“Se llevó las manos a
la cabeza y con una mirada profunda y un rostro desencajado me dijo….
·
La verdad es que estoy que exploto y casi quisiera
matarlo si pudiera. Mi enojo es increíblemente grande y luego de explotar,
tengo que ir a pedirle perdón a Dios, porque sé que no me debo enojar”.
·
Le dije: ¿Y por qué no te debes enojar?
Me miró como si
hubiese dicho una mala palabra y me dijo con energía:
·
“Pastor, Porque es pecado y Dios no quiere que yo
me enoje.
·
¿Estás segura de lo que acabas de decir? Le
pregunté y ella me contestó: Claro que si, la Biblia lo dice.
·
Le dije: ¿Qué tal si saltamos la barda del enojo?.
Y comencé a platicarle lo que hoy quiero compartir contigo.
Caminaremos por el sendero que
nos ayudará a descubrir lo que podemos lograr si decidimos ir más allá del
enojo y el rencor en nuestro matrimonio.
Encontraremos que no es fácil ir más allá del perdón pero con la ayuda del Señor lo lograremos.
Veamos algunas cosas que no podemos perder de
vista:
• El enojo no es malo en sí, es la forma como los expresamos, porque el enojo es una emoción y las emociones son un regalo de Dios a la humanidad.
• El enojo sin resolver es considerado la mayor enfermedad matrimonial. Por eso muchos matrimonios están camino al divorcio, por no saber manejar estas situaciones internas.
• El enojo mal manejado produce distancia, sabotaje y finalmente divorcio.
• El enojo no es malo en sí, es la forma como los expresamos, porque el enojo es una emoción y las emociones son un regalo de Dios a la humanidad.
• El enojo sin resolver es considerado la mayor enfermedad matrimonial. Por eso muchos matrimonios están camino al divorcio, por no saber manejar estas situaciones internas.
• El enojo mal manejado produce distancia, sabotaje y finalmente divorcio.
• Hay un maravilloso poder en el perdón y la
confesión para remediar el enojo.
“Cuando
te inunde una enorme alegría, no prometas nada a nadie. Cuando te domine un
gran enojo, no contestes ninguna carta. Proverbio chino
ENOJO SIN RESOLVER ES LA PEOR ENFERMEDAD MATRIMONIAL.
La Biblia claramente dice:
«Si se enojan, no pequen.»
No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den cabida al diablo. Efesios 4:26-27.
La Biblia autoriza la expresión del enojo,
porque: – Enojo es una emoción
común y estamos expuestos a ello cada día-
No podemos evitar no enojarnos y no
deberíamos tratar de no enojarnos, ni negar o suprimir esa emoción.
No es pecaminoso enojarnos y Dios espera
que nos enojemos. Porque es una emoción, un regalo dado por Dios al ser humano
y la Biblia nos habla de la ira de Dios. Esta emoción es la convergencia de
Temor, Frustración y sentimientos heridos. Algunas veces el temor o la
frustración se expresan a través del temor o cuando hemos sido heridos. Es un
mecanismo de defensa instalado por Dios en el ser humano.
El enojo llega a ser pecaminoso si
perdemos el control y lo seguimos alimentando o adoptamos una conducta
vengativa hacia la persona que nos hirió. Entonces, nuestra reacción es el
inicio del problema, no es en sí el enojo. Por ello la Biblia no nos impide
enojarnos, pero si examinar nuestras reacciones al enojo.
Alguien lo dijo de esta manera: “No me daña lo que la gente me hace, sino como
reacciono a lo que le gente me hace”.
“La risa nos mantiene más
razonables que el enojo”. Duque de Levis
En el matrimonio encontramos
mucho deterioro en las relaciones por no saber reaccionar a aquello que ha
disparado nuestro enojo. La mayoría de matrimonios desesperadamente dan estos
cuatro destructivos pasos en medio del enojo.
1.- Aislamiento del
cónyuge. Creemos que el aislamiento es la mejor
arma, pero en realidad lo que hace es complicar el ambiente, ya que aumenta la
brecha de separación. Una cosa es decir: ¡Dame
tiempo, necesito procesar todo y cuando crea conveniente reanudamos el
diálogo!, lo cual es válido y otra es simplemente aislarnos.
2.- Incremento
y apasionamiento de las disputas. Nos cuesta manejar las
emociones y dejamos que la pasión, el fuego y las chispas quemen las buenas
relaciones y en cenizas jamás podremos resolver los conflictos.
3.- Disminuir o agredir
verbalmente al cónyuge. Ya hemos hablado
anteriormente del abuso verbal, pero necesitamos comprender que en los momentos
de conflicto debemos concentrarnos en los hechos, sin agredir a la persona.
Podemos decir cosas como estas: “Me molesta cuando
dice tal cosa” y otra cosa es decir: “Es que
tú eres un o una…”. En este segundo caso estaríamos agrediendo a la
persona y eso distorsiona absolutamente toda la imagen de lo que venimos
confrontando.
4.- Creencias negativas
y venenosas hacia el cónyuge. El peor paso que crearía un
desajuste doloroso, es permitir en medio del conflicto que creencias negativas
y llenas de veneno contaminen nuestro pensamiento. Todos somos humanos y por
consiguiente con defectos en nuestra vida. Si en medio del enojo me concentró
sólo en lo negativo del cónyuge, el abismo entre los dos se acrecentará.
“Abre el ojo y te ahorrarás el enojo” Anónimo.
Cuando no resolvemos nuestro
enojo en el matrimonio o familia eso produce efectos en por lo menos
4 áreas básicas en la familia:
Espiritual: Cuando permanezco enojado eso extingue la luz de Dios en nuestra vida y
empezamos a caminar en tinieblas.
“El que afirma que está en
la luz, pero odia a su hermano, todavía está en la oscuridad. El que ama a su
hermano permanece en la luz, y no hay nada en su vida que lo haga tropezar.
Pero el que odia a su hermano está en la oscuridad y en ella vive, y no sabe a
dónde va porque la oscuridad no lo deja ver”. 1 Juan 2:9-11.
Yo no puedo desligar mi vida espiritual de
la vida relacional con mi familia. La Vida Cristiana se caracteriza por ser
tanto Vertical (Relación con Dios), como horizontal (Relación con los demás).
Emocional: El enojo crece en
hostilidad, explosividad y amargura. Sabemos por experiencia propia, por la
experiencia con la familia o con amigos que la hostilidad y el resentimiento
terminan afectando nuestras emociones. Somos seres integrales. No podemos
fraccionarnos.
Física: Enojo incrementa el riesgo
de un ataque al corazón, depresión y otras enfermedades. La misma ciencia
médica ha hablado del efecto que sobre el cuerpo se ejerce el mantener
conflictos sin resolver. Nuestros huesos se secan, usando la expresión bíblica.
Relaciones: Enojo hace que la intimidad sea un peligro y por ello nos mantiene
distantes. Cuando nos alejamos del otro, el ambiente en las relaciones se
enfría y terminamos en el matrimonio y en la familia como si estuviésemos en un
congelador. Las relaciones entre los seres humanos son vitales, no son
experiencias periféricas, sino medulares.
Lo más triste en materia de familia es que
enojo sin resolver a lo largo del tiempo, produce un Fruto Terrible: La epidemia del divorcio moderno.
El enojo pasa de generación en generación. Cuántos grados de enojo sin resolver entre una pareja se traspasan a los
hijos, ya sea de ellos hacia uno de los padres o entre los hermanos.
Investigadores sugieren que un 80 % de la
segunda generación de divorcios son influidos directamente por el enojo sin
resolver en el divorcio de sus padres. Esa epidemia necesitamos detenerla
inmediatamente. No hay vacuna o medicina de farmacia para eso, pero si hay
medicina o antibiótico a la luz de Dios y esas medicinas son el diálogo de
gente madura y el perdón.
CÓMO SALTAR LA BARDA DEL ENOJO.
Si queremos comenzar a practicar en el
matrimonio y en la familia la habilidad y destreza de saltar la barda del
enojo, sin anular la capacidad dada por Dios para enojarnos necesitamos
comenzar a tratar los síntomas.
“Enojo raramente se expresa sin un argumento, pero
raramente ese argumento es bueno” Halifax.
Síntomas que indican que es
necesaria una acción restauradora en el matrimonio por causa del enojo:
El Primer síntoma
se nota cuando usted o su cónyuge se cierran y no
quiere hablar ni comunicarse con el otro. Esa luz roja no se puede ignorar. Así
como usted no ignoraría una luz roja en el tablero de su carro de la misma
manera es necesario detener el auto de nuestro matrimonio e indagar donde esta
lo errado que enciende esa luz roja.
El Segundo síntoma
se nota cuando la tranquilidad marital es
perturbada. Cuando no se siente seguro de compartir sentimientos o expresar
necesidad con el cónyuge. Ignorar, ser indiferente o peor insensible no
mejorará nada, sino que lo complicará.
Con madurez, decisión, compasión y
sensibilidad necesitaremos comenzar a dar los pasos necesarios para saltar la
barda del enojo y así no sentirnos acorralados en nuestra relación de
matrimonio y familia.
“El enojo no hace que nada sea mejor, a excepción de la
espalda del gato cuando hace un arco” Anónimo.
Cuando usted hiere a su cónyuge,
confiéselo con humildad y repare el daño. El orgullo humano se levanta para
impedirnos reconocer, lo cierto de todo, es que al fallar en lo profundo de
nuestro ser sabemos que hemos hecho mal.
• Sea gentil– Un comportamiento suave echa fuera el enojo del cónyuge. La gentileza así
como el enojo es una expresión dada por Dios. Podemos estar enojados sin tener
que perder la gentileza.
• Tome toda la responsabilidad
que le corresponde en el conflicto y no puntualice las faltas del otro. Si usted cree que su cónyuge tiene el 90 % de responsabilidad en el
conflicto, recuerde que usted es 100 % responsable de su 10 %, hágase responsable
de ese 10 %. Si nos quedamos esperando que sea el otro el que asuma
responsabilidad por su 90 % quizás esperaremos toda la vida, pero cuando
asumimos nuestra responsabilidad por el 10 %, ese 10 % puede generar un
milagro.
• Cuando su cónyuge lo hiera, decida
perdonarlo y suéltelo en manos del Señor. El Perdón es el poder
milagroso del Señor en acción. Por eso Jesús dijo en el Calvario: “Padre, Perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
Al soltarlo en manos del Señor, usted también se libera de los efectos
corrosivos del enojo y la amargura que envenenan su vida.
• No deje que Satanás tome
ventaja y le cobre usted y a su matrimonio. Actué rápidamente y repare
la relación rota. Un descuido en esto de manejar correcto el enojo, podría
iniciar una infección que podría agangrenar la relación del matrimonio.
Mantener el enojo y rehusar perdonar es cómo comprar veneno para matar la rata,
matarla y luego vivir con la hediondez el resto de la vida.
• Podemos con la ayuda del Señor
saltar la barda del enojo y crecer como individuos. Crecimiento personal no está aislado de la relación con otros. Los
conflictos en el matrimonio son como los obstáculos en la pista de carrera de
los matrimonios. Los obstáculos nos ayudan a desarrollar músculos emocionales y
espirituales que nos permitirán llegar a la meta como campeones de la vida.
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN:
1.- ¿Cuándo fue la última
vez que usted estuvo enojado y cómo manejo en esa ocasión el enojo? ¿Lo manejo
bien o mal? Si lo hizo mal, ¿qué hizo para reparar el daño?
2.- ¿Cuál es la médula de
los pasajes Efesios 4:26-27 y 1 Juan 2:9-11 y cómo aplicarías estos versos a tu
vida hoy para crecer en gracia y madurez?
3.- Escriba los nombres de
personas a quienes usted necesita, confesar sus faltas porque fueron heridos
con sus acciones y ¿cómo cree que podría acercarse a ellos?
4.- Escriba para su uso
personal los nombres de las personas a quien usted necesita perdonar porque
ellos le hirieron.
Dr. Serafín Contreras Galeano.
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