La misa se necesita, aunque no se sienta.
Algunas
personas, preguntan por qué tienen que ir a misa todos los domingos, en vez de
hacerlo cuando les nace o sienten motivos para asistir. Piensan que el hecho de
que sea considerada como una obligación termina por desanimar; sin embargo, lo
cierto es que cuando de manera personal, después de haber investigado y
experimentado que Dios existe, que Dios resulta razonable, la cosa toma un
nuevo significado que es lo que vamos a explicar.
Primero,
partir del hecho de que la misa se necesita, aunque no se sienta, porque los
sentimientos, si bien son valiosos, vienen y van. Es decir, no son un aspecto
permanente ya que influyen muchos factores. Por ejemplo, haber dormido bien la
noche anterior. ¿A quién no le ha tocado ir a Misa
con sueño? Y eso no es malo, porque lo importante es hacerlo como un
acto de la voluntad (con excepción de aquellas veces en las que, por enfermedad
u otro motivo de peso, se nos permite faltar). Así es el amor, el
convencimiento de que esto o aquello vale la pena. Y no nos estamos refiriendo
a un tema cursi o superficial, sino al hecho de que, aunque no siempre sintamos
el mismo nivel de entusiasmo, no por eso se deja de querer. En el caso de una
pareja, hay momentos más emocionantes que otros y eso no sería una razón para
cortar. Pues de igual forma es la fe.
¿Y qué hace que la misa sea algo necesario? En primer lugar, porque es un sacramento pero más
allá de eso, resulta necesaria debido a que vivimos en medio del estrés y tener
mínimo un momento a la semana, de aproximadamente una hora, para detenernos a
ver cómo vamos, es casi un lujo irrenunciable para mantener nuestra calidad de
vida. Si lo entendemos así, acompañado por las lecturas, el punto central de la
consagración y los demás momentos que la componen, todo tiene sentido, porque
entonces construimos la semana desde ahí. Es decir, cuenta con una dimensión
tanto espiritual como práctico, porque la fe no está separada de las demás áreas
de nuestro día a día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario