Advierte contra el uso de tablas ouija y la magia negra
El P. Antonio
María Rejano Caballero, exorcista de la archidiócesis de Mérida-Badajoz
(Extremadura, España), advierte que la práctica de la magia negra o el uso de
tablas ouija son instrumentos por los que el demonio puede poseer a una
persona.
(Efe) Aunque siempre ha estado rodeado de misterio, el exorcismo es un ministerio sacerdotal y, de hecho, cada diócesis
debería contar con un «especialista»,
según confiesa el párroco de Jerez de los Caballeros (Badajoz) y exorcista,
Antonio María Rejano Caballero, que añade que es un tema «que está saliendo a la luz ahora» y que antes «solo se veía en las películas».
Rejano Caballero, natural de
Aceuchal (Badajoz), de 47 años, es uno de los dos sacerdotes autorizados en
Extremadura para hacer exorcismos y lleva tres años en la ciudad templaria.
Hace dos años recibió la
propuesta del Obispado para que se encargarse de este rito «que la Iglesia utiliza para expulsar el demonio del
cuerpo de una persona» y para el que el sacerdote debe formarse «porque no es una realidad que te encuentres
todos los días».
«Es algo que
está saliendo a la luz ahora, antes estaba más oculto. En mis tiempos de
seminarista no se sabía quién era en la diócesis y, sin embargo, ahora todo el mundo sabe quien es y que existe», reconoce Antonio
María Rejano, que afirma que ser exorcista «no es
cuestión de fortaleza mental ni física, sino de tener fe y ser persona de
oración».
Antonio María Rejano, que en este período ha realizado media docena de
exorcismos, explica que no está solo en las sesiones, sino que le
acompaña un grupo de oración laico, porque lo fundamental es «oración, oración y oración», insiste.
Además, relata que el proceso hasta el exorcismo no es fácil, ni
se hace en una sola sesión, sino que es el último punto al que se llega
cuando una persona entiende que está poseída por el demonio tras pasar por
muchos especialistas y no encontrar respuestas a su situación.
«ESTAS COSAS
SUCEDEN»
Visiones, situaciones
anormales y extrañas vividas en sus propias casas, hablar lenguas o dialectos «muertos», que casi nadie conoce, u olores, por
ejemplo, a azufre, son algunos síntomas propios de una posesión, según este
sacerdote, que reconoce que aunque son
cosas que se ven en las películas «estas cosas
suceden».
No obstante, precisa que hasta que no se inicia el ritual, con
entrevistas con la persona que cree estar poseída, no es posible asegurar si existe o no posesión, además de que se requiere la información médica de un
especialista que descarte que se trate de cualquier enfermedad.
Rejano Caballero reconoce que dar mayor luz a los exorcismos puede
provocar, en cierto modo, «un efecto llamada» de gente que crea sufrir una posesión, aunque
basta con entrevistas personales para saber si se está en lo cierto o no.
A su juicio, un exorcismo «es
algo muy serio y muy profundo que los que lo hacemos desde la fe sufrimos con
la persona a la que se le está
realizando y eso es lo que de alguna manera nos tiene que hacer recapacitar,
que no es solamente por el morbo, por decirlo de alguna manera».
Ante quienes piensan que los exorcismos «son
cosas de otros tiempos», este sacerdote asegura que «es algo muy actual porque el demonio hoy está más presente que nunca
en el mundo y a través de distintas acciones entra en las personas, porque hay
falta de fe» y se ignora
la presencia de Dios en la vida de las personas.
Además, asegura que también hay maneras «externas» de que el demonio
entre en una persona, como la magia negra o el uso de tablas ouija «que la gente piensa que son tonterías y no son tan
tonterías, sino situaciones en las
que uno puede recibir en ese momento la posesión del demonio y aparecer en otro
momento de su vida».
En cuanto a la imagen que el
cine da de los exorcismos, señala que las situaciones, en general, «no son tan
exageradas» y además de que «ni los hacemos de
noche ni en penumbra, sino de día y con luz».
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