Un juez de la Corte Suprema de EE.UU establece por primera vez relación
entre aborto y eugenesia.
El juez Clarence
Thomas ha sido el primer juez en la historia de la Corte Suprema que ha
documentado en detalle los orígenes eugenistas del aborto en Estados Unidos. Lo
ha hecho en un escrito concurrente a la última decisión de la Corte sobre una
ley del estado de Indiana.
(InfoCatólica) Ante la proliferación de leyes anti-abortistas
en Estados Unidos, la Corte Suprema se
ha resistido por el momento a entrar en el fondo de la cuestión, que
implicaría una confirmación o revisión de la histórica sentencia Roe v Wade que
supuso la legalización del derecho a abortar en el país norteamericano.
El último ejemplo de ello es
su sentencia que considera constitucional una parte de una ley de Indiana, anulada por un tribunal
federal, que obliga a tratar los restos de un aborto como restos humanos
-lo cual implica que deben ser enterrados o incinerados- pero no se pronuncia
sobre la otra sección de la ley que implica la prohibición de abortar por causa
de anomalía fetal, sexo o raza. El Tribunal explica que sigue su «práctica
habitual de negar peticiones en
tanto que suscitan cuestiones legales
que no han sido tenidos en consideración por otras cortes de apelaciones».
Sin embargo, el magistrado
Clarence Thomas, de clara tendencia conservadora, adjuntó a la sentencia un
escrito de 20 páginas en el que sostiene que la
Corte tendrá que pronunciarse en algún momento sobre lo que califica como «abortos eugenésicos».
THOMAS ESCRIBE:
«La decisión del
Tribunal de permitir una mayor percolación (ndr:devolver el caso a
instancias judiciales inferiores) no debe interpretarse como un acuerdo con
lo dispuesto. La consagración de un
derecho constitucional a abortar basado únicamente en la raza, el sexo o la
discapacidad de un niño por nacer, como platean los defensores de
Planned Parenthood, convertiría en
constitucionales las opiniones del movimiento eugenésico del siglo XX.
En otros contextos, la Corte ha sido entusiasta al reivindicar los derechos de
las personas sujetas a discriminación, incluso potencialmente, por raza, sexo y
discapacidad».
Y AÑADE:
«Aunque el Tribunal se niega a meterse en
estos temas hoy, no podemos evitarlos para siempre. Habiendo creado el
derecho constitucional a abortar, este tribunal tiene el deber de abordar su
alcance. En ese sentido, es fácil comprender por qué el Tribunal de Distrito y
el Séptimo Circuito recurrieron a Casey para resolver una cuestión no abordada.
¿A dónde más podrían recurrir? La propia Constitución guarda silencio sobre el
aborto».
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