Estamos
presenciando un deterioro cada vez más profundo del mundo. Al punto que el
hombre ya ha entrado en la última rebelión, negar la propia naturaleza con que
fue creado. Esto hace exclamar a los cristianos ¡hasta cuando Señor! Esperamos
que Dios aparezca para recomponer las cosas.
En este momento cielo está derramando Misericordia
antes de cualquier intervención decisiva.
Todo
parece coincidir en esta ventana de
tiempo:
–
la canonización de un papa como Juan
Pablo II, el mentor de Santa Faustina Kowalska, la vidente de la Divina
Misericordia
–
las coincidencias de varias profecías
como las de Sor Faustina Kowalska, Fátima, Garabandal, Medjugorje,
–
el año de la Misericordia decretado por
el Papa Francisco en el 2016.
Lo que nos
permiten situar este tiempo como el de
la misericordia divina. Pero el contenido de las profecías y la propia
definición de Dios también como la suprema justicia, nos avisan que la misericordia reflejará más la justicia divina en algún
momento. Veamos cómo podemos comprender la misericordia de Dios.
QUÉ
ES LA MISERICORDIA DE DIOS
El mayor atributo de Dios es el amor y la
misericordia deriva de él.
En la
entrada 651 del Diario de la Divina Misericordia, qué son los mensajes recibidos por Santa Faustina
Kowalska por parte de Jesús en la década de los 1930 en Polonia, dice,
“La misericordia es la flor del amor… Dios es amor
y la misericordia es Su acción”.
Por lo tanto
se trata de un acto inmerecido que nace
del amor, que pide amar incluso a las personas que no nos caen bien y
nos hacen mal. Es la misericordia la
que generó todo lo creado: el universo, nuestra existencia y nuestra
salvación. Porque por ella Dios creó todo de la nada, sin tener otra necesidad que poner en acción al amor. La misericordia es
misteriosamente bilateral porque transforma al dador y al receptor.
Al
punto que en el numeral 8 del diario de Santa Faustina dice: “De una manera
especial, Dios también revela Su misericordia cuando invita al hombre a tener ‘misericordia’ de Su único Hijo, el crucificado“.
Y
en este sentido en el numeral 742 del Diario de Santa Faustina aparece que
Jesús le dijo: “Exijo de
ti obras de misericordia, no debes apartarte de esto, o intentar
excusarte o absolverte de ello. Te doy
tres formas de ejercer misericordia: la primera por acción, la segunda por palabra y la tercera por oración. En
estos tres grados están contenidos la plenitud de la misericordia, y es una
prueba incuestionable de amor para Mí. Por estos medios, un alma glorifica y
rinde reverencia a Mi misericordia”.
Benedicto XVI ha dicho sobre la misericordia: “La misericordia
es en realidad el núcleo del mensaje
del Evangelio; es el nombre de Dios mismo, el rostro con el que se revela
a sí mismo”
Y
el Papa Francisco también dijo: “Misericordia
es el acto supremo por el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia es
la ley fundamental que reside en el corazón de cada persona que mira
sinceramente a los ojos de sus hermanos y hermanas en el camino de la vida”.
Es así entonces que la divina misericordia de Jesús
es preferentemente para los pecadores.
Y cambia la antigua ley de retribución por las injusticias qué impregna el mundo. Porque
desactiva la venganza y crea puentes.
Sin embargo la misericordia no es ajena
de la justicia.
En algún momento separa lo que es obstinadamente
malo de lo que es bueno.
Es así como
según el diario de Santa Faustina estamos
viviendo un momento de piedad, de misericordia para la conversión de los pecadores.
Pero en algún momento requerirá
una respuesta y un veredicto final, donde se separará lo bueno de lo
malo. De modo que la misericordia y la
gracia de Dios nos acompañan para la conversión, pero no cancelan la justicia
de Dios. No sería misericordioso si así sucediera y tampoco habría
justicia de ello. Porque sin la gracia y sin la misericordia que nos da Dios estaríamos muertos en nuestros pecados y no
podríamos alcanzar la justicia final. En algunas épocas el cristianismo enfatizó la justicia por sobre
la misericordia. Mientras que en
el momento actual se enfatiza la misericordia, al punto que casi se
descarta el papel de Dios como juez soberano, que hará justicia con los buenos
separándolos de los malos. En realidad el
ideal es el justo medio, en que se pueda ver la misericordia y la justicia
como dos caras de la misma moneda. En el salmo 35 dice que el Señor ama la justicia y su misericordia
llena la Tierra, y en el salmo 89 dice que la misericordia y la verdad
irán delante de Dios. Las revelaciones de la misericordia que Jesús le hizo a Santa Faustina tienen un alto
contenido escatológico.
Jesús
aseveró, por ejemplo, que el trabajo de
ella consistía en “preparar al
mundo para Mi última venida”. Ella creía que sus revelaciones estaban atadas a un apocalipsis.
Y
el diario contiene una terminología dramática: “Toda la
luz en los cielos se extinguirá, y habrá una gran oscuridad sobre toda la
tierra”, dijo Santa Faustina. “Entonces la señal de la cruz se verá en el
cielo, y de las aberturas de las manos y los pies del Salvador que
fueron clavadas, saldrán grandes luces que iluminarán la tierra por un período.
Esto se llevará a cabo poco antes del último día”. Y anuncia que hoy estamos en un período donde reina la
misericordia pero después reinará la justicia.
HACE
UNAS DÉCADAS EL MUNDO VIVE EL TIEMPO DE LA MISERICORDIA DE DIOS
En
el Diario de Santa Faustina Kowalska
tenemos a Jesús diciendo: “Antes
del día de la justicia, estoy enviando el día de misericordia” (Diario, 1588).
Es universalmente aceptado que vivimos actualmente
en este “Día de Misericordia”.
Muchas
personas han asumido que este período de misericordia probablemente ha
consistido en las décadas que van desde
el final de la Segunda Guerra Mundial hasta el momento actual. Por su
parte, en marzo de 2014, el Papa
Francisco compartió su creencia de que estamos viviendo el “Tiempo de Misericordia” de que hablaba Santa
Faustina. Y que la fecha del
comienzo de este período fue hacia la época de la Consagración del Mundo al
Inmaculado Corazón de María por San Juan Pablo II, en 1984:
“Estoy seguro de esto. No es sólo Cuaresma.
.
Hemos estado viviendo en un tiempo de misericordia durante los últimos treinta años o más, hasta hoy”. (Papa Francisco, Exhortación sobre la Misericordia a los Sacerdotes Romanos, 6 de marzo de 2014).
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Hemos estado viviendo en un tiempo de misericordia durante los últimos treinta años o más, hasta hoy”. (Papa Francisco, Exhortación sobre la Misericordia a los Sacerdotes Romanos, 6 de marzo de 2014).
La consagración papal de 1984 fue hecha en unión con los obispos del mundo. Y sus frutos son
ampliamente reconocidos por la Iglesia por haber producido el colapso de la Unión Soviética en 1991, marcando un declive
significativo en el comunismo, y un período de relativa paz en el mundo.
¿ES
POSIBLE QUE LA HUMANIDAD HAYA ENTRADO EN EL PROFETIZADO “TIEMPO DE LA
JUSTICIA”?
Muy pocas
personas han dejado de observar que con el paso de los últimos meses parece que la oscuridad es cada vez mayor
sobre la tierra.
Tal vez algunos podrían suponer
que tales sentimientos provienen simplemente de la atmósfera vitriólica de:
– el avance musulmán en occidente,
–
las tensiones entre los Estados
Unidos, China y Rusia
–
el hombre negando su propia naturaleza (transexualidad) y tratando de crear
vida artificial
–
la ONU redoblando sus
esfuerzos por expandir el homosexualismo
y el aborto.
Y éstos son sólo algunos de los preocupantes
eventos globales actuales. Pero cambian, algunos conflictos se aplacan pero
surgen otros, a veces peores.
Para quienes vigilan y reflexionan sobre los
diversos profetas y videntes de nuestro tiempo, el “sensus fidelum” parece ser
que estamos al borde de acontecimientos mundiales significativos.
Que serán para la purificación de la Humanidad. Porque sabemos por las
Escrituras que a menudo es a través de
las calamidades y el sufrimiento que Dios atrae a sus hijos de vuelta a Él. Podemos
leer abundantes pasajes del Antiguo Testamento donde Dios envía (o
permite) grandes catástrofes a su pueblo elegido, los israelitas, después de
haberse extraviado.
Y justo antes de esto Dios siempre envía a los
profetas para advertirles y llamarlos que vuelvan a su Dios.
Históricamente los israelitas siempre ignoran las advertencias de los
profetas, que
informan sobre Su propio “tiempo de misericordia” Y luego inevitablemente vemos que viene Su “tiempo de justicia”. Es un tema recurrente del Antiguo Testamento.
RECUERDA
QUE DIOS TIENE UN PLAN PARA NUESTRA RESTITUCIÓN Y SALVACIÓN
En las
numerosas intervenciones de Dios en las Escrituras, un punto queda muy claro:
aunque cuando Dios pueda causar (o permitir) que la humanidad sufra diversas
calamidades, siempre es para nuestra
restitución y salvación.
Así que ante cualquier cosa que nos llegara en los
tiempos venideros, no debemos perder la esperanza, porque incluso en su
justicia Dios es siempre infinitamente misericordioso y amoroso.
La verdad es
que la misericordia de Dios nunca
terminará, porque Él mismo es Misericordia. Pero Él también es justo, y ama
a sus hijos con un amor infinito.
Así que cuando colectivamente abandonamos a Dios,
adorando falsos ídolos y cayendo en numerosos pecados, llega finalmente un
punto que le obliga a retirar su mano protectora.
Y permite que experimentemos los efectos y consecuencias de nuestros
pecados y nuestro
abandono de Él, para poder, una vez más, reclamarnos y llamarnos hacia a Él.
LOS
ACONTECIMIENTOS NOS AVISAN
En
otra parte del diario de Santa Faustina Jesús nos dice: “El que se niegue a pasar por la puerta de mi
misericordia deberá pasar por la puerta de mi justicia” (Diario 1146).
El año 2017 marcó el 100 aniversario de Fátima, los
500 años de la reforma protestante, los 300 de la masonería y los 100 de la
revolución bolchevique.
¿Estamos realmente al borde de una purificación que consiste en
eventos muy graves para todo el mundo? Sólo Dios lo
sabe. El tiempo
pronto nos dirá lo que nos espera.
Recordemos
otra cosa que le dijo Jesús a Santa Faustina: “Hoy te envío a ti, hermana Faustina, con Mi
misericordia a la gente de todo el mundo. No quiero castigar a la humanidad doliente, sino que deseo sanarla,
llevándola hacia Mi Corazón misericordioso. Yo uso el castigo cuando ellos mismos me obligan a hacerlo; antes
del Día de la Justicia, estoy enviando el Día de la Misericordia “
“Estoy prolongando el tiempo de misericordia por el
bien de los pecadores, pero ¡ay de ellos si no reconocen este tiempo de mi
visitación!” (Diario de Santa Faustina Kowalska, 1588 y 1160)
EL
ÁNGEL DE FAUSTINA Y DE LUCÍA DE FÁTIMA
Esto que tiene por vidente a Santa Faustina no es aislado, otros lo
han informado.
Curiosamente, la Hermana Faustina vio a un ángel
como “ejecutor de la ira divina” de una manera que recuerda
sorprendentemente la imagen de un ángel en el tercer secreto de Fátima.
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Un ángel que había estado a punto de poner el mundo en llamas.
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De hecho, la similitud es sorprendente.
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Un ángel que había estado a punto de poner el mundo en llamas.
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De hecho, la similitud es sorprendente.
“Estaba
vestido de una ropa deslumbrante, su cara gloriosamente brillante, una nube debajo de sus pies“, dijo a Santa Faustina. “A partir de la nube, trueno y relámpagos fueron
surgiendo sucesivamente, y sólo después golpearon la tierra. Cuando vi este signo de la Ira Divina que
estaba a punto de golpear la tierra, y en particular un lugar determinado, que
por buenas razones no puedo nombrar, empecé a implorar al ángel que lo
detuviera durante unos momentos, y el mundo haría penitencia. Pero
mi petición fue una mera nada en la faz de la ira divina. En ese momento vi a la Santísima Trinidad. La
grandeza de Su Majestad me perforó profundamente, y no me atreví a repetir mis
súplicas. Me encontré suplicando a Dios por el mundo con palabras interiores. Mientras oraba de esta manera, vi la
impotencia del ángel: Él no podría llevar a cabo el castigo, que era justamente
por los pecados“.
Compara
esto con el tercer secreto: “… al lado
izquierdo de Nuestra Señora un poco más arriba, vimos un Ángel con una espada
de fuego en la mano izquierda. Centelleando emitía llamas que parecía iban a
prender fuego al mundo, pero se apagaba al contacto con el esplendor que
Nuestra Señora irradiaba de su mano derecha“, escribió la Hermana Lucía de
Jesús dos Santos.
Sor Lucía, cuya profecía también se ha vinculado directamente
a Juan Pablo II, murió poco antes que el Papa.
El hecho de que la Hermana Faustina tuvo tal visión similar en la
década de 1930 – mucho
antes de que el tercer secreto fuera hecho público, pero años después de que el
secreto fue dado (a Lucía) – es un elemento de no poca fascinación.
¿Hay algo diferente ahora? ¿La vida de Juan
Pablo II (y la muerte), en asociación tanto Divina Misericordia y Fátima,
son una señal? ¿O tenemos un largo camino por recorrer aún?
Fascinante será cómo una Iglesia, que frunce el ceño abiertamente con las profecías de los tiempos
finales, manejará sus predicciones.
NOSOTROS
TENEMOS QUE COLABORAR HACIENDO NUESTRA PARTE CON OBRAS DE MISERICORDIA
En la actualidad existe poca duda de que debemos:
– alimentar al hambriento,
– dar de beber al sediento,
– vestir al desnudo,
– cobijar a los sin techo,
– visitar a los enfermos,
– visitar a los encarcelados,
– o enterrar a los muertos (las siete obras de misericordia corporales).
– alimentar al hambriento,
– dar de beber al sediento,
– vestir al desnudo,
– cobijar a los sin techo,
– visitar a los enfermos,
– visitar a los encarcelados,
– o enterrar a los muertos (las siete obras de misericordia corporales).
Hay a veces
las disputas acerca de cómo debería
llevarse a cabo, ya sea por el gobierno, organizaciones benéficas
privadas, y / o trabajos personales. También
hay desacuerdo acerca de cómo exactamente se debe entender cada obra. Por
ejemplo, algunos piensan que el cuidado de los moribundos puede incluir la eutanasia y el cuidado de la salud de
las mujeres debería incluir el aborto.
Sin embargo el punto general sigue siendo que no puedo pensar en una sola persona que conozca, religiosa o no, que
piense que las obras de misericordia corporales pueden o deben descuidarse.
Este es un gran homenaje a la cultura
cristiana y uno de los pocos de sus pilares que quedan en el Occidente post-cristiano.
DEBEMOS
RECORDAR LAS OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES
Pero hay una cuestión diferente hoy en día con las
obras de misericordia espirituales.
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Incluso en la Iglesia rara vez se mencionan.
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Incluso en la Iglesia rara vez se mencionan.
Muy pocos católicos incluso catequizados razonablemente, podría enumerar
las siete obras de misericordia espiritual muchos ni siquiera podría ser capaz de llegar a más de uno o dos.
Para
el registro, las Obras de Misericordia
Espirituales son las siguientes:
Enseñar al que no sabe
Dar buen consejo al que lo necesita
Corregir al que está en error
Perdonar las injurias
Consolar al triste o dolorido
Sufrir con paciencia los defectos de los demás
Rogar a Dios por vivos y difuntos
Dar buen consejo al que lo necesita
Corregir al que está en error
Perdonar las injurias
Consolar al triste o dolorido
Sufrir con paciencia los defectos de los demás
Rogar a Dios por vivos y difuntos
Aquí hay una gran brecha en el pensamiento nuestro.
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Tenemos la tendencia a reducir la caridad con el cuidado de los cuerpos de la gente, olvidando las necesidades de sus almas.
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Tenemos la tendencia a reducir la caridad con el cuidado de los cuerpos de la gente, olvidando las necesidades de sus almas.
De hecho
este descuido a menudo resulta contraproducente, ya que muchas de las obras de misericordia corporales son necesarias debido a
defectos del alma. Algunos (no todos) están presos, son pobres, hambrientos,
sedientos, desnudos, y así sucesivamente, pero como resultado de cuestiones
espirituales profundas en la vida o en la cultura en general. Sin
embargo fácilmente pasamos por alto
estas cuestiones espirituales. Uno podría excusar al mundo materialista secular
de este descuido, pero para nosotros que somos creyentes no hay
realmente ninguna excusa.
Es sorprendente que casi nunca les pedimos a los
pobres que asistimos que vengan a la iglesia o a escuchar un sermón.
La mayoría de los trabajos católicos en los pobres son casi
indistinguibles de los del gobierno o de los no creyentes.
¿Los pobres no tienen almas, que también necesitan
atención? ¿Es que nunca necesitan el estímulo y la instrucción o reprensión y
corrección? ¿Por
qué esto tan rara vez se incluye en nuestro acercamiento a los pobres?
Es difícil de decir, pero parece que hemos tratado
de imitar las prácticas de las agencias gubernamentales, más que nuestra propia
tradición católica.
Por supuesto
que no sólo los pobres están en necesidad de las obras de misericordia
espirituales. Todos nosotros somos
mendigos ciegos ante Dios. Es aún más importante, entonces, que las
obras de misericordia espirituales sean más ampliamente conocidas y practicadas de forma activa, ya que la
necesidad de ellas es universal. Además, aunque el cuerpo puede sufrir por
carencias, el alma puede perderse por toda la eternidad, a falta de las obras
espirituales. De ahí la necesidad que no sólo sean más amplias sino más
profundas y eternas en sus consecuencias.
¿Debemos
poner énfasis en practicar obras de misericordia corporales? ¡Por supuesto!
Pero no debemos descuidar las obras de
misericordia espirituales, como tan a menudo hacemos.
NO
DEBEMOS DESCUIDAR LAS OBRAS DE MISERICORDIA DE ADVERTIR AL PECADOR
La palabra
que se usa en la Biblia es “amonestar” viene
del verbo latin monere que significa
advertir, aconsejar, o alertar ante una amenaza o peligro. Como tal, su
objetivo es el bien de la otra persona, es un acto de amor y preocupación.
Amonestar o advertir al pecador no es
menospreciarlo o humillarlo, sino más bien alertarlo sobre el peligro de un
curso de acción pecaminosa.
En nuestra cultura, por desgracia, amonestar al pecador ha caído en
desgracia por
numerosas razones. Filosóficamente y sociológicamente, muchos han relegado la mayor parte de la moral al
ámbito de la opinión privada. Amonestar es visto por muchos como un intento de
imponer sus valores a los demás, o como una especie de juicio injusto o
arbitrario.
Desde un punto de vista psicológico, vivimos en
tiempos de mayor sensibilidad.
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Tiempos en que muchos toman las críticas de su comportamiento muy personalmente.
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Y tienen dificultades para distinguir entre las preocupaciones por la conducta y la falta de respeto a la persona.
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Tiempos en que muchos toman las críticas de su comportamiento muy personalmente.
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Y tienen dificultades para distinguir entre las preocupaciones por la conducta y la falta de respeto a la persona.
Si uno
expresa preocupaciones sobre las madres
solteras, a menudo dicen que se
ofende a los pobres, a los grupos minoritarios, a las mujeres, etc. No importa
que muchos males sociales graves provengan de los niños que no viven en
un hogar con ambos padre y madre. Hoy en día, cualquier crítica de este
comportamiento obviamente problemático, se
toma muy personalmente por muchos. Lo mismo es cierto en gran medida con
el aborto. Aquellos que
advierten en contra de esto a menudo se
dice que ofenden a las mujeres. Y no necesitamos describir la ira y la
indignación generada cuando se amonesta contra el comportamiento homosexual. Tan profunda es la
política de identidad con este comportamiento que en algunos países es ilegal hablar de actos homosexuales como
pecaminosos. Estos son sólo los ejemplos más evidentes de un problema
que se ha convertido en muy arraigado en nuestra cultura.
A la gente no les gusta ser corregida y hoy en día
a menudo toman la corrección muy personalmente.
En el sitio de la
Divina Misericordia Dr. Robert
Stackpole observa: El problema es que vivimos en una sociedad dominada
por personas que no han hecho ningún progreso psicológico o moral
real. Por lo tanto, tropiezan en la vida con una comprensión adolescente
del amor. Ser “amado”, para ellos,
significa que se afirme en todo lo que quieren hacer … Aun así, la obligación sigue
siendo para nosotros los creyentes, tanto amonestar a los pecadores como aceptar la amonestación nosotros mismos.
Debemos recordar que el
objetivo no es criticar ni discriminar a la persona. Tampoco es el
objetivo ganar una discusión o sentirse superior.
El objetivo es ganar el pecador para que vuelva de
un camino destructivo y anunciar el perdón de los pecados a disposición de
todos los que se arrepienten.
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El objetivo es la salvación.
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El objetivo es la salvación.
Como tal,
amonestar a los pecadores es llamar
cariñosamente a las personas en peligro y atraerlos de vuelta desde el borde
del abismo.
ALGUNAS
CITAS DE LA ESCRITURA QUE LLAMAN A AMONESTAR A LOS PECADORES
Amonestar al pecador es una obra esencial de gracia y amor, que se nos ordena. Esto es central hoy para ser cadena
transmisora de la Misericordia de Dios. Estos son algunos pasajes
relevantes de la Escritura.
Jesús
dijo: “Si
tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu
hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se
decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo
a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como
pagano o publicano. Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra,
quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en
el cielo”. (Mateo 18: 15-18).
Jesús
nos enseña a hablar con un hermano
pecador para convocarle al arrepentimiento. “Hermanos, si
alguien es sorprendido en alguna falta, ustedes, los que están animados por el
Espíritu, corríjanlo con dulzura. Piensa que también tú puedes ser tentado.
Ayúdense mutuamente a llevar las cargas, y así cumplirán la Ley de Cristo”. (Gálatas 6: 1-2).
Nótese que estamos llamados a reconocer cuando una
persona se ha visto superada por el pecado para corregirlo. Ten en
cuenta, también, que el texto nos advierte de hacerlo en un espíritu de
mansedumbre; de lo contrario podemos pecar en el proceso mismo de corregir
al pecador. “Hermanos míos, si uno de ustedes se
desvía de la verdad y otro lo hace volver, sepan que el que hace volver a un
pecador de su mal camino salvará su vida de la muerte y obtendrá el perdón de
numerosos pecados”. (Santiago 5:
19-20).
El texto
muestra que tanto el corregido como el
corrector son beneficiarios de la corrección fraterna bien ejecutada. “No odiarás a tu hermano en tu corazón; deberás
reprenderlo convenientemente, para no cargar con un pecado a causa de él”. (Lev 19:17)
El texto nos
indica que negarse a corregir a un
vecino que peca es una forma de pecado. En su lugar, se nos
instruye a amar a nuestros vecinos y no pecar por culpa de ellos. “Si alguno no obedece a las indicaciones de esta carta,
señálenlo, y que nadie trate con él para que se avergüence. Pero no lo
consideren como a un enemigo, sino repréndanlo como a un hermano”. (2 Tesalonicenses 3:14-15)
Ten en cuenta que el pecador no pierda su dignidad; él debe seguir siendo
considerado como un hermano, no un enemigo.
Un
texto similar (2 Tesalonicenses 3: 6) dice: “Les ordenamos, hermanos, en nombre de nuestro
Señor Jesucristo, que se aparten de todo hermano que lleve una vida ociosa,
contrariamente a la enseñanza que recibieron de nosotros”. Una vez más, amonestar cuando eso se convierta en
necesario.
Y
Colosenses 3:16 agrega: “Que la Palabra de Cristo resida en ustedes con
toda su riqueza. Instrúyanse en la verdadera sabiduría, corrigiéndose los unos
a los otros. Canten a Dios con gratitud y de todo corazón salmos, himnos y
cantos inspirados”.
Un
texto similar (2 Tim 3:16-17) dice: “Toda la Escritura está inspirada por Dios, y es
útil para enseñar y para argüir, para corregir y para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios
sea perfecto y esté preparado para hacer siempre el bien”.
Y
en la carta a los Tesalonicenses Pablo dice: “Los exhortamos también a que reprendan a los
indisciplinados, animen a los tímidos, sostengan a los débiles, y sean
pacientes con todos”. (1 Tesalonicenses 5:14). En este caso, la corrección fraterna es descrita como amonestar, animar, y sostener. También
exhorta a la paciencia en estas obras. ¡Señor, dame el coraje y la humildad para amonestar
a los pecadores y la gracia de hacerlo con amor. Además, ayúdame a tener el coraje y la humildad para
aceptar la corrección de mí mismo, y concédeme la gracia de verlo como un acto
de amor!
Fuentes:
- http://blog.adw.org/2015/04/what-ever-happened-to-the-spiritual-works-of-mercy/
- http://thedivinemercy.org/library/article.php?NID=3482
- http://blog.adw.org/author/cpope/
- http://www.mysticsofthechurch.com/2016/10/before-day-of-justice-i-am-sending-day.html
- http://blog.adw.org/2018/08/justice-mercy-alike-god/
- http://www.catholicstand.com/the-divine-mercy-of-jesus/
- https://www.marian.org/
Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María
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