El Obispo de Porto (Portugal), Mons. Manuel Linda,
negó la virginidad de María, la Madre de Dios, pero tras el escándalo generado
entre los fieles se vio obligado a retractarse.
En una entrevista publicada el domingo 23 de
diciembre por el sitio web
portugués Observador.pt, el Prelado dijo que “nunca debemos
referirnos a la virginidad física de la Virgen María”.
“El Antiguo Testamento dice muchas veces que Jesús
iba a nacer de una doncella, hija de Israel, que fuera simple, pobre y humilde.
Pero la verdad esa es apenas una referencia a la devoción plena de esa mujer a
Dios. El don de ser madre de Dios fue dado a María porque ella tenía un corazón
indiviso. Lo que importa es la plena donación”, explicó
el Prelado.
“Con certeza hay mujeres con el himen roto (la
membrana vaginal que suele desgarrarse en la primera relación sexual) que son
más vírgenes en el sentido de la plena devoción a Dios que algunas con el himen
intacto”, agregó.
El 26 de diciembre, el sitio web Observador agregó una aclaración
solicitada por el Obispo que decía lo siguiente: “Este
texto fue modificado a las 15 horas del 26 de diciembre para clarificar la
posición del Obispo de Porto, Don Manuel Linda, relativa al dogma de la
virginidad perpetua de María”.
El añadido solicitado por el Obispo fue colocado en negritas, pero no es
una declaración textual sino que señala que “el
obispo de Porto, Don Manuel Linda, sin negar el dogma de la virginidad perpetua
de María proclamado por la doctrina de la Iglesia Católica, refirió al
Observador que ‘nunca debemos referirnos a la virginidad física de la Virgen
María’”.
Tras el escándalo generado entre los fieles en Portugal, el Obispo
también dedicó un espacio de su homilía en
la Misa de Navidad para señalar que “no
habría Navidad sin la Virgen Santa María. Aquella que, de acuerdo con la fe de
la Iglesia –¡que es también mi fe!– es proclamada ‘virgen antes, durante y
después del parto’ de manera expresa en el Sínodo de Milán (año 390), o ‘Mater
intacta’, como decimos en las letanías. La saludamos y le agradecemos
profundamente por su insustituible contribución a la historia de nuestra
salvación”.
Aunque el Obispo se retractó de su postura, el P. Anselmo Borges,
profesor de la Universidad de Coimbra a quien el Observador también consultó
sobre los temas que preguntó al Prelado, dijo que Jesucristo no es el hijo de
una mujer virgen y fue concebido por María y José “como
cualquier otro niño”.
El sacerdote consideró al respecto que “la
teología no es un tratado de biología” y que la virginidad de María
permite explicar “la importancia de Jesús en cuanto
hijo especial de Dios”.
“María y José supieron más tarde y se dieron cuenta
del hijo especial que había tenido. Cualquier madre se espanta con los hijos y
con María y José ocurrió lo mismo. Nuestra Señora es especial porque se
convirtió al mensaje de Jesús. A veces lo entendía, a veces no”, dijo el sacerdote.
El dogma de la virginidad perpetua de la Virgen María establece que la
Madre de Dios fue virgen antes, durante y después del parto.
El Catecismo de la Iglesia Católica se refiere al tema en los numerales
que van del 496 al 507.
El numeral 499 señala al respecto que “la
profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a
confesar la virginidad real y perpetua de María (…) incluso en el parto del
Hijo de Dios hecho hombre (…). En efecto, el nacimiento de Cristo ‘lejos de
disminuir consagró la integridad virginal’ de su madre. La liturgia de la
Iglesia celebra a María como la Aeiparthénon, la ‘siempre-virgen’”.
ACTUALIZACIÓN
En un nuevo artículo
publicado este jueves 27 de diciembre en el Observador, luego de la
polémica suscitada, se señala que el Obispo de Porto se mostró “triste con la interpretación” de su pensamiento
sobre la virginidad de María y dijo que cree en su “virginidad
física y plena”.
Sobre la frase del Obispo: “nunca debemos
referirnos a la virginidad física de la Virgen María”, el Observador
señala que “está incompleta en el artículo. Este
jueves, Mons. Manuel Linda aclaró que pretendió subrayar que la virginidad de
María no tiene solo una dimensión física –que no puede ser excluida– sino
también un aspecto teológico”.
El Prelado afirma que “lo que quise decir es
que, además de este dato meramente biológico, esta muchacha, María, es una
mujer toda entregada a Dios, que pone su mirada, su existencia, en Dios. Es la
que en ningún aspecto está manchada por algo impuro”.
“Por eso la virginidad no es solo física, pero
nadie excluyó la virginidad física”, agregó.
Sobre la concepción de Jesús, el Obispo de Porto dijo que cree en
aquello que enseña la doctrina: que fue concebido
“por obra y gracia del Espíritu Santo”.
Redacción ACI
Prensa
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