El Papa Francisco afirmó ante los miembros del
Tribunal de la Rota Romana que los matrimonios “que viven en unidad y en
fidelidad reflejan bien la imagen y la semejanza de Dios”.
El Pontífice aseguró que “la fidelidad es posible,
porque es un don, tanto en los cónyuges como en los presbíteros”.
El Santo Padre recibió en Audiencia este martes 29 de enero en el
Palacio Apostólico Vaticano a los Prelados Auditores, Abogados y Colaboradores
del Tribunal de la Rota Romana con motivo de la inauguración del Año Judicial.
En su discurso, el Papa reflexionó sobre los efectos que sobre la
institución del matrimonio está teniendo el fenómeno del secularismo: “La sociedad en la que vivimos está cada vez más
secularizada, y eso no favorece el crecimiento de la fe”.
Como consecuencia, señaló, “los fieles
católicos tienen cada vez más problemas para testimoniar un estilo de vida
según el Evangelio, incluso en lo que afecta al Sacramento del matrimonio”.
“En tal contexto, es necesario que la Iglesia, en
todas sus articulaciones, actúe concordemente para ofrecer un adecuado apoyo
espiritual y pastoral”, subrayó.
Dentro de esa actuación de la Iglesia, el Papa citó dos fortalezas
defendidas por los miembros de la Rota: “unidad y
fidelidad”.
“Estos dos bienes matrimoniales, de hecho, antes de
ser, sobre todo, condiciones jurídicas obligatorias de toda unión conyugal en
Cristo, deben ser epifanía de la fe bautismal”, y por
ello son esencia “de la misma Iglesia de Cristo”.
Por ello, el Papa insistió en que para que el matrimonio sea válido “se requiere que se establezca en cada uno de los contrayentes
una plena unidad y armonía con el otro, con el fin de que, por medio del mutuo
intercambio de las respectivas riquezas humanas, morales y espirituales, casi a
modo de vasos comunicantes, los dos cónyuges se conviertan en una sola cosa”.
“El matrimonio requiere también un compromiso de
fidelidad que abarque toda la vida”, recordó.
No obstantes, explicó que “unidad y fidelidad son
dos valores importantes y necesarios no sólo entre los cónyuges, sino en
general en las relaciones interpersonales y en las sociales”.
Además, definió estos dos valores como “dos
bienes irrenunciables y constitutivos del matrimonio” que “requieren no solo ser explicados adecuadamente a los
futuros esposos, sino que solicitan también la acción pastoral de la Iglesia,
especialmente la de los obispos y sacerdotes, para acompañar a la familia en
las diversas etapas de su formación y desarrollo”.
Esta acción pastoral, “naturalmente, no
puede limitarse a la resolución de las prácticas, si bien sean necesarias y
deban llevarse a cabo con esmero. Hace falta una triple preparación para el
matrimonio: remota, cercana y permanente”.
Esta preparación para el matrimonio, según explicó el Pontífice, debe
abarcar “las diferentes etapas de la vida
matrimonial de una manera seria y estructural, a través de una esmerada
formación destinada a aumentar en los cónyuges la conciencia de los valores y
de los compromisos propios de su vocación”.
También recomendó que “la atención pastoral
constante y permanente de la Iglesia por el bien del matrimonio y de la familia
requiere ser realizada a través de los diversos medios pastorales: el
acercamiento a la Palabra de Dios, especialmente a través de la lectio
divina, los encuentros catequéticos, la implicación en la celebración de
los sacramentos, especialmente la eucaristía, el coloquio y la dirección
espiritual, la participación en los grupos familiares y en el servicio
caritativo, para desarrollar la confrontación con otras familias y la apertura
a las necesidades de los más desfavorecidos”.
Por otra parte, también recordó que los matrimonios adquieren el
compromiso de vivir su enlace “en unidad
generosa y con amor fiel, sosteniéndose mutuamente con la gracia del Señor
y con el apoyo necesario de la comunidad eclesial”.
De ese modo, los matrimonios “representan
una preciosa ayuda pastoral para la Iglesia. De hecho, ofrecen a todos un
ejemplo de amor verdadero y se convierten en testigos y cooperadores de la
fecundidad de la Iglesia misma”.
Redacción ACI
Prensa
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