Durante la Misa celebrada este jueves 7 de febrero en Casa Santa Marta,
el Papa explicó que para ser verdaderos apóstoles de Cristo con autoridad, es
necesaria la humildad, porque “ante la humildad,
ante el poder del nombre de Cristo con el cual el apóstol hace su trabajo si es
humilde, los demonios escapan”.
El Papa hizo notar que Jesús envió a sus discípulos a curar, del mismo
modo que Él vino al mundo “a curar la raíz del
pecado en nosotros”, es decir, “el pecado
original”.
Explicó que “curar es un poco ‘volver a
crear’”. “Jesús nos volvió a crear desde la raíz, y luego nos hizo avanzar con
su enseñanza, con su doctrina, que es una doctrina que cura”, subrayó.
“La primera curación es la conversión en el sentido
de abrir el corazón para que entre la Palabra de Dios. Convertirse es mirar más
allá, converger en otra parte. Y esto abre el corazón, te lleva a ver otras
cosas. Pero si el corazón se queda cerrado, no puede ser curado”, señaló.
Así, puso como ejemplo que “si alguno está
enfermo y por obstinación no quiere ir al médico, no se curará. Es a ellos a
quienes dice en primer lugar: ‘Convertíos, abrid vuestro corazón’. También si
nosotros, cristianos, hacemos muchas cosas buenas, pero el corazón lo tenemos
cerrado, todo se queda en fachada”.
Ante esa situación, Francisco invitó a preguntarse: “¿Siento esta invitación a convertirme, a abrir el
corazón para ser curado, para encontrar al Señor, para ir adelante?”.
El Papa también invitó a una vida caracterizada por la “pobreza, la humildad, la mansedumbre”. “Si un apóstol,
un enviado, cualquiera de nosotros, va por la vida con la nariz hacia arriba,
creyéndose superior a los demás, o buscando un interés humano…, tal vez
buscando puestos en la Iglesia, no curará nunca a nadie. No conseguirá abrir el
corazón de nadie, porque su palabra no tendrá autoridad”.
“La autoridad del discípulo la tendrá si sigue los
pasos de Cristo. ¿Y cuáles son los pasos de Cristo? La pobreza. ¡Dios se hizo
hombre! ¡Se abajado! ¡Se ha despojado! La pobreza que lleva a la mansedumbre, a
la humildad. Jesús humilde que va por el camino para curar. Y así un apóstol
con esta actitud de pobreza, de humildad de mansedumbre, es capaz de tener
autoridad para decir: ‘¡Conviértete, abre el corazón!’”, concluyó el Papa Francisco.
Redacción ACI
Prensa
No hay comentarios:
Publicar un comentario