viernes, 7 de diciembre de 2018

UNA VIDENTE DE BILBAO, CONDENADA A PRISIÓN POR ESTAFAR A UNA PERSONA VULNERABLE


La Audiencia Provincial de Vizcaya (España) ha condenado a dos años y medio de cárcel a una vidente por estafar 22.687 euros a un hombre aprovechándose de su superioridad intelectual, y de la “desesperación” de su cliente por lograr trabajo y una nueva pareja, según leemos en un despacho de la agencia Europa Press.
La sentencia considera probado que la acusada ofrecía servicios de tarotista, adivinación o eliminación de energías negativas en su domicilio de Bilbao, y los publicitaba en medios de comunicación bajo el nombre comercial de “Cristal” (aunque su nombre verdadero es Eulalia, según informa Efe).
ASÍ COMENZÓ LA ESTAFA
Además, relata que el estafado, llamado Pablo Jesús, motivado fundamentalmente por la necesidad de encontrar un trabajo”, y tras ver a la acusada en televisión, decidió contratar sus servicios y acudió a su consulta por primera vez el 9 de marzo de 2012. En esa visita, abonó 600 euros a través de su tarjeta de crédito, después de que la adivina le dijera que “le veía cosas grandes”.
Al día siguiente, 10 de marzo de 2012, sin consulta previa y sin consentimiento de éste, la tarotista cargó nuevamente en la cuenta de éste la cuantía de 600 euros. Al llamarle éste para reclamarle la cantidad, ella le contestó que era “magia negra”, que en ocasiones ocurrían cosas similares, y que el dinero “retornaría”. Episodios de este tipo de reprodujeron, según el hombre, y la contestación siempre fue la misma.
Todo esto hizo ver a la estafadora “la ignorancia” de su cliente. En las sucesivas consultas, la acusada comprobó “lo influenciable y vulnerable” que era su cliente, la situación de superioridad intelectual de ella, y “la desesperación” de éste por lograr un trabajo y de encontrar una nueva pareja.
SUCESIVAS CANTIDADES DE DINERO
Por ello, aprovechándose de estas circunstancias y con el ánimo de obtener un beneficio ilícito, la acusada, entre los meses de marzo de 2012 hasta noviembre de 2013, recibió a su cliente en su domicilio en numerosas ocasiones. De esta forma, “mediante el ofrecimiento de rituales de tipo esotérico”, consiguió que le realizase diferentes pagos a través de diferentes medios.
De esta forma, en el intervalo temporal de marzo de 2012 a diciembre de 2013, con una tarjeta de crédito del estafado, la adivinadora realizó un total de ocho operaciones, con las que percibió la cantidad de 2.900 euros, y con otra tarjeta de otra persona del entorno el hombre hizo otras 18 operaciones por las que la acusada percibió la cantidad de 6.225 euros. Algunas de estas cantidades no respondían a ningún servicio o consulta.
El hombre le ingresó, asimismo, 5.430 euros de la cuenta bancaria que tenía a nombre de su hijo y realizó giros postales por valor de 732 euros. También le entregó diferentes cantidades en metálico y de joyas, aunque sólo está acreditada la cuantía de 8.000 euros. Incluso le dio las escrituras de unas parcelas de garajes, ascendiendo el importe total percibido por la procesada al importe de 22.687 euros.
ESOTERISMO Y CAPACIDADES PARANORMALES
La resolución judicial destaca que el estafado, durante los años 2012 y 2013, tenía anuladas sus capacidades intelectivas y volitivas para todos aquellos actos en los que estuviera implicado el esoterismo y las capacidades paranormales de las videntes a causa de una “anomalía psíquica”.
El Tribunal considera especialmente reprochable la conducta de la tarotista al engañar a personas “de cuya vulnerabilidad e ignorancia se ha prevalido la acusada”, y recuerda que su proceder tiene “mayor gravedad” porque ha afectado al patrimonio familiar de éste. Por ello, le impone dos años y medio de prisión e inhabilitación especial para derecho de sufragio pasivo durante el tiempo que dure la condena.
Además de la pena de cárcel, la vidente deberá indemnizar a Pablo Jesús con 22.687 euros, la cantidad que se ha probado fue estafada, porque la familia del hombre cuantificó el importe de lo estafado en 72.000 euros. Pablo Jesús admitió que había gastado unos 50.000 euros en la pitonisa, pero sin recibos ni facturas, y el Tribunal ve imposible acreditar cuánto efectivamente le pagó a la vidente.
Secretaría RIES

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