Explicamos por qué Taizé, que cumple seis
décadas, sigue atrayendo 70.000 jóvenes al año.
Taizé sigue moviendo a muchos jóvenes hacia Dios a
través de la música, el silencio, la oración, la austeridad, la belleza y la
Palabra de Dios.
Unos 15.000 jóvenes llegan hoy viernes 28 de
diciembre a Madrid para participar en las jornadas de oración de Taizé, de los que unos 3.000 se alojan en
casas de amigos y parientes y otros 12.000
se alojan en casas de perfectos desconocidos que se arriesgan abriendo
sus puertas a extranjeros que tienen entre 17 y 35 años, muchos de ellos
protestantes, ortodoxos o incluso jóvenes que están en plena búsqueda
espiritual, explorando.
Los
madrileños que abren así sus casas durante 4 noches, del 28 de diciembre al 1
de enero, participan de lo que hace décadas que llaman en Taizé una "peregrinación
de confianza". Es la confianza en Dios lo que lleva a la
confianza en el peregrino extranjero.
Unas 150 parroquias madrileñas participan en
coordinar esta acogida y reparto entre sus familias de peregrinos llegados de
toda Europa, especialmente de Portugal,
Francia, Italia, Ucrania, Polonia, Croacia y otras naciones. Todos los
actos de la jornada, los talleres de distintos temas (sociales, espirituales,
artísticos, culturales) y los momentos de oración en Ifema y en las parroquias,
están abiertos a todo el mundo (de cualquier edad o sentir espiritual) y son
gratis: se pueden consultar en TaizeMadrid.es .
El
monasterio de Taizé está a punto de
cumplir 60 años, y su experiencia de acogida arriesgada es aún más
antigua: empezó en 1942, durante la II Guerra
Mundial, cuando el joven protestante Roger Schutz escondía gente en este diminuto pueblecito, judíos y otras personas que
huían de los nazis. Al cabo de unos meses de ocultar fugitivos,
sabiéndose descubiertos, Roger y sus "invitados"
huyeron a Francia. Después de la guerra, volvió... y ahora a quien
acogía era a prisioneros alemanes y a niños huérfanos o separados de sus
padres.
Finalmente,
en Pascua de 1949 siete jóvenes,
protestantes de distintas iglesias y estilos, hombres que habían visto
el horror de la guerra mundial, se comprometieron para toda la vida a guardar
celibato, llevar una vida común de oración y vivir con una gran sencillez,
fomentando la acogida y la unidad entre los cristianos y entre los hombres y
los pueblos. En 1962, el Hermano Roger acudió al Concilio Vaticano II. En 1966
Taizé acogía su primera gran reunión de jóvenes europeos. Y en 1969 entraba por primera vez un hermano
católico en la comunidad de religiosos.
Pasados
casi 60 años, Taizé ya no es un
experimento, sino una realidad consolidada: cada año pasan 70.000
jóvenes europeos por su monasterio en Borgoña, cerca de Autun, Cluny y Paray le
Monial. Allí viven más de cien hermanos.
A Taizé la han alabado los Papas
y también otras iglesias cristianas. Muchos recuerdan al cardenal Joseph
Ratzinger dando la comunión al Hermano Roger en los funerales de su común amigo
Juan Pablo II en 2005. Pocos meses después, una loca acuchilló al anciano
Hermano Roger en medio de una oración, ante multitud de testigos.
¿Por qué Taizé, algo nacido en un pueblecito rural y en la II Guerra
Mundial, una aventura ampliada en el postconcilio, sigue atrayendo hoy, después de la Guerra Fría, la Caída del Muro, la
secularización brutal de Europa, la irrupción de Internet y las redes
sociales?
Queda
claro que los jóvenes de hoy, que tienen fácil viajar a cualquier sitio, no
acuden allí por mero turismo, ni tampoco el viajar los atrae a los encuentros
como el de Madrid, con un horario agotador de caminatas y oraciones y malísima comida enlatada y su famoso desayuno
de galleta seca con aguacao (mucha agua y poca leche y cacao).
Podemos
establecer 9 puntos fuertes de Taizé
que la mantienen muy viva y relevante:
1
- LA ORACIÓN CON LA MÚSICA
La música
meditativa y repetitiva de Taizé es su gran fuerza. No es emotivista ni sentimentalista
ni es moralista. Es intemporal, es monacal, usa textos de los santos, de los Padres de la Iglesia, de autores del
Oriente cristiano y de clásicos de
Occidente como San Ignacio o Santa Teresa. Usa muchos textos de la Biblia. Y de algunos filósofos. Este año
se incorpora y presenta en Madrid una canción con un texto del filósofo español
Miguel de Unamuno. Esta es la letra que se repite y se medita uan y otra vez
durante 5, 7, 9 minutos: "Tu palabra,
Señor, no muere, nunca muere, porque es la vida misma, y la vida, Señor, no
solo vive, no solo vive, la vida vivifica". También abundan las canciones en latín, en griego y
en eslavo eclesiástico, especialmente en antífonas, aleluyas y oraciones
de perdón. Al ser repetitivos, son fáciles de aprender. Al usar varias voces,
todo el mundo puede encontrar la suya propia.
2
- LA ORACIÓN CON EL SILENCIO
Los
monjes lo tienen muy claro: los jóvenes buscan silencio. ¡Nadie más lo ofrece:
ni el mundo, ni los amigos, ni la escuela! Ni siquiera en la parroquia hay casi
silencio. Estar solo no garantiza silencio cuando tu móvil vibra sin cesar en
el bolsillo. En la oración de Taizé, la
música lleva a largos ratos de silencio orante. Y en Taizé, en Francia,
llega mucha gente que solo quiere eso:
silencio. Incluso en Madrid hay talleres que consisten en estar en
silencio y escuchar a Dios.
3
- LA ESTÉTICA VISUAL: MONÁSTICA, INTEMPORAL, NO CADUCA
Al
construir la iglesia grande de Taizé, toda de cemento, el Hermano Roger vio que
era visualmente muy fría. La decoraron con telas cálidas. Y de los ortodoxos adquirieron la apreciación
por las velas y los iconos. Y el hábito monacal: los jóvenes ven a los
monjes siempre rezar con hábito, aunque en los talleres y tareas vistan de
civil. La estética de Taizé no ha
envejecido mal, se mantiene como algo intemporal, marca espacios y
tiempos sagrados. Es monacal. Queda claro que es algo sacro, no profano.
4
- EL ECUMENISMO DE REZAR JUNTOS
En Taizé
no se discute de teología: eso es para teólogos. En Taizé, los jóvenes protestantes aprenden a rezar con
textos de San Ignacio y Santa Teresa y con iconos bizantinos. Aprenden
que las iglesias históricas no "adoran
imágenes". Católicos latinos y protestantes aprenden que el Oriente
cristiano guarda grandes tesoros. Las cartas del Hermano Roger estaban llenas
de citas de Gregorio Nacianceno, Basilio el Grande, Isaac de Siria, San Juan
Damasceno... y se cantan sus himnos. Los jóvenes ucranianos, rumanos, búlgaros,
serbios, ven a los jóvenes de Europa occidental rezar como ellos, buscar a
Dios. Los católicos entienden que la Iglesia es grande, muy grande. A veces
admiran el conocimiento de la Biblia de los hermanos protestantes. Todos cantan juntos la misma melodía, aunque a
veces cada uno en su lengua. Al final, queda una sensación: si es posible orar juntos, será
posible hacer muchas más cosas buenas juntos, deducen los jóvenes.
5
- MOMENTOS DE MOVERSE, MOMENTOS DE ESTAR QUIETOS: ORAR CON EL CUERPO
Nuestra
cultura superdigital es contradictoria: se hace poco ejercicio, uno se desplaza
poco, todo lo puedes descargar desde el móvil. Incluso las asociaciones
deportivas han perdido afiliación para jugar. Por otra parte, hoy la persona no está quieta, intenta hacer
4 cosas a la vez: escuchar la radio, ver su
móvil, ver su ordenador, alguna tarea de casa...
Taizé es
una peregrinación: has de moverte de un templo a otro, de un país a
otro, es incómodo, cansa, has de llevar poco equipaje. Pero también
es aprender a estar quieto: detenerte y rezar, detenerte y escuchar, esperar... Cada cosa a su
tiempo, y no todo a la vez. Eso implica
orar con el cuerpo: arrodillarse ante la cruz, incluso tocarla con la frente;
sentarse con la espalda recta. El cuerpo también reza. En Semana Santa, en la
iglesia de Taizé, muchos duermen en el mismo templo, abarrotado toda la noche: también eso es un abandonarse ante Dios.
6
- COMO MONJES: CULTURA DE LA SIMPLICIDAD Y AUSTERIDAD
En
nuestra sociedad de consumo, es contracultural beber el aguacao de Taizé, su
latita de carne insípida en conserva, dormir en el suelo rodeado de
desconocidos, incluso rezar sentado en el suelo a veces frío... todo eso
alimenta una cultura de la austeridad y
sencillez. Los jóvenes tienen la sensación de poder vivir con poco... y
buscando a Dios.
7
- CONOCER AL DISTINTO, A VECES AL "ENEMIGO"
Serbios y
croatas y bosnios, en un mismo retiro. Ucranianos de las mismas iglesias
ortodoxas que ahora se están separando, junto con ucranianos grecocatólicos. O
jóvenes que ven a sus hermanos llevar armas en la frontera de Lugansk.
Irlandeses del norte, protestantes y católicos. Alemanes con polacos y
franceses: en vida del Hermano Roger se mataban. Alemanes
de las dos Alemanias. Independentistas catalanes con españolistas convencidos. Todos rezando juntos, o al menos haciendo
cola juntos para merendar. El distinto no es tan distinto, reza contigo,
duerme contigo, te acoge en su casa. Pero todo es peregrinación, porque la verdadera casa está en el Cielo. Lo demás,
¿ayuda a caminar hacia allí?
8
- MÍSTICA, NO PALABRERÍO
El prior
de Taizé suele publicar una carta al año, que es meditada durante todo el
curso. Las homilías y meditaciones suelen ser breves: ¡hay
que traducirlas a varios idiomas! Taizé usa palabras, pero no en largos
discursos o sermones. Taizé ofrece
mística: Palabra de Dios, silencio,
contemplación... Los jóvenes
invitan a otros jóvenes diciendo: "ven a rezar
y a cantar, quizá te pase algo, quizá
Dios te hable". No dicen: "ven,
que te darán grandes razones y argumentos". La primacía está en la
mística: invocar
a Dios, y escuchar.
9
- NO ES UN MOVIMIENTO... Y LLEGA BIEN A ALEJADOS
Taizé no
quiere reclutar monjes ni socios ni organizar un movimiento con estatutos. De
los 70.000 jóvenes que pasan por el monasterio, hay cientos que cada año se
preguntan si deben quedarse. Muchos
pasan un año como voluntarios, ayudando. Pero solo un año: después, se han de ir, Taizé no recluta monjes.
Taizé
insiste en presentarse como una fuente:
es un lugar donde uno se refresca, se fortalece... y sigue su camino
espiritual. No es un lugar donde uno se queda. Eso hace que todo tipo de
movimientos y realidades eclesiales puedan acudir a Taizé, o enviar a sus
jóvenes. Además, al no pretender reclutar a nadie, los alejados de la Iglesia o buscadores espirituales pueden ser
invitados de una forma abierta. "Ven y
verás", la invitación de Jesús.
Como
contrapartida, si bien Taizé es muy nutritiva para quien está empezando en el
camino de la fe, para alejados, para cristianos jóvenes o con poca experiencia
de oración, y para las personas con sensibilidad más contemplativa, no es una herramienta adecuada para crecer
mucho en la fe para quienes ya sean cristianos razonablemente maduros,
los que ya han vivido el poder de la oración, la comunidad, la Palabra de Dios
o la fuerza efusiva del Espíritu Santo. Sin embargo, sus encuentros de oración,
y el monasterio mismo, siempre serán lugares de reposo y sanación para todos
los cristianos que vayan buscando a Dios.
Todo esto está ahora accesible
en Madrid durante cuatro días: las actividades y momentos de oración se
pueden consultar en:
https://taizemadrid.es
https://taizemadrid.es
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