viernes, 8 de marzo de 2019

ONCE MONJAS, ONCE (Y LAS MILES QUE NO HICIERON HUELGA)


Llevamos días en los que se ha hecho famosísimo un video en el que once religiosas españolas hacen propaganda feminista y a favor de la huelga y la manifestación de hoy en favor de los derechos de la mujer.
No sé cuántas veces lo pondrán en la tele y lo sacarán los diarios. Once monjas, once, como en los mayores y más típicos festejos, extraordinarios, eso sí, como el de hoy, por eso más de seis, de la prestigiosas ganaderías de la progrez y la más rabiosa modernidad, encaste podemos, que serán acompañadas en su lucha por toreros y toreras, banderilleros y banderilleras de reconocido prestigio: Lucía de la Pampa, Teresa de los forcados portugueses, Ángel el pacífico, Jesusín el Asaz, José Manuel de la clerecía, así como de una nutrida compañía de monosabios y monosabias, picadores y picadoras, puntilleros y puntilleras de valor demostrado y hombría y mujería fuera de toda duda y dudo.
Esta corrida (o corrido, llamen a los mariachis) no es de sangre y muerte. No. Es festejo lúdico – festivo – piadoso – cuaresmal – itinerante y prepascual en el que reses y resas, lidiadores y lidiadoras, confraternizarán a mayor honra de los estrógenos a los acordes de Imagine, Viva la Gente y Gracias a la Vida, entre nubes de incienso, cuencos tibetanos y luces siempre moradas. Algún troglodita es capaz de decir, a la vista del color de las luces, que si no estarán haciendo el lila. Mala gente, que la hay.
ONCE MONJAS, ONCE.
En España más de treinta mil consagradas entre religiosas de vida activa y monjas de clausura. Me dicen mis fuentes secretas que las Misioneras de la Caridad no piensan hacer huelga (las de santa Teresa de Calcuta, ya saben). Las Hijas de la Caridad del comedor de la calle Martínez Campos me dicen que seguirán con su tarea como todos los días. Informaciones de última hora confirman que las de Iesu Communio continúan rezando como si tal cosa.
Hace un rato he celebrado misa en una residencia de ancianos. Las Hermanas Catequistas han estado animando la celebración y acompañando a los mayores como siempre. No hacen huelga. No tienen tiempo. Tampoco parecen especialmente sensibilizadas y comprometidas con la causa del feminismo las carmelitas descalzas, las clarisas, las del Císter o las bernardas. Ya saben. No van a comparar a esas rancias, sometidas al machismo y a la opresión patriarcal con las comprometidas Teo, Pepa, Maite, Concha o Macu. Esto es lo que hay.
Los hay que dirán que menos mal que las monjas van espabilando y ya hasta salen en videos combatiendo el heteropatriarcado, la Iglesia machista y opresora y la esclavitud estructural de siglos. Otros, en su igualmente justo derecho a la libertad de expresión, aunque desde su machismo, la falta de sentido del día de hoy, y evidentemente una fuerte dosis de mala leche, dicen que prefieren ¡pásmense ustedes! a las carmelitas rezando, y que hizo más santa Teresa de Jesús por la liberación de la mujer que todas estas gritonas de morado (estamos en cuaresma, debe ser por eso) que se piensan que a mayor volumen de decibelios, más razón tienen, y que la fuerza del argumento está en proporción al volumen de las domingas en libertad.
Para cambiar y reformar la Iglesia, la de Ávila no necesitó quitarse la toca. Es lo que pasa cuando hay argumentos de peso y santidad a prueba. Y lo contrario. 
Jorge González

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