La justicia rusa condenó ayer,
6 de febrero, a un miembro danés de los testigos de Jehová a seis años de cárcel por “extremismo”, en
un primer fallo de este tipo desde que la secta fue prohibida en 2017 en Rusia, según
informa Swiss Info.
Dennis Christensen fue juzgado
durante casi 10 meses en Oriol, una pequeña ciudad situada 400 km al sur de
Moscú. Yaroslav Sivulskiy, un portavoz en Rusia de los testigos de Jehová,
indicó que la organización tiene
la intención de apelar. “Lamentamos
la condena de Dennis Christensen, un hombre inocente que no ha cometido ningún
verdadero crimen”, añadió en un
comunicado.
DETALLES DEL PROCESO
Los servicios de seguridad
rusos (FSB) detuvieron a Dennis Christensen junto a otros testigos de Jehová en
mayo de 2017 en Oriol durante una ceremonia religiosa, poco después de la
prohibición de esta organización en Rusia. Los otros adeptos fueron puestos en
libertad rápidamente pero Christensen, ahora de 46 años, siguió detenido.
Su proceso empezó en abril de
2018, y a finales de enero la fiscalía pidió seis años y medio de cárcel contra
este danés, residente desde hace tiempo en Rusia, casado con una mujer
rusa. “Espero que hoy sea el día en que
Rusia defiende la libertad religiosa”, declaró
Christensen a su llegada al tribunal, antes de conocer la sentencia, según un
periodista de la AFP.
En su última declaración antes de las deliberaciones, Christensen
aseguró que “no
había cometido ningún crimen”. Añadió
que “agradecía a todas las personas que participaron en el proceso”,
citando a su mujer y sus amigos y también “el fiscal Fomin por haberme
visitado en la cárcel (…) y la jueza Svetlana Naumova por su sonrisa y su buen
humor”. “No pudo (ser condenado) simplemente” por sus creencias
religiosas, “visiblemente había argumentos, visiblemente había motivos
para acusarlo”, reaccionó el portavoz del Kremlin Dimitri Peskov,
que no quiso hacer más comentarios.
DERECHOS HUMANOS Y POLÉMICA
Fundados en la década de 1870
en Estados Unidos por Charles T. Russel, los testigos de Jehová se reivindican
cristianos y se consideran los únicos que pueden restituir el cristianismo
original, aunque las confesiones cristianas no los reconocen como tales, por
negar la divinidad de Jesucristo y otras cuestiones doctrinales fundamentales.
Además, son acusados de derivas sectarias debido a sus rigurosos preceptos.
Los testigos de Jehová, que en
aquel entonces decían ser 172.000 miembros en Rusia, fueron prohibidos en abril
de 2017 por el Tribunal Supremo, y actualmente el Ministerio de Justicia los considera “extremistas”.
Las organizaciones de defensa
de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional denunciaron una campaña de “persecución
religiosa” contra este movimiento en Rusia. HRW acusó a
las autoridades de haber procedido a “decenas
de registros, redadas, interrogatorios y otros actos de acoso y persecución”.
Amnistía calificó la condena a
Dennis Christensen de “encarnación de la
injusticia del sistema judicial ruso”.
Es “una pena
severa para un hombre que no ha cometido ningún crimen según las convenciones
internacionales”, declaró a
la AFP Alexander Artemev, un responsable de la oenegé. Por
otra parte, la organización rusa de defensa de los derechos humanos Memorial
considera a 19 miembros de testigos de Jehová como “presos políticos” y
estima que un total de 81 son “perseguidos
por su fe”.
PRONUNCIAMIENTOS OFICIALES
“El
tribunal emitió el veredicto de seis años de reclusión en un centro
penitenciario de régimen ordinario”, precisó la portavoz de la fiscalía regional, Tatiana Tsukánova, tal como
leemos en el medio oficialista ruso Sputnik News.
El ministro de Exteriores
danés, Anders Samuelsen, expresó su profunda inquietud por el veredicto. “Profundamente preocupado por la sentencia contra Dennis
Christensen. Una vez más, llamo a Rusia a que respete la libertad de religión.
El MAE seguirá de cerca el caso, ayudando a Dennis Christensen si decide
apelar”, apuntó Samuelsen en su
cuenta de Twitter.
Una encuesta realizada en
julio de 2017 por el Centro Nacional de Estudios de la Opinión Pública (VCIOM)
de Rusia demostró que el 76 % de
los entrevistados que decían conocer esta organización religiosa al menos por
el nombre avalaban su ilegalización, frente al 5 % que la desaprobaban y
el 16 % que manifestaban una actitud indiferente al respecto.
LA ACUSACIÓN DE “EXTREMISMO”
El Ministerio de Justicia ruso
definió como “extremista” a la secta en
abril de 2017 y ordenó la incautación de todas sus propiedades. Un año antes,
ocho provincias rusas ya habían prohibido las actividades de los testigos de
Jehová por considerar que “destruyen las familias e incitan al odio”. En julio de 2017, ante los recursos del grupo,
el Tribunal Supremo ruso confirmó el veto impuesto por el Gobierno central,
según leemos en El País.
La organización religiosa, tal
como defendió entonces la representante del Ministerio de Justicia, Svetlana
Borisova, presenta “signos de actividad extremista que representan una amenaza para los
derechos de los ciudadanos, el orden social y la seguridad de la sociedad”. El veredicto fue la ilegalización y disolución
de más de 400 grupos de testigos y alarmó a organizaciones internacionales de
derechos civiles, que alertaron de que suponía un paso más en la persecución
religiosa a esta comunidad y un precedente muy peligroso para otras confesiones
minoritarias.
El danés Christensen lleva ya
un año y medio preso, que se descontará de la pena impuesta. Su abogado, Anton
Bogdanov, ha declarado que recurrirán el fallo judicial y ha afirmado que su cliente es víctima de la persecución rusa
contra la libertad religiosa. “Estoy profundamente consternado de que
esto esté pasando en Rusia, muy triste. Lo mismo que me ha pasado a mí puede ocurrirle a cualquier otro”,
ha dicho Christensen tras el veredicto, según recoge la prensa local.
DIFICULTADES ANTERIORES
La comunidad de testigos de
Jehová sufrió una persecución implacable por parte del KGB durante la época
soviética. En aquellos años, la organización era extremadamente sospechosa para
las autoridades y los servicios secretos: no sólo por su carácter religioso,
sino también porque su sede jurídica central se encontraba —y se encuentra— en
Nueva York, en un centro llamado Watch Tower (Torre de Vigilancia o “Atalaya”).
Tras el colapso del comunismo
y años de relativa paz, en los que su número de adeptos creció, volvió a estar
en la diana de las autoridades en 2002, cuando el Gobierno aprobó una ley
contra el extremismo que considera ilegal que cualquier grupo, excepto la
Iglesia ortodoxa —mayoritaria en Rusia— y otras instituciones religiosas
tradicionales, se proclame como el verdadero camino hacia la salvación política
o religiosa. Y la hostilidad contra ellos se incrementó en 2012, cuando
Vladímir Putin comenzó su tercer mandato y colocó a la Iglesia ortodoxa —que
los considera una “secta herética”— como uno
de los símbolos identitarios de su ‘gran Rusia’.
Los testigos de Jehová sostienen que las acusaciones contra ellos son
falsas y calumniosas y han recurrido al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH),
con sede en Estrasburgo. Ya en 2010, el TEDH les dio la razón cuando un
tribunal moscovita ordenó la disolución de una de las organizaciones de la
capital. Pese a esto, las ilegalizaciones siguieron adelante.
UNA SECTA CONTROVERTIDA
Rusia no es el único país en
el que la organización de los testigos de Jehová es ilegal. También está
prohibida en Singapur, China, Corea del Norte, Irán o Arabia Saudí. Tampoco es
la única organización religiosa prohibida en Rusia; la Iglesia de la
Cienciología es ilegal desde 2015.
Además, esta comunidad
religiosa se ha visto envuelta en otras polémicas por algunas de sus
prescripciones que prohíben, por ejemplo, las transfusiones de sangre, lo que
en algunas ocasiones ha causado la muerte
de menores por la negativa de sus padres a recibir sangre ajena
(véase un caso reciente en México en el que intervino
la Justicia, y otro en Argentina).
También se ha denunciado
(incluido en España) la existencia de una justicia interna que juzga a los que cometen delitos como abusos de
menores, ocultándolos a la justicia ordinaria.
Secretaría RIES
No hay comentarios:
Publicar un comentario