El Arzobispo de Chicago (Estados Unidos), Cardenal Blase Cupich, destacó
que “el llamado de la Iglesia a acompañar a las
víctimas exige una mentalidad que rechaza categóricamente los encubrimientos
por razones legales o por miedo al escándalo”. Así lo dijo este 22 de
febrero durante el encuentro del Papa con los líderes de la Iglesia por el tema
de la protección de menores.
“El consejo de distanciarnos de los sobrevivientes
de abusos por razones legales o por miedo al escándalo, bloquea el verdadero
acompañamiento de quienes han sido victimizados”, denunció el Cardenal Cupich quien es uno de los miembros del comité
organizador de este importante encuentro que se lleva a cabo en el Vaticano.
El Purpurado aseguró que los 190 participantes están reunidos en Roma “como episcopado universal en unión afectiva y
sustantiva con el sucesor de Pedro, para discernir a través de un diálogo
animado hacia dónde nos llama nuestro ministerio como sucesores de los
apóstoles para enfrentar eficazmente el escándalo del abuso sexual del clero
que ha herido a tantos pequeños”.
En esta línea, el Arzobispo estadounidense aseguró que “es imperativo
que consideremos el desafío que enfrentamos a la luz de la sinodalidad,
especialmente cuando exploramos con toda la Iglesia los aspectos estructurales,
legales e institucionales de la obligación de rendir cuentas”. “Un proceso que se limita a cambiar las políticas,
aunque sea fruto de los mejores actos de colegialidad, no es suficiente”,
aseguró.
Además, Cupich exhortó a “construir una
cultura sobre la obligación de rendir cuentas con estructuras adecuadas para
modificar radicalmente nuestro enfoque de la protección de la infancia”
y para ello dijo que el punto de referencia debe ser “el
espacio sagrado de la vida familiar”.
De este modo, el Purpurado exhortó a anclar todos los esfuerzos en “el dolor punzante de aquellos que han sido abusados y de
las familias que han sufrido con ellos”.
Por otro lado, el Cardenal de Chicago sugirió cuatro principios
sinodales que fueron “la escucha, el testimonio
laical, la colegialidad y el acompañamiento”, que en su opinión,
responden a la llamada del Santo Padre “a
prepararnos y a abrir nuestro corazón a la inmensidad y a la importancia de la
tarea que emprendemos en estos días”.
Sobre la primera orientación, recordó la petición del Santo Padre
previa a esta reunión de encontrar personalmente las experiencias de los
sobrevivientes yéndolos a visitar y remarcó que, en general, “la escucha debe ser activa… debe traer consigo la
voluntad de confrontar los graves y crueles errores cometidos en el pasado por
algunos obispos y superiores religiosos al abordar casos de abuso sexual por
parte del clero, y el discernimiento para entender cómo establecer una justa
obligación de rendir cuentas por estas faltas enormes”.
Por otro lado, el Purpurado animó al testimonio de los laicos,
especialmente de madres y padres. “Las madres y los padres nos han llamado a
rendir cuentas, porque simplemente no pueden comprender cómo nosotros,
como obispos y superiores religiosos, a menudo nos hemos cegado ante el alcance
y el daño del abuso sexual de menores”, señaló.
Asimismo, reiteró la necesidad de que “la
reforma estructural y legal en la Iglesia deben estar arraigados en una visión
profundamente colegial” insistió que “en vez de actuar aisladamente,
necesitamos comunicarnos unos con otros en un espíritu de confianza”.
En otras palabras, Cupich afirmó que “la
obligación de rendir cuentas dentro del colegio episcopal, marcada por la
sinodalidad, puede configurarse de manera que se convierta en una sólida red
de guía, gracia y apoyo que no deje solo al líder individual en situaciones
difíciles ni se base en la falsa
impresión de que la Santa Sede debe dar todas las respuestas”.
“Las estructuras de denuncia, investigación y
evaluación de las demandas de abuso siempre deben ser diseñadas y evaluadas
con una comprensión acerca de lo que las víctimas experimentan cuando se
acercan a la Iglesia y buscan justicia”, señaló el
Purpurado quien recordó que la Carta Apostólica ‘Como
una madre amorosa’ del Papa Francisco “establece
procedimientos que tratan, entre otras cosas, de los obispos que manejan mal
los casos de abuso”.
De este modo, exhortó a cada conferencia episcopal a adoptar
procedimientos que “habiliten a una iglesia sinodal
para hacer que los obispos involucrados en una mala conducta y un mal manejo
rindan cuentas”.
Entre las sugerencias concretas del Cadenal Cupich se encontraron la
creación de “normas para la investigación de
obispos”, establecimiento de “mecanismos independientes de información
para recibir y transmitir las acusaciones”, la participación de
expertos laicos “para ayudar desde este punto en
adelante por el bien del proceso y el valor de la transparencia” y pasos
procesales concretos.
También, el Purpurado recordó que “las
víctimas y sus familias, así como las personas que presentan la acusación,
necesitan ser tratadas con dignidad y respeto, y deben recibir una atención
pastoral adecuada”.
Por último, Cupich sugirió nuevas “leyes y
estructuras sólidas con respecto a la obligación de rendir cuentas de los
obispos precisamente para proveer con un alma nueva la realidad institucional
de la disciplina de la Iglesia sobre el abuso sexual”.
Redacción ACI
Prensa
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