En primer lugar
tomad conciencia de que el Santo Matrimonio no es cosa vuestra.
Por: Padre Francisco Javier Domínguez | Fuente: http://www.adelantelafe.com
De la Carta del Apóstol San Pablo a los romanos
(12,9-12): Que vuestra Caridad no sea una farsa; aborreced lo malo y apegaos a
lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los
demás más que a uno mismo. En la actividad, no seáis descuidados; en el
espíritu, manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor. Que la esperanza
os tenga alegres; estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración.
- En
primer lugar tomad conciencia de que el Santo Matrimonio no es cosa
vuestra. Es Dios el que os necesita unidos para hacer un gran bien en este
mundo. Es Dios el que cuenta con cada uno de vosotros y por ello nunca os
faltará su gracia para vivirlo conforme a los planes que Dios tenga para
vosotros. No sois dos, sois tres. Y Dios es el centro. Siempre que lo
quitéis del centro, el mundo se pondrá en su lugar y vuestro Santo
Matrimonio peligrará.
- El
contraer Matrimonio es una llamada que Dios os hace a la SANTIDAD. Es
decir, una gran responsabilidad. Tenéis que ser desde vuestro matrimonio
luz del mundo y sal para la tierra. Vuestro mundo y vuestra tierra en
primerísimo lugar será vuestro hogar, los hijos… Los que se acerquen a vuestro
hogar tienen que llevarse la luz de Dios, vuestra oración, el amor, el
perdón… Tenéis que ser TESTIGOS de
Cristo muerto y resucitado.
- Para
ser un matrimonio Santo es importantísimo que seáis un hombre y una mujer
de oración, personas profundamente metidas en el Corazón de Cristo. Y
personas profundamente acostumbradas al sacrificio, a la abnegación, al
saber bajar la cabeza, saber ceder por el otro, saber bajar la cabeza por
que haya paz en el hogar. Evitar siempre la división del hogar. El demonio
siempre quiere cargarse la unidad familiar, por ello luchad por ella con
uñas y dientes.
- Sed muy
transparentes el uno con el otro, no guardaros nada. Todos somos humanos e
imperfectos. Nunca escandalizaros por las meteduras de pata que ha podido
hacer el otro. En las mismas circunstancias cualquiera podría haber caído
también. Hay que saber perdonar y esperar. Cada uno tiene su tiempo de
maduración, de darse cuenta de las cosas. Hay que tener MISERICORDIA ante las pobrezas del otro. Por
ello NO TARDAR en buscar un padre
espiritual para vuestro matrimonio, un sacerdote de buena doctrina que os
ayude a crecer, a madurar y a ser mejores cristianos; y que lo tengáis
disponible para confesaros en cualquier momento que lo necesitéis.
- Ponte
muchas veces en el lugar del otro. No pienses solo en ti. Piensa en las
necesidades del otro antes que en las tuyas. Cada uno tiene que ser el
último para que el matrimonio sea feliz. Y estad siempre dispuestos a
cargar con las cargas del otro.
- Confesaros
con un sacerdote como muy tarde una vez al mes, y si podéis todas las
semanas mucho mejor. En la Confesión Dios derrama una gracia muy especial
y da os da luz y fuerza para caminar por el bien.
- Compartid
juntos un paseo, una película en el cine, una cena, una conversación… Pero
solos. Cuando tengáis hijos dejadlos de vez en cuando con los abuelos o
con unos buenos amigos. Tened tiempo para vosotros. Interesaos por
vuestras cosas. Vuestras luchas, vuestras ilusiones, vuestros
sufrimientos, vuestras alegrías… es muy importantes que las compartáis. En
el matrimonio hay que hablar mucho. Cuando se deja de hablar de lo que
llevamos dentro el amor se debilita. En cambio la ilusión por sorprender
al otro, por saber que le gusta, que le ocurre… Es buena tierra para un
Matrimonio Santo.
- Estad
muy unidos por la fe. Y nuestra fe se alimenta de muchas maneras, pero
especialmente en la Santa Misa Dominical. No faltéis nunca juntos a la
Santa Misa, y sentaros juntos. No haced como esos matrimonios que ya no se
quieren y se sientan cada uno en una esquina de la iglesia. Vosotros
juntos. Para juntos alimentaros de la Palabra y de la Eucaristía.
- Todas
las mañanas de rodillas ante Dios, haced la señal de la Cruz y poned
vuestra familia bajo la protección de la Trinidad Santísima. Besad el
suelo y decid: Serviam (Te serviré Señor). Haced el ofrecimiento de obras.
Y pedid el auxilio de la Virgen y el acompañamiento de vuestros ángeles de
la guarda. Poneros agua bendita.
- Que no
haya una noche que os vayáis a la cama sin daros un beso, hacer examen de
conciencia y rezar tres Ave María en Cruz que son prenda de salvación
eterna y además lo ofrecéis por la Pureza, la conversión de los pecadores
y la Salvación del mundo. Y no os vayáis nunca a dormir enfadados. Antes
de ir a dormir todos en el hogar deben estar Reconciliados y en la Paz del
amor. Rociad la cama y vuestras frentes con agua bendita.
- Es muy
importante que al menos una vez a la semana vayáis juntos al Sagrario, y
allí de rodillas frente al Señor, postrados ante Dios, pedid que se fortalezca
vuestro matrimonio, pedidle perdón por si no le estáis dando toda la
gloria que tenéis que darle con vuestra unión, encomendad a vuestros
hijos, a vuestras familias… Y terminad con esta oración: Dios mío, yo
creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no
adoran, no esperan y no os aman. Santísima Trinidad, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo
Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los
sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e
indiferencias con que Él mismo es ofendido. Por los méritos infinitos de
su Santísimo Corazón y del Corazón Inmaculado de María, os pido la
Conversión de los pobres pecadores. Te pido en especial: Por el Papa y sus
intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por todos los hogares
de Marismillas, por nuestro párroco y sus intenciones…Y tras rezar un
ratito, llevaros vuestros nuevos testamentos (de la misma edición) y leed
al menos un capitulo abierto al azar.
- Todos
los Domingos al atardecer ante un pequeño altar en vuestro hogar donde
haya una Biblia, un Crucifijo, Agua Bendita y una fotografía de la Virgen,
haced vuestra consagración y la de toda la familia al Sagrado Corazón de
Jesús y al Inmaculado Corazón de María. Invocad al Espíritu Santo sobre
vuestro hogar. Y pedid la protección de la Santísima Trinidad sobre
vuestra familia. Los sábados rezad juntos frente a la fotografía de la
Virgen una Salve.
- Cada
día rezad del Santo Rosario en familia. Este será el arma más poderosa
para vuestro matrimonio y vuestra familia. El demonio os tentará con mil
líos, problemas, cansancio… Pero ahí os lo jugáis todo. Aunque sea un solo
misterio, ni un día desde que os caséis dejad de rezar el Santo Rosario.
- Recordad
que lo más importante en el hogar es la unión del matrimonio. Si vosotros
no os queréis vuestros hijos no serán felices, si vosotros no os perdonáis
vuestro hijos no serán felices…Vuestros hijos tienen que ver que os amáis,
que os dais un abrazo de vez en cuando, que tenéis palabras de respeto y
cariño entre ustedes, que os preocupáis el uno del otro. No martiricéis a
vuestros hijos con la frialdad. Los pollitos tienen que crecer en el calor
del hogar, y el calor del hogar es el cariño, la comprensión.
- Que
nunca os vean vuestros hijos mentir, hablar con brusquedades, decir
palabras feas… Vosotros seréis los maestros de vuestros hijos, y si no
sois buenos maestros creareis pequeños monstruitos llenos de odios y
rencores. Si os ven perdonar ellos perdonaran, si os ven amar ellos
amaran… Y nunca pongáis a los hijos en contra del otro, eso es una locura
que trastorna a los niños. Los padres tienen que ser una sola educación,
una sola directriz, un solo plan… Las deliberaciones en la intimidad. A
los hijos razones claras y firmes.
- Nunca
hablad con vuestras respectivas familias de vuestros problemas o
situaciones matrimoniales, ni con los amigos. Las cosas del matrimonio y
el hogar, en casa se queda. Si no, luego corre peligro la unión del
matrimonio con el resto de familia y amigos. La familia y los amigos son
para quererlos no para desahogarnos con ellos sobre los problemas de la
intimidad del hogar. Tened un padre espiritual que os ayude en los
problemas.
- Sed un
matrimonio generoso. No pongáis medios anticonceptivos en vuestra relación
conyugal, que eso pone muy triste al Señor. Asesoraros sobre los medios
naturales. Y además, Dios bendice a las familias con cada hijo que llega.
No tengáis miedo, sed valientes y Dios os recompensará. Nunca os faltará lo
necesario. Rezad y ofreced muchos sacrificios para que se dejen de cometer
los abortos, que son crueles asesinatos que dañan mucho el corazón del
Señor y la Virgen.
- La
Salvación de vuestro hogar se juega en gran parte en que seáis un hombre y
una mujer de Dios, nunca dejéis de rezar por la conversión de cada uno de
los que formáis el hogar.
- Que
siempre crezcan vuestros hijos sabiendo que sus padres ejercitaban la
caridad con los más pobre, los enfermos… los más débiles. Bendecid siempre
la mesa antes de comer: SEÑOR BENDICE ESTOS
ALIMENTOS Y A QUIENES LOS HAN PREPARADO, DALE PAN A LOS QUE TIENEN HAMBRE
Y DANOS HAMBRE DE TI A LOS QUE TENEMOS PAN. POR JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR.
AMÉN.
- Sed
positivos, alegres. No critiquéis. Amad a vuestros enemigos y perdonadlos
con el perdón del Señor.
- En la
circunstancias difíciles, cuando las cosas cuestan sacrificio… Ofrécelo al
Señor y a la Virgen: Oh Jesús, es por tu amor, por la conversión de los
pecadores, por las benditas almas del purgatorio, por la santidad de los
sacerdotes, por las familias cristianas y en reparación por los pecados
cometidos contra tu Sagrado corazón y el Inmaculado Corazón de María.
- Cuando
nos faltan las fuerzas para llevar a cabo algún trabajo, alguna
penitencia, alguna abnegación: POR TU GRACIA
SEÑOR Y CON LA FUERZA DE TU ESPÍRITU SANTO… Que yo pueda hacer tal
cosa, que yo pueda soportar esa otra…
- Recordad
que cada día en esta tierra nos estamos jugando el cielo o el infierno, no
tenemos más tiempo que el que pasemos en esta tierra para decidir donde
pasaremos toda la eternidad.
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