«NOS
ENFRENTAMOS A DIARIO A UNA BATALLA ESPIRITUAL», EXPLICA
Matthew sirvió en Afganistán, pero a pesar de la
proximidad del peligro no fue allí donde empezó a rezar el Rosario a diario.
Tomando
como punto de partida una frase del Padre Pío, un joven padre de familia que
sirvió en Afganistán explica la importancia del Rosario en nuestros días.
Publicó la historia el portal mariano Cari Filii News: Matthew Bosnick tiene 29
años y vive en Monroe (Carolina del Norte) con su esposa Lindsey y su hija, que
pronto serán dos porque están esperando otra niña. Cuando estuvo en los
marines, Matthew fue desplegado en Afganistán. Actualmente es bombero y acaba de abrir un negocio con el que
dar salida a una de sus habilidades: la fabricación de muebles.
Es miembro de la parroquia de San Lucas y de su Hermandad del Rosario.
Recientemente explicó en Those Catholic Men
su experiencia con el Rosario como "arma
definitiva para estos tiempos".
"El
rosario es el arma para estos tiempos", San Pío de Pietrelcina
Soy un católico de 29 años con una esposa, una hija
de once meses y un hijo en camino. Supongo que usted, como yo, ve el
mundo en el que vivimos y está realmente preocupado por la familia de la que es
responsable. Si bien es cierto que vivimos en una época de increíbles avances
médicos y tecnológicos, los "avances" y el "progreso"
también han traído oscuridad y confusión: la
oscuridad de la muerte y la confusión de la verdad relativa.
Se han
escrito innumerables libros y artículos para diagnosticar las razones de esta
decadencia, que San Juan Pablo II
apodó "la cultura de la muerte".
La razón de los "-ismos" con los
que describimos el malestar cultural -relativismo, nihilismo, hedonismo,
modernismo-, es el intento de Satanás
de oscurecer y ocultar el mensaje del evangelio: que Jesucristo, el hijo de Dios, sufrió, murió y resucitó de entre los
muertos para salvarnos de nuestros pecados y permitirnos volver al Padre.
Es fácil para nosotros, los laicos, esperar que la jerarquía de la Iglesia y
nuestros líderes políticos "arreglen" la
cultura. Pero nosotros tenemos un arma
para luchar contra la oscuridad y la confusión, y este arma es el rosario de la
Santísima Virgen María.
Crecí en
una familia católica y fui a una escuela católica, por lo que siempre he sido
consciente de la importancia que tiene el rosario como oración. Pero no lo recé de manera regular hasta el
bautismo de mi hija, Madeline, un momento de conversión no sólo para ella, sino
también para mí. El Catecismo de la Iglesia Católica dice: "Esta segunda conversión es una tarea
ininterrumpida para toda la Iglesia" (1428) y la compara con San
Pedro, que tras negar a Jesús tres veces, fue provocado hasta las lágrimas "por la mirada de infinita misericordia de
Jesús", arrepintiéndose y afirmando su amor por el Señor (1429).
Antes del
bautismo de Madeline, buscaba el significado y la respuesta en fuentes
seculares: leí el popular libro de Jordan Peterson, Doce reglas
para la vida, y las Meditaciones de
Marco Aurelio, por ejemplo. Pero
después de su bautismo, en una ocasión en que había ido a ver a mis padres,
encontré un ejemplar del libro del arzobispo Charles Chaput, Extranjeros en tierra extraña.
Monseñor Chaput describe de manera ejemplar todo lo que hay de injusto e
incorrecto en nuestra cultura y expone la solución para corregirlo: vivir una vida católica siguiendo el ejemplo
de Jesús. Este libro me hizo reflexionar sobre mi vida de oración, y me
di cuenta de que era débil e inconstante. Necesitaba, entre otras cosas, una
estructura y decidí empezar a rezar el rosario cada día.
¿Qué tiene que ver el rosario con los problemas de nuestra cultura? El rosario, como nuestra Santísima Madre, que
concibió y alumbró a nuestro Señor, es
una oración que nos lleva a Jesús. Toda la devoción mariana, como la
misma María, es una glorificación y una alabanza a su Hijo. Estamos llamados a
llevar la Buena Nueva de Jesús a toda la gente, y el rosario es la oración
centrada en Jesús. Incluye meditar sobre su Encarnación, vida, muerte y
Resurrección, y estos hechos son el significado y la respuesta a todo, y la
respuesta que el mundo necesita. Los jóvenes buscan el significado y el
objetivo en todo tipo de ideologías. Pero los católicos sabemos que el mundo
necesita a la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo, cuya misión es hacer
discípulos a todos los pueblos (Mt 28, 19) y cuyo objetivo es la salvación de
las almas. El rosario nos ayuda a
centrarnos en esta misión.
¿Por qué el rosario es un arma? Nosotros,
la Iglesia en la tierra, somos la Iglesia militante. Los católicos podemos
darnos cuenta de ello. Necesitamos un objetivo y queremos actuar. Nos
enfrentamos a diario a una batalla espiritual. La Virgen le dio el rosario a
santo Domingo para que luchara contra la herejía albigense. La Liga Santa
derrotó a los turcos en Lepanto gracias al rosario. María es llamada, a menudo,
la Nueva Eva y se la retrata aplastando la cabeza de la serpiente. Pedirle que interceda por nosotros es una
oración poderosa para nuestra batalla contra la tentación y el pecado.
El
rosario nos ayuda a buscar una vida
inmersa en la Iglesia y los sacramentos. Y este es el objetivo más
poderoso: la Santísima Virgen María nos lleva hacia su Hijo, que vive en el
Espíritu Santo en la Iglesia. Esto es lo que hace la intercesión de María, y
ella lo demuestra cuando se puso en camino "de
prisa" para contarle la buena nueva de la Anunciación a su prima
Isabel (Lc 1, 39). La intercesión de María hizo posible el primer milagro de
Jesús, cuando convirtió el agua en vino en las Bodas de Caná. Ella trajo al
Señor al mundo y nos lleva a nosotros a Él. Cuando hacemos del rosario una
oración constante en nuestra vida diaria de oración, la oración de María por nosotros hace que nos dirijamos a su Hijo con
frecuencia y recibamos su gracia en el Sacramento de la Reconciliación,
que le adoremos en la misa y le recibamos en la Eucaristía, y le adoremos en el
Santísimo Sacramento. Meditar sobre los misterios de las escrituras del rosario
nos lleva al Espíritu Santo, el Espíritu de la Verdad.
Los
tiempos cambian, pero algo permanece constante: que Jesucristo es el camino, la
verdad y la vida (Jn 14, 6). Cuando estaba en Atenas, San Pablo predicó a los
estoicos y los epicúreos la buena nueva de Jesús y la Resurrección. Estos se
preguntaron: "¿Qué querrá decir este
charlatán?" (Hechos 17, 18). Si le llamaron "charlatán", es que Pablo repitió el mensaje en
varias ocasiones. El evangelio es la verdad y no cambia nunca. Y por esta
razón, y porque el rosario es una
meditación constante y repetitiva del evangelio, es el arma perfecta
para nuestros tiempos.
Traducción de Elena Faccia Serrano.
Publicado en Cari Filii.
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