DESDE
EL PRINCIPIO DIOS HA ESTABLECIDO PRINCIPIOS PARA AYUDAR A LAS PERSONAS A SER
FELICES.
Dios quiere nuestra salvación, y por ello sabe que cosas pueden alejar
al hombre del cielo.
Por eso, desde su primera revelación, nos ha dado
leyes para que podamos hacer nuestro camino en la Tierra sin tropiezos hasta el
cielo.
Dios ha
venido repitiendo las mismas leyes desde
el principio. Hay una
continuidad entre las primeras 7 leyes que le dio a Noé, los 10 mandamientos
que le dio a Moisés y la adecuación que hace de ellos la Iglesia Católica. Dios
que es Supremo creador del mundo, es sabio y omnipotente. Y sabe que esas leyes son las necesarias para
nosotros. Sin embargo algunos
piensan que las leyes de Dios son una especie de control de la moral
conservadora. Pero se olvidan que son el camino firme que nos guía a la salvación eterna. Algunos
protestantes se refieren a ellas diciendo que se trata de una moral y que es la fe la que nos salva, no la moral.
Pero la carta de Santiago dice algo central que muchos protestantes olvidan,
“Pruébame tu fe sin obras y yo te probaré por las
obras mi fe” (St. 2:18)
Porque había
dicho anteriormente que “la fe, si no tiene obras, está realmente muerta.” Es el cumplimiento de la moral expresada en los
actos diarios, en las obras, lo que define la fe.
Porque si hay inconsistencia entre obras y fe, se
debe a que la fe no es la adecuada.
LA
LEYES HAN SIDO DESDE EL PRINCIPIO
Noé cree en el Todopoderoso, por eso construye un arca. No existe otro dios, por ello
obedece. Si esto no fuera así, hubiese clamado al otro. Pues un dios puede
pelear contra otro, pero una creatura contra Dios, no. Tampoco lo maldijo, ni se enfadó con Él, por tenerlo en una barca durante
tanto tiempo. El Creador es el Omnipotente, conoce y sabe todo.
Noé escucha el mandato de Dios y obedece.
No le dice, Señor hare la guerra y destruiré a todo
hombre que te maldiga. O bien, yo mataré al que no te glorifique o no te alabe. Haré con mi cuchillo
cuadritos al individuo que te ofenda. No, simplemente escuchó el mandato y
obedeció. No replicó, ni hizo alarde. Dios le dejó a su esposa, y sus hijos; Él
mismo reconoce la sacralidad de esta institución. El relato del diluvio muestra como el construir el arca, y Noé
guarda y almacena las cosas que le dice el Señor. Dios mismo le ha concedido su Providencia. Por eso el Todopoderoso ha permitido que toda
creatura, animal y ser viviente, entre en el arca. Ningún otro ser humano fuera de Noé y su familia, fuera de los animales y
semillas de plantas fueron salvados.
El Omnipotente ha dejado una ley y Noé la obedece,
pero también él manda a que su mujer y familia la obedezca.
Esta forma
de proceder puede tener una enseñanza. Algunos han llamado a esta forma de
proceder de Noé, como las siete leyes. Entre algunas creencias estas leyes son
practicadas.
Se
puede resumir así:
1. Sólo hay un Dios.
2. No maldigas a Dios, no tomar su nombre en vano.
3. No matar.
4. Respeta tu matrimonio, castidad según tu estado.
5. Respetar a toda creatura, no comer sangre o
partes de un animal vivo.
6. No robar.
7. Respetar los mandatos de Dios, justicia.
Se parecen en parte a los diez mandamientos entregados por Dios a
Moisés. Han sido
agregados a los entregados a Noé: honrar al padre y la madre y guardar las fiestas, en los que fueron entregados a Moisés como los 10
mandamientos. Sin embargo, aunque
esas dos no aparezcan en el relato de Noé están presentes. Se puede
observar que posteriormente Noé ha de
ser honrado por uno de sus hijos y maldice a los otros (Gen 9: 21-27) En
cuanto a guardar las fiestas, se puede
ver que él, construye un altar (Gen 8: 20-22). Las leyes de Noé mantienen la idea de obedecer al Todopoderoso.
El cristianismo en sus inicios tiene por tradición
conservar los preceptos judaicos.
Pero no todos serán necesarios. Ya a Pedro se le ha revelado algunas cosas
que no justifican mantener todos los preceptos. Y es Pablo quien busca eliminar cualquier tipo de imposición de todas
estas leyes pesadas. Al final son eliminadas
algunas, como la de comer sangre, pero se insiste en no cometer
adulterio. Muchos cristianos tienen la
idea de que las leyes de Noé y los mandamientos han sido abolidos. Pero
en la práctica los apóstoles viven y los practican, y los cristianos
posteriores también.
NUEVO
TESTAMENTO Y LA PRÁCTICA DE LOS MANDAMIENTOS
“AMAR
A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS”
Esto significa negarse a sí mismo y orientarse sólo por Dios. En
Apocalipsis 12: 11 dice: “Ellos lo vencieron
gracias a la sangre del Cordero y a la palabra de testimonio que dieron, porque
despreciaron su vida ante la muerte.” El mejor testimonio de amor es dar la vida por otro. Así Cristo la dio por nosotros
y así la dieron los primeros cristianos. San Ignacio de Antioquía, discípulo de
San Juan apóstol y obispo de Antioquía, pide que lo dejen morir por Cristo: “triturado por las bestias como hostia viva”. Este obispo ya en el 110, se hace llamar
católico y recuerda que donde está el obispo de Roma, está la Iglesia Católica.
“NO
TOMAR EL NOMBRE DE DIOS EN VANO”
Justificar
los actos realizados, para proclamar que hemos hecho lo mandado, o bien para
decir que no lo hicimos, no es parte de lo que se ha recibido de Jesús.
Él mismo dice en el Evangelio cuando tengan que decir algo digan sí, sí
es sí y no para cuando es no.
No juren ni por lo
que está en el cielo ni por lo que está en la tierra.
“GUARDAR
LAS FIESTAS”
Hechos de
los Apóstoles 2: 42 recuerda como los primeros cristianos: “Acudían asiduamente
a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las
oraciones.” También versículos posteriores hablan sobre ir al Templo y de la fracción del Pan. Hay
que notar que aún existe el Templo, y que después los cristianos fueron expulsados,
por lo que ya solo se reunían en casas. Luego irán a las catacumbas.
Y recién con
el decreto de libertad religiosa de Constantino, pudieron empezar a construir sus propios centros de reunión para
la Eucaristía, o fracción del pan como le llama San Lucas.
“HONRAR
A LOS PADRES”
Significa
que tus actos pueden ser lo que a ellos
les llene de alegría o de tristeza.
Para Jesús,
que es el Señor, era estar sujeto a
ellos. (Lc. 2: 51)
“NO
MATAR”
Los primeros
cristianos han muerto por no pelear. Han preferido ser asesinados a matar.
El católico debe defender la vida.
Amad a vuestros enemigos, oren por quienes los persigan, pues si sólo aman a su amigos ¿Qué mérito tienen? (Mt 5: 44)
“NO
COMETER ACTOS IMPUROS”
Se refiere al adulterio y a todo aquello que, consintiéndolo en el
corazón, nos aleja de la fidelidad a Dios. Es decir, quién no vive de acuerdo a su estado en castidad. Y también
quién por dar satisfacción a la carne,
prefiere cometer actos impuros de pensamiento, de palabra y de obra. Así
en Hechos 15: 20, se les recuerda a los hermanos no cometer actos impuros, o fornicación.
“NO
ROBAR”
El poner todo en común era propio de imitar a la familia para los
primeros cristianos. Por ello era inadmisible el robo. San Pablo recuerda que quién no trabaja que no coma, pues si no lo
hace, es como robarle a quién si lo hace. Está aprovechándose del buen
cristiano.
“NO
MENTIR”
“Pedro
le dijo: «Ananías, ¿cómo es que satanás llenó tu corazón para mentir al
Espíritu Santo, y quedarte con parte del precio del campo?” (Hechos 5: 3)
“NO
CONSENTIR PENSAMIENTOS Y DESEO IMPUROS”
El noveno
mandamiento también tiene por objeto respetar el matrimonio. Pero también va para aquellos, los solteros.
De alguna manera si el sexto mandamiento se refiere a la impureza y fornicación
del individuo, este mandato lo hace
para el hombre que respete a la mujer y viceversa en términos generales.
“NO
CODICIARÁS BIENES AJENOS”
“No busquen los bienes de la tierra
donde la polilla los arruina, busquen más bien los del cielo” (Mt. 6:19) Estas palabras
hacen eco del décimo mandato mismo que recuerda esas palabras de Jesús. Por
ello la bestia se enfureció con la
mujer y se fue hacer la guerra contras los que siguen los mandatos del Señor (Ap.
12: 17).
A Jesús le duele su Corazón, diez dardos le
atraviesan cuando no le buscamos.
Pareciera que las llamadas leyes de Noé se repitieran en las actuales y
a la vez en el eco de las de Moisés.
LOS
MANDAMIENTOS SON LA EXPRESIÓN DEL AMOR DE DIOS
El Todopoderoso busca con toda razón la salvación
del hombre.
Pues
son creación suya.
Pero
para que el hombre en su elección escoja a Dios, debe elegir libremente.
El individuo que ama no puede amar si es obligado,
o bien si no tiene la libertad.
Por
ello no se puede hablar de socialismo o comunismo porque la caridad, ha dejado
de ser una elección libre, pues se convierte en obligatoria.
Por
esta razón, Dios en su omnipotencia, ha tenido por bien dejar que cada uno sea
libre.
En esa libertad tiene la esperanza de que el hombre
lo escogerá a Él.
Sabe
que los hombres son frágiles y que pecan.
Pero
por ello extendió sus brazos en la cruz “y así adquirió para Él un pueblo santo”.
San
Pablo dice que no hay que entristecer al Espíritu Santo.
El Señor sufre cuando lo abandonamos, cuando se
escoge el pecado frente a la gracia.
Su dolor se
asemeja al del padre misericordioso, el que nos recuerda la parábola del hijo
pródigo.
LOS
DERECHOS DE DIOS
Pero así
como nos quiere, y espera nuestra
felicidad y que seamos salvos; Dios también tiene derechos.
Tiene derecho a que sí no lo aman, le respeten.
A que no blasfemen contra su nombre. Hay
que respetar a todos incluido a Él, porque Él es santo. Para algunos hombres
Dios no existe, y para los que creen en Él, es una falta de respeto las
irreverencias de algunos hombres. Pero lo es más para el Todopoderoso, que amando es despreciado. Por ello Cristo
se glorificó en la cruz y el Padre lo resucitó de entre los muertos. Y de ahí
que ningún cristiano puede seguir un
camino que no sea el de la cruz. Porque
la vida es derecho de Dios, Él la quita y la da.
Nadie debe por lo tanto usurpar el derecho divino.
Del mismo
modo se debe respetar a los otros seres
vivos, animales y plantas, porque también son creación de Él. Es cierto
que en algunos casos, se permite la muerte, como lo es en defensa propia. O
también en el caso de animales y plantas para la alimentación del ser humano. Pero
esto no es una rebelión propia del ser humano ni una extralimitación, sino parte del plan de Dios. No mientan, no
forniquen, no hieran el Corazón de
Cristo con los dardos del desprecio y del olvido. No olviden que antes
de existir, Él ya existía. Somos
creaturas, no somos Dios. Por tanto debemos ser cristianos que guarden los mandatos de Dios, imitando
a la Mujer de Ap. 12. Y entonces, se enfurecerá el dragón y los coros del cielo
saldrán en defensa del Creador.
La bestia será echada y los que siguieron los
mandatos del Señor entrarán a formar parte de su Reino.
Esta es la batalla que enfrentamos hoy día en nuestras vidas.
Fuentes:
- https://www.bibliacatolica.com.br/es/la-biblia-de-jerusalen/apocalipsis/2/
- http://www.johnpratt.com/items/docs/2016/seven_laws.html
- https://www.simpletoremember.com/articles/a/seven-laws-of-noah/
- https://www.gotquestions.org/Noahide-laws.html
- https://carm.org/what-are-the-noahide-laws
Enrique Alfaro
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