miércoles, 12 de junio de 2019

¿ES BÍBLICA LA CONFESIÓN?


¿LAS SAGRADAS ESCRITURAS HABLAN SOBRE EL SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN?

Por: Luis Lira Merlo | Fuente: estaeslafe.blogspot.com
El apóstol San Juan dicta una verdad clave, si confesamos nuestros pecados Dios nos perdonará (1 Juan 1:9). La misericordia de Dios es tan grande que no existe pecado que Él no pueda perdonar siempre y cuando este ha sido confesado (A excepción del pecado contra el Espíritu Santo, que es negar la gracia de Dios para salvarnos, Mateo 12:22-37)

La Biblia nos da muchas referencias a la confesión, por ejemplo en el libro de Proverbios 28:13 es claro en afirmar que el que no confiesa sus pecados no prospera. ¿Realmente quieres prosperar en tu vida espiritual? entonces debes acudir a la confesión.

Sin embargo cabe una pregunta más: ¿La confesión es directa con Dios o con un sacerdote?

Veamos para eso qué dice el Apóstol San Santiago 5:14 -16

Esta no es una sugerencia, es una orden que da el que fue Obispo de Jerusalén, el Apóstol Santiago, Llamen al Presbítero ¡Confiesen sus pecados unos con otros! Dejando entrever que la confesión no es directamente con Dios a como muchos creen, es con otra persona.

Pero, ¿Qué poder tiene un sacerdote para perdonar pecados? Si sólo Dios perdona los pecados ( Marcos 2:7 ).

Precisamente solo el Padre puede hacerlo y Jesús porque Jesús es el Hijo de Dios, Así dijo de sí mismo: "El Hijo del hombre tiene poder de perdonar los pecados en la tierra" (Marcos 2:10) y él ejerce ese poder divino: "Tus pecados están perdonados" (Marcos 2:5; Lucas 7:48). y luego lo trasmite con el poder del Espiritu santo al al momento de resucitar, escrito en el Evangelio según San Juan 20:21-23

Este poder otorgado por Jesús, no lo dio a todo el mundo, ni a todos los creyentes, sino a sus discípulos, y sus discípulos al encomendar presbíteros y obispos, les transmitieron este poder. Y para saber que pecados se deben perdonar y cuales ocupan retener es necesario confesarlos, de eso no hay duda. Por eso en la absolución el sacerdote levanta sus manos, señal de adoración al Espíritu Santo.

PERO, ¿QUÉ SUCEDE SI NO CONFIESO TODOS MIS PECADOS?
Leer del Libro de Levítico 5:5
Debemos de confesar TODOS nuestros pecados, no solo algunos, sino cada falta cometida, solamente así obtendremos el perdón, además esa confesión debe de ser motivada por el arrepentimiento y el firme propósito de no volverlo hacer. No es cuestión de que hoy vamos a la disco a beber y mañana nos confesamos. No, la confesión no funciona así.

¿QUÉ NOMBRES RECIBE ESTE SACRAMENTO?

Esto lo explica magistralmente el catecismo de Nuestra Iglesia:
- Se le denomina sacramento de conversión porque realiza sacramentalmente la llamada de Jesús a la conversión (cf Marcos 1:15), la vuelta al Padre (cf Lucas 15:18) del que el hombre se había alejado por el pecado.

- Se denomina sacramento de la penitencia porque consagra un proceso personal y eclesial de conversión, de arrepentimiento y de reparación por parte del cristiano pecador.

- Se le denomina sacramento de la confesión porque la declaración o manifestación, la confesión de los pecados ante el sacerdote, es un elemento esencial de este sacramento.

En un sentido profundo este sacramento es también una "confesión", reconocimiento y alabanza de la santidad de Dios y de su misericordia para con el hombre pecador.

- Se le denomina sacramento del perdón porque, por la absolución sacramental del sacerdote, Dios concede al penitente "el perdón [...] y la paz" (Ritual de la Penitencia, 46, 55).

- Se le denomina sacramento de reconciliación porque otorga al pecador el amor de Dios que reconcilia: "Dejaos reconciliar con Dios" (2 Corintios 5:20). El que vive del amor misericordioso de Dios está pronto a responder a la llamada del Señor: "Ve primero a reconciliarte con tu hermano" (Mateo 5:24).

Así que te invitamos a confesarte, sabemos que puede parecerse vergonzoso, pero esa pena que experimentamos nos debe de recordar la mirada constante de Dios sobre nosotros, y es precisamente ahi, cuando pecamos frente a sus sagrados ojos cuando debemos de experimentar la mayor vergüenza posible.

¿Alguna vez había comprendido que la Confesión proviene del don del Espíritu Santo? ¿Quiero vivir realmente según el Espíritu de Dios? ¿Intentaré acercarme más frecuentemente al sacramento de la confesión? ¿Qué me lo impide?

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