Rémi Brague, experto en filosofía e historia del pensamiento, publica «Sobre la religión»
Rémi Brague denuncia el laicismo que manipula la
historia y no distingue entre religiones.
El
filósofo francés Rémi Brague es un
reconocido experto en la historia del pensamiento medieval cristiano, árabe y
judío y un explorador crítico con el pensamiento moderno y sus utopías
fracasadas. Ha denunciado en varias ocasiones que cuando se expulsa al Dios cristiano, llegan ídolos sanguinarios que piden
sacrificios humanos. Fue ganador del Premio Ratzinger
2012 y su último libro en español es El reino del hombre. Génesis y
fracaso del proyecto moderno (Encuentro).
En francés
acaba de publicar un nuevo trabajo, "Sobre la religión" (Sur la religion), sabiendo
que muchos de sus lectores en Francia no han crecido en familias cristianas. En
Avvenire,
el periódico propiedad de los obispos italianos, le entrevistan y él, a sus 71
años, se muestra rotundo: le
fastidia la ambigüedad tramposa de los que meten todas las religiones en el
mismo saco.
-
¿Por qué decidió escribir una obra sobre la religión en general?
- Por un
cierto fastidio a causa del modo en que se emplea, como algo banal, este
término extraordinariamente ambiguo.
Muchos dicen “las religiones” metiéndolas
todas en el mismo saco, a menudo en el mismo cubo de basura. He optado
por un título plano porque quería reconsiderar completamente esta noción,
planteando preguntas sencillas: ¿de dónde proviene
la palabra y su uso?, ¿pertenece al pasado, o estamos en cambio ante la aparición continua de nuevos ídolos, aún más
sanguinarios que todos los de antaño?, ¿qué relación tienen las
religiones con el derecho, la política, la violencia?
-
Sus tesis sobre las raíces cristianas de Europa, expuestas hace más de un
siglo, se acogen ahora más favorablemente, incluso fuera del mundo católico y
cristiano. ¿Es otro pequeño signo de una reflexión que, de un modo u otro, se
abre paso en los países europeos?
- Esas
tesis me permitieron salir del microcosmos académico. Me alegra poder ayudar a
reflexionar sobre el significado de Europa, que es mucho más antigua y profunda
que la UE. Europa bebe de fuentes
culturales (prefiero esta metáfora a la de las “raíces”)
que son un tesoro. Sería estúpido desprenderse de ellas. Todavía
seguimos viviendo gracias a estas fuentes.
-
En nuestra época, marcada por las preocupaciones ecológicas, ¿las religiones
siguen siendo el fundamento más sólido para legitimar nuestro llamamiento a la
existencia de las generaciones futuras?
- Realmente
no veo otro. Los que hablan de “trascendencia
horizontal” y nos ofrecen una
versión precocinada del viejo mito del progreso no saben lo que dicen.
El porvenir, las generaciones futuras, dependen de nuestra voluntad. ¿Cómo podría trascendernos lo que depende de nosotros?
Las generaciones futuras existirán si decidimos ahora llamarlas a existir. Pero
ciertamente no podemos pedirles su opinión, ni podemos estar totalmente seguros
de que serán felices. Solo tenemos
derecho a hacerlas nacer si la vida es un bien, un bien sólido y un bien
en sí mismo. ¿Cómo afirmarlo si no creemos que todo
lo que existe ha sido creado por un Dios bueno?
-
En Francia, y fuera de ella, los ámbitos laicistas suelen agitar los fantasmas
de las guerras de religión. ¿Estas críticas o miedos tienen un fundamento
concreto en la Europa actual?
- Francia
es un país que, después de dos siglos de relativa paz civil, sacudida por
revueltas rurales, probó la sangre durante la revolución y no la perdió
después, como vimos con la represión y la resistencia que siguió a las purgas
de la posguerra. Hay una cierta ironía en el hecho de que los defensores de una laicidad militante, y por
tanto guerrillera, quieran causar molestias a los creyentes evocando violencias
pasadas. Además, imputándolas a la religión y olvidando el contexto que
envenenó las diferencias religiosas, es decir, el nacimiento del estado moderno
y su política secularizada, con Maquiavelo o Hobbes.
-
A propósito de la presencia demográficamente considerable de creyentes
musulmanes en las sociedades europeas, ¿cuáles son las cuestiones más urgentes
que los poderes públicos se deberían plantear?
Ante
todo, tendrían que preguntarse si el dinamismo demográfico de los musulmanes no
es una actitud sana y nuestro rechazo a la vida es en cambio una especie de
enfermedad. El vacío de nuestras sociedades, antaño cristianas, pide quien lo
supla. En Francia, un organismo estatal como el Instituto Nacional de Estudios
Demográficos (INED), fundado en 1945 para promover políticas que animaran a la
natalidad, hoy sostiene la necesidad de la inmigración. Una pregunta saludable
sería hasta qué punto las personas que
vienen de países sometidos al islam querrían aceptar las reglas en vigor en
nuestros países. Hay que plantear estas preguntas con claridad y dejar
de promover medidas llamadas de “alcance social” como el matrimonio homosexual,
el aborto, la eutanasia, el vientre de alquiler, que impactan a los musulmanes.
Y que les empujan en brazos de aquellos que, en el mundo musulmán, afirman que
Occidente está podrido.
-
El filósofo Jean-Luc Marion ha publicado recientemente una “breve apología” del
catolicismo. ¿Es necesaria?
- Con la
palabra “apología”, mi viejo amigo Jean-Luc
quiere sumarse a la segunda generación de los padres de la Iglesia. Entonces se
trataba de responder a las calumnias con que el poder romano trataba de
justificar las persecuciones. Ahora, al menos en Europa, las persecuciones no
son violentas. En otros lugares sí, aunque de eso no se quiere hablar mucho.
Aquí por el momento es más suave, actúan
indirectamente, mediante burlas y risas, mediante el silencio y el rechazo a
difundir lo que decimos, mediante la negativa a dejar espacio a alguien
que pueda ser percibido como “demasiado católico”, así que habrá
que ser el doble de valientes que los demás para poder conseguirlo.
Dicho esto, nosotros no defendemos a
los católicos sino la fe católica, que no es lo mismo. ¿Quién tendrá que hacerlo? ¡Quien quiera! Que se
hable y se escriba, de la manera más inteligente y convincente posible. Luego,
saber si seremos escuchados evidentemente es otra cuestión.
ReL
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