El Vaticano anunció este sábado 16 de febrero que
el excardenal y exarzobispo de Washington, Theodore McCarrick, fue expulsado o
dimitido del estado clerical tras ser hallado culpable de abusos sexuales. ¿Qué
significa esta sanción, conocida también como laicización, que también ha sido
impuesta a otros como el chileno Fernando Karadima?
Cuando un sacerdote es declarado culpable de abusos sexuales, la pena
máxima que puede recibir en el ámbito eclesial es la expulsión o dimisión del
estado clerical. También se le conoce como “laicización”
o “reducción al estado laical”, pero
esta forma dejó de usarse hace algún tiempo para no expresarse de modo
despectivo de los laicos ya que su estado de vida no es inferior, solo distinto
al del clero.
En la práctica, la expulsión del estado clerical significa que se
prohíbe de modo permanente el ejercicio de los derechos propios del estado
clerical como celebrar Misa, oír confesiones y administrar los demás
sacramentos.
También queda exento de sus obligaciones como el rezo de la Liturgia de
las Horas y la obediencia al obispo.
Sin embargo, la dimisión del estado clerical no significa, en estricto,
que el sacerdote ya no sea sacerdote, puesto que el sacramento del Orden
imprime en el varón que lo recibe un sello ontológico que nunca perderá y que
la Iglesia no puede retirar ni revertir.
La ordenación sacerdotal, además de imprimir el sello en el hombre que
lo recibe, también cambia su estado legal en la Iglesia, pues con ella pasa a
ser un clérigo o miembro del clero, lo que le permite ejercer su ministerio
público.
Un hombre que pierde el estado clerical podrá ejercer su ministerio en
algunos casos excepcionales, como cuando alguien en peligro de muerte le
solicita los sacramentos. Sin embargo, pierde todo derecho a ser financiado o
sostenido por la Iglesia, y a ser llamado “padre” o
“monseñor”.
Con frecuencia, un hombre expulsado del estado clerical también es
dispensado de la obligación del celibato y podría casarse, sin embargo no
siempre es así.
ALGUNOS CASOS EMBLEMÁTICOS
En el caso del chileno Karadima, declarado culpable de abusos en 2011,
la expulsión del estado clerical se dio a conocer el 29 de septiembre de 2018.
Ese día la Santa Sede informó que el decreto firmado por el Papa Francisco
contempla la dispensa de todas las obligaciones clericales y fue realizado en
forma “excepcional en conciencia y por el bien de
la Iglesia”.
Unos días antes de conocerse la noticia sobre Karadima, el Vaticano
informó de la expulsión del estado clerical, de forma inapelable, del chileno
Cristián Precht, acusado de abusos sexuales contra menores.
El 11 de octubre de 2018, la Santa Sede también informó de la expulsión
del estado clerical de Francisco José Cox Huneeus y Marco Antonio Órdenes
Fernández, obispos eméritos de Chile.
El 4 de octubre de 2018 fue la Arquidiócesis de Cuenca (Ecuador), fue la
que anunció la expulsión del estado clerical de César Augusto Cordero Moscoso,
acusado de abusos sexuales.
En marzo de 2018 la Arquidiócesis Primada de México expresó su apoyo a
la condena de 62 años de cárcel impuesta a Carlos López Valdés, en prisión
desde 2016 por abusos sexuales y expulsado del estado clerical en 2017.
Redacción ACI
Prensa
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