jueves, 16 de mayo de 2019

TESTIMONIO – CARTA DE FLOR PARA LOS QUE AMA


Nos unimos porque nos amábamos y Dios Nuestro Señor bendijo esta unión.

Tú fuiste la pareja que Él me escogió. Vivimos entre las buenas y las malas como fue nuestra promesa, en el dolor y en el gozo estuvimos juntos. Ahora nos toca separarnos y esto ya lo sabíamos al casarnos, ¿recuerdas? ¡Hasta que la muerte los separe!

Te toca a ti, ahora que no estaré más, buscar quizá, a quien el Señor te ponga para acompañarte.

Me gustaría que pienses que estoy de acuerdo y que estoy deseándolo para que no te quedes solo. Yo tengo la suerte de haber viajado a mi Creador primero, y sé que tu también lo harás algún día, solo quisiera que no estés solo y te toque una buena pareja que te sirva de compañía.
Desde aquí pediré a Dios por ti y si Él me lo permite, trataré siempre estar cerca para poder ayudarte hasta que ya no me necesites más.

Acércate siempre a Dios y a sus caminos para que algún día tú también puedas gozar de su gloria. Recuerda que la pena no es buena, así que, recuérdame con alegría. Recuerda siempre, solamente los momentos bonitos que pasamos, las cosas agradables que nos sucedieron y todo lo que, con la gracia de Dios, unidos logramos.

Creo que cumplimos y logramos ser una familia, ahora te toca a ti continuar, corrigiendo lo que no pudimos lograr, tiempo tienes, yo… ya no.

Y a ustedes mis hijos, ya no me verán más pero sé que me sentirán sin verme. Soy como su angelito de la guarda, esa dulce compañía que algunos invocan en sus oraciones, mi corazón palpita en el suyo y mi sangre quedó en el torrente que circula por sus venas. Sus voces son mi voz, y en su aliento mi alma vuelve a la Tierra. Yo sigo dejando mis besos en sus mejillas… cuando de pronto sientan un calorcito, soy yo, que desde aquí los sigo estrechando entre mis brazos. Hijitos, ustedes son esa parte de mi que quedó sobre la Tierra, son pedacitos de carne de mis entrañas que allí se quedaran, hasta que nuevamente se unan a mí.

Por ustedes pediré al Señor cuando me convierta en luz y pueda gozar de Él… ustedes pidan por mí para que esto pronto suceda.

No se apenen por mí, yo estoy mucho mejor de lo que se pueden imaginar, sé que aquí es donde mejor se puede estar y que pronto veré a mi Creador. No me defrauden, sigan las huellas de Jesús para podernos encontrar algún día, y así veré con orgullo que no viví en vano, porque ustedes también lo aman como yo los amo.

No me busquen más en las cosas, búsquenme en el Corazón de Jesús o en el Corazón de María, que es donde siempre estaré, y si quieren visitarme, vayan donde saben ustedes que siempre esta Dios, en el Sagrario de cualquier Iglesia, y cada vez que comulguen, ahí estaré yo.

Si desean sentirme, solo recen un Padre Nuestro y cuando digan ¡Venga a nosotros tu Reino!... yo vendré en Él.

Ahora, me despido, porque me voy a los brazos de María, mi Madre Santa del cielo… así me lo prometió.

Hijitos, los amo en el Señor, y desde aquí reciban mi bendición.

Flor.

José Miguel Pajares Clausen

No hay comentarios:

Publicar un comentario