En la Pasión según san Mateo, Bach coloca un aria titulada “So ist mein Jesus nun gefangen” que canta con
tristeza el hecho de la captura de Cristo en el Huerto de los Olivos.
Es una música lenta que intenta
transmitir el llanto por la captura y por todo lo que va a suceder. El que
quiera escucharla puede hacerlo aquí. Pero aconsejo escucharla tras el segundo
link:
Porque esta música luctuosa, de
pronto, repentinamente, se rompe en un estallido de furia: la furia de los
cielos.
Es una pieza que dura menos de un
minuto y medio, pero esta, esta justamente, ha sido considerado, con toda
razón, como uno de los momentos musicalmente más impresionantes de toda la
música vocal de la Historia. Me estoy refiriendo al famoso coral “Sind Blitze, sind Donner”. La podéis escuchar
aquí:
Are lightning and thunder
extinguished in the clouds?
Open the fiery abyss, O Hell,
crush, destroy, devour, smash
with sudden rage
the false betrayer, the murderous blood!
Bach abordó el tema de la ira de
Dios no desde la teología, sino desde la música. Su música, indudablemente, es
teología hecha música. Tuvo un don, se le concedió de lo alto.
Ningún autor fascina tanto a los
grandes teólogos germanos como Bach. Y eso que muchos lo han intentado después
de él. Pero es la música de Johan Sebastian no es una vulgarización de la
teología, no es una expresión popular de los grandes conceptos. Al contrario,
él es la inspiración de los teólogos. En su música late una teología que eleva
su obra a la categoría de música teológica.
P. FORTEA
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