sábado, 4 de mayo de 2019

"LA IGLESIA PROHIBÍA EL TABACO"


ASADO PARA VEGANOS, CAFÉS DESCAFEINADOS Y LECHES SIN LACTOSA.

Los habitantes de la posmodernidad, que estamos acostumbrados a la cualidad sin la forma, al aparecer sin el ser y al círculo cuadrado, hemos descubierto que el cigarrillo hace mal.
Claro; hace mal. Pero tampoco es un crimen.
Si hoy resulta que, si uno saca un cigarrillo parece que haya desenfundado un revólver…
“Está mal fumar” –dice el progre- mientras luego aprueba la marihuana.
Lógica progre que le dicen…
Bueno, el punto está en que, apenas descubierto el tabaco en América, gran parte de Europa lo prohibió por temor a sus posibles efectos.
También España lo hizo, pero sólo durante siete años, mientras que en el resto de Europa la prohibición tolerada duró dos siglos.
¿Y la Iglesia? Miren cómo y qué prohibía la Iglesia por medio de una bula dictada por el Papa Urbano VIII en 1624 (evidentemente tenía razón):
 “No hace mucho que se nos ha informado que la mala costumbre de tomar por la boca y las narices la yerba vulgarmente denominada tabaco, se halla totalmente extendida en muchas diócesis, al extremo que las personas de ambos sexos, y aun hasta los sacerdo-tes, y los clérigos, tanto los seculares como los regulares, olvidándose del decoro propio de su rango, la toman en todas partes y principalmente en los templos de la villa y dióce-sis de Hispale (Sevilla), sin avergonzarse, durante la celebración del muy santo sacrificio de la misa, ensuciándose las vestiduras sagradas con los repugnantes humores que el tabaco provoca, infestando los templos con un olor repelente -con gran escándalo de sus hermanos que perseveran en el bien- y aparentando no temer en nada la irreverencia de las cosas santas (…). Por medio de la presente, pongamos en entredicho y prohibamos en consecuencia, a todos en general y a cada uno en particular, a las personas de uno y otro sexo, a los seculares, a los eclesiásticos, a todas las órdenes religiosas y a cuantos formen parte de una institución cualquiera de esa naturaleza, el tomar tabaco bajo los pórticos y en el interior de las iglesias, ya sea mascándolo, fumándolo en pipa o aspirándolo en polvo por la nariz; en fin, usarlo en cualesquiera formas que sean”.
Es que no queda muy bien fumar dentro de la Iglesia y, menos, celebrando Misa.
P. Javier Olivera Ravasi, SE

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