Se
postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra (Ps 71)
Cuando la Cristiandad es vista
como una era tenebrosa. Cuando muchos desdeñan el reinado social de Cristo en
las naciones cristianas. Cuando, por ignorancia inducida de multitud de fieles,
la Solemnidad de Cristo Rey del Universo ha perdido el sentido originario con
el que fue instituida. Cuando se celebran sacrificios constantes a los Baales y
los Molocs de sistemas políticos contrarios a la realeza de nuestro Señor, toca
escuchar la voz profética de uno de sus Vicarios:
Ahora bien, el nefasto esfuerzo con que no pocos
pretenden arrojar a Cristo de su reino, niegan la ley de la verdad por
Él revelada y rechazan el precepto de aquella caridad que abriga y corrobora su
imperio como con un vivificante y divino soplo, es la raíz de los males que precipitan a nuestra época por un camino
resbaladizo hacia la indigencia espiritual y la carencia de virtudes en las
almas. Por lo cual, la
reverencia a la realeza de Cristo, el reconocimiento de los derechos de su
regia potestad y el procurar la
vuelta de los particulares y de toda la sociedad humana a la ley de su verdad y
de su amor, son los únicos medios que pueden hacer volver a los hombres
al camino de la salvación.
Encíclica Summi Pontificatus, 13,
Pío XII
No nos engañemos. O Cristo
reina en todo, o estaremos bajo la autoridad del príncipe de este mundo, quien
ya fue derrotado en la Cruz, pero sigue luchando contra la Iglesia para
derribarla del lugar que le corresponde.
O de Cristo y con
Cristo, o del mundo y con Satanás.
¡Viva Cristo Rey!
Laus Deo Virginique Matri
Luis Fernando
Pérez Bustamante
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