico y para cualquier ser humano que estime en algo el
cuerpo que le regaló Dios que se convierte en templo vivo de Dios Espíritu
Santo.
TESTIMONIOS
(1) Varios
años atrás me encontré con una amiga que me pidió que orara por ella. Pregunté
porque y me dijo: “solamente ora” Cumplí con
el pedido y le dije a Dios que tenía una amiga en problemas y, que Él, como podía
entrar en su corazón, la ayudara, porque yo no sabía de qué se trataba. Luego
nos volvimos a encontrar y la invite a una jornada. Llegó muy temprano, primera
vez que iba, le dije que se sentara adelante en la segunda fila para que no se
perdiera las enseñanzas.
Salió
el sacerdote y, en un momento muy especial, la llamo por su nombre que tenía
escrito en una etiqueta pegada al pecho y le dijo: “HOLA…”
No se imaginan ustedes lo que significó para ella ese “HOLA” en ese preciso momento. Se estaba
despidiendo, había decidido SUICIDARSE, porque
en su hogar era como un fantasma, nadie la miraba, nadie le decía “HOLA”, era como si no existiera, a nadie le
importaba si estaba triste, alegre o si le sucedía algo.
Me
contó que cuando escuchó la palabra “HOLA” estaba
mentalmente rajando del cura, al que usaba como chivo expiatorio, quizás por no
hacerlo con Dios, al que culpaba de su injusta vida. Ese “HOLA” la hizo volver a la realidad y quitó sus
ansias de suicidarse… era Dios, a través de su hijo predilecto - el sacerdote -
el que le decía “HOLA… SI NADIE TE AMA… YO SÍ”
(2) Otro
testimonio… Me vino de repente la necesidad de llamar por teléfono a una amiga
de grupo y así lo hice. “Alo, calma, tranquila, que
te pasa” Estas fueron más o menos las palabras que recuerdo dije cuando
ella me contestó. ¿Por qué las dije?... no
sé. Mejor dicho, creo saber quién fue. Dios muchas veces usa de muchas cosas o
personas para llegar a sus hijos que ama, y creo que fue una de esas.
Mi
hermana de grupo había tenido una fuerte y violenta discusión en su hogar, de
donde prácticamente le dijeron que se largara, y la depresión (el demonio
disfrazado), causa de muchos suicidios rondó por su cabeza, decidió tirarse de
un puente cuando… recibió mi llamada. Ella vivía con su padre y hermanas.
Jesús
le decía: “Alo, calma, tranquila, que te pasa” YO
TE AMO, CONFIA EN MI, YO TE LIBERARE.
Hace
unos días me encontré con ella, se había casado y estaba con su linda niña… me
alegró mucho volverla a ver y… sobre todo contenta. Nuestras miradas se
cruzaron en silencio como recordando lo sucedido… Ella actualmente comparte con
un grupo de Jornadas y Retiros.
GRACIAS SEÑOR – GRACIAS MARÍA SANTÍSIMA POR USARME COMO INSTRUMENTO
José Miguel Pajares Clausen
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