Este fin
de semana he tenido la oportunidad de contemplar varios belenes madrugadores.
Todos ellos envueltos en un clima de ingenuidad belleza. Puede observar que en
todos las caras de todos los que tenía a mi alrededor una sonrisa. Los niños y
los mayores sacaban la ternura que llevaban dentro. Junto a la manifestación
religiosa de cada uno de ellos, hay una clara lección de humanidad. Junto a un
belén nos volvemos más humanos, más sencillos, más alegres. No sé cómo algunos
responsables del pueblo se empeñan en adulterar lo que llaman belenes con
monigotes que afloran sentimientos grotescos en los espectadores. No es de
extrañar que al ver, que no contemplar, la grotesca puesta en escena, llamemos
Navideña, del Ayuntamiento de Barcelona el ciudadano que pasaba por allí
sienta la tentación de pronunciar un exabrupto, como he oído en más de uno.
Barcelona, la ciudad de la Sagrada Familia, y de tantas obras de arte que la
envuelven, no se merece ese insulto. Menos aún se lo merece el Misterio del
Hijo de Dios hecho hombre. Tal vez si Jesucristo hubiera nacido en Cataluña
sería otra cosa. Hay muchos espíritus raquíticos y muchas mentes taradas.
¿CÓMO ES DIOS? Desde luego no un monigote, ni un excéntrico,
ni un ignorante, ni un inculto. Dice un autor desconocido en una publicación de
Internet:
QUIÉN ES DIOS... ÉL ES CONOCIBLE. Dios, quien creó el universo en
toda su magnitud y sus detalles creativos, es posible que lo podamos conocer.
Él nos habla acerca de sí mismo, pero inclusive va más allá de esto. Él nos da
la bienvenida a una relación, para que lo podamos conocer de una forma
personal. No solo podemos conocer cosas acerca de Él, sino que lo podemos
conocer a Él de una forma intima.
Así dice el Señor: "Que no se glorié el sabio de su sabiduría, ni
el poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza. Si alguien ha de gloriarse
que se glorié de conocerme y de comprender que yo soy el Señor, que actúo en la
tierra con amor, con derecho y justicia, pues es lo que a mí me agrada" -
afirma el Señor -. (Jeremías
9:23-24)
QUIÉN
ES DIOS... ÉL ES ACCESIBLE. Dios
nos invita a platicar con él e incluirlo en lo que nos concierne. No tenemos
que organizar nuestras vidas antes. Ni tenemos que ser educados, teológicamente
correctos o santos. Es su naturaleza el ser amoroso y con actitud de aceptación
cuando nos aproximamos a Él.
El Señor está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan en
verdad. (Salmos 145:18)
QUIÉN
ES DIOS... ÉL ES CREATIVO. Todo
lo que hacemos ya está unido a materiales ya existentes o construido en
pensamientos previos. Dios tiene la capacidad de darle vida a las cosas, no
sólo galaxias o formas de vida, sino soluciones para los problemas actuales.
Dios es creativo, para nosotros. Su poder es algo de lo que quiere que tengamos
conocimiento y en lo que podamos confiar.
En mi angustia invoqué al Señor y Él me respondió. Señor, líbrame de los
labios mentirosos y de las lenguas embusteras. (Salmos
121:1-2)
QUIÉN
ES DIOS... ÉL ES HONESTO. Al
igual que una persona que te deja conocer sus pensamientos y sus sentimientos,
Dios claramente nos habla de Él mismo, aquí la diferencia principal es, que Dios
siempre es honesto. Todo lo que Él dice acerca de Él o de nosotros, es
información confiable. Más verdadero que nuestros sentimientos, pensamientos o
percepciones, Dios es totalmente preciso y honesto en lo que dice. Podemos
confiar en cada promesa que Él nos hace, lo dice en serio. Podemos creer en su
palabra.
La exposición de tus palabras nos da luz, y da entendimiento al
sencillo. Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero. (Salmos
119: 130, 105)
QUIÉN
ES DIOS... ÉL ES CAPAZ. ¿Qué
tanto te gustaría siempre tener el 100% de la razón en todo? Dios siempre tiene
la razón. Su sabiduría no tiene límites. Él entiende todos los elementos de una
situación, inclusive el pasado y el futuro relacionados con dicha situación. No
tenemos que ponerlo al día, darle consejo o persuadirlo de que haga lo
correcto. Él lo hará, porque Él es capaz y sus motivos son puros. Si confiamos
en Él, Él nunca cometerá un error, nunca nos hará menos o nos engañará. Él
puede ser de total confianza en que va a hacer lo correcto, en todas las
circunstancias y en todo momento.
Quien pone en ti su esperanza jamás será avergonzado... (Salmos 25:3)
Me gustaría que los pobres ignorantes que se han
erigido en dioses de una sociedad pagana, tomen nota, y a la hora de querer
representar al Hijo de Dios lo hagan con más cultura y respeto.
Un alma para el mundo.
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