¿Qué debe primar, la
voluntad del paciente, llevada hasta sus últimas consecuencias, o la ética
médica de mantenerlo con vida? El eterno dilema resurge a raíz del caso de una joven de unos 20 años que se debate entre la vida y la muerte en
el hospital San Jorge de Huesca (España), según informa María José Villanueva
en Heraldo de Aragón. Más allá, habría que cuestionar la negativa “religiosa” a las transfusiones de sangre por
parte de una secta, los testigos de Jehová, que manipula a través del miedo.
La chica necesita una
trasfusión de sangre, pero en su
testamento vital rechazó este tratamiento por motivos religiosos, algo que
tienen que respetar los sanitarios. De hecho, un juez ha emitido una
resolución en la que se decanta por el derecho del paciente a decidir.
COMA INDUCIDO Y TESTAMENTO VITAL
La joven se encuentra en la Unidad de Cuidados
Intensivos y está en coma inducido. Esta situación se mantiene
desde hace varios días. Al parecer, tuvo que ser intervenida quirúrgicamente y
su situación se agravó con una peritonitis. Surgieron complicaciones que
aconsejaron provocarle el coma.
Su estado
clínico requería una transfusión de sangre. Como está inconsciente, no se le puede consultar. No obstante, el
tratamiento se ha topado con un obstáculo que parece insalvable: la paciente, que es testigo de Jehová, hizo testamento
vital y, siguiendo los preceptos de su religión, dio instrucciones precisas respecto a las transfusiones. El
documento figura en los registros de voluntades anticipadas que el equipo
sanitario está obligado a consultar.
SU FAMILIA NO PUEDE HACER NADA
Aunque al parecer suscribió el
testamento vital hace solo unos meses, era mayor de edad y se considera que era
una persona capaz. Su familia ha
intentado revertir la situación para salvarse le vida, hasta el punto de que ha
acudido al juzgado, pero la demanda se ha desestimado.
El juzgado de guardia de
Huesca ha dictado un auto en el que considera que no se ha cometido ningún
delito porque la Ley de Autonomía
del Paciente reconoce el derecho del enfermo a que se respete su testamento
vital y su negativa a someterse a determinados procedimientos
médicos, según fuentes judiciales. La Fiscalía ha dado el visto bueno a la
resolución y no la ha recurrido.
LAS ÚLTIMAS VOLUNTADES
Aragón tiene más de 8.328 documentos
de voluntades anticipadas. Desde 2003 está activo el Registro de Voluntades
Anticipadas, que en 2007 se sincronizó con el Registro Nacional de
Instrucciones Previas. Un 7,5 % tienen motivaciones religiosas y rechazan
expresamente los tratamientos hemoterápicos.
Sirve para que cuando una
persona está imposibilitada para manifestar su voluntad, el equipo sanitario
cumpla su voluntad. El testamento vital lo puede hacer cualquier persona mayor
de 18 años, cumplimentando un modelo disponible en la web del Salud, ante
notario o ante dos testigos (uno sin relación de parentesco ni vinculación
patrimonial).
UN CASO ANTERIOR EN ARAGÓN
En 2008, un testigo de Jehová murió en el hospital
Clínico de Zaragoza por rechazar una trasfusión. Era mayor de edad y en este
caso estaba consciente, pero había hecho testamento vital, como la joven de
Huesca, especificando que no quería recibir tratamientos hemoterápicos.
El rechazo de los testigos de
Jehová a recibir transfusiones es uno de los principales puntos de conflicto
entre el deber de los médicos de preservar la vida y la libertad religiosa, y
ha sido origen de polémica. Sus
adeptos alegan razones religiosas, apelando a que tanto el Antiguo como
el Nuevo Testamento mandan abstenernos de la sangre.
El caso de la joven que está
en coma en el hospital San Jorge de Huesca no es excepcional. “Hemos tenido otros similares
en el último año”, indicaron
fuentes médicas del centro, para añadir que “cuando
hay un testamento vital de por medio, el juez siempre dictamina que debe primar
la voluntad del paciente”.
También es habitual, añadieron
las mismas fuentes, que no siempre la familia esté de acuerdo con la voluntad
expresada por el paciente. “Pero si los más
allegados opinan otra cosa, algunos enfermos recurren a un tutor, para no tener
problemas, que es el que decide”.
Según la ley, cuando uno no
puede expresarse por sí mismo o hay dudas en la interpretación del documento de
voluntades anticipadas, es el representante designado por el paciente el
interlocutor válido para hablar con el equipo médico y el que toma las
decisiones en su nombre, teniendo en cuenta los deseos expresados.
La transfusión de sangre no
siempre es urgente y vital, pero ante un cuadro séptico como el que puede
provocar una peritonitis, aparece una anemia que aconseja un tratamiento
hemoterápico. En caso de no aplicarse el estado del paciente se va agravando.
Secretaría RIES
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