miércoles, 10 de octubre de 2018

POR QUÉ LA INMACULADA DEBE SER EL CENTRO DE NUESTRA DEVOCIÓN EN ESTOS TIEMPOS


Hace un siglo Nuestra Señora dijo en las apariciones de Fátima. “Al final mi Corazón Inmaculado Triunfará”. Ese triunfo de la Inmaculada nos traerá a Jesús para reinar en la Tierra. No hay otra cosa, es un paso imprescindible para que Jesús vuelva. Hoy recién estamos tomando conciencia del valor de la Inmaculada Concepción.
Éste título, el de la Inmaculada, debería ser nuestro estandarte.
Deberíamos recurrir de manera especial a la Inmaculada, consagrarnos a Ella y darlo todo por Ella. Pues al final la Inmaculada debe reinar y así preparar todo para la venida del Corazón de Jesús.

LA BIBLIA RECOGE LA MISIÓN DE LA INMACULADA
Dios cambia los nombres en la Biblia, cuando quiere que la persona realice una acción especial.
Así, a la Virgen se le llama Kejaritomene (Rebosante de gracia, Inmaculada, llena de gracia), Madre de mi Señor y Mujer.
La Inmaculada ha recibido el anuncio del ángel y éste la ha llamado de manera especial. Y como un vaso que no puede contener las gracias que recibe, y después de hablar con su marido San José; sale a visitar a su prima Isabel. Y allí la Toda Pura saluda. San Juan Bautista no ha oído nunca la voz de la Virgen, y salta de alegría en el vientre de su madre. La Inmaculada trae toda gracia, pues en ese instante Isabel se llena del Espíritu Santo y la llama Madre de mi Señor. Madre de mi Dios, así la han reconocido. Por otro lado Jesús, utilizando la profecía del Génesis sobre la mujer que da al que aplaste la cabeza, se refiere a Su madre de una manera diferente. No como la llamamos nosotros sino como Mujer. Y San Maximiliano Kolbe, al notar que la Inmaculada ha sido la que como vaso rebosante de gracia ha llenado de flores el jardín, dice: “Dios, en su infinita bondad, estableció a Nuestra Santísima Madre como tesorera de todas las gracias, las cuales son derramadas sobre la tierra sólo a través de Ella. Es normal que pidamos estas gracias a Dios, pero es preciso hacerlo por mediación de la Inmaculada”.

Hermoso es observar los pasajes del Evangelio donde Jesús, se vuelve el más dulce y obediente frente a su Madre. Y Ella ante Dios la sierva más humilde. Amor de Madre, amor de hijo, amor de Dios. La Inmaculada es creatura, Jesús es Dios.
Pero Jesús cumple lo que la Madre le dice, y comprendiendo el designio del Padre, el agua se convierte en vino.
Primer milagro de Jesús y por pedido de la Inmaculada.

ELLA NOS ACERCA A JESÚS
Al conocer la bondad de la Virgen es imposible no querer cambiar de vida.
La Madre sabe conducir nuestra vida si dejamos que Ella trabaje. Al autor de este artículo lo fue trabajando, para que saliendo de cada pecado pudiera acercarse a Ella; y despreciando lo terreno, se enamorara de lo eterno. Pero el demonio sabiendo que nuestras inmundicias son las que Cristo carga, las que le hicieron morir en la cruz, nos acusa. Frente al pecado el alma se ve reflejada un abismo de podredumbre, de la que nada se puede sacar. Si fuera un aparato eléctrico, no serviría ni para repuestos. Si fuese comida la tiraríamos porque ya hasta olería mal.

¿Cómo un mendigo se acercaría a su Señor? Así lo propone Santo Tomás de Aquino: Ruego, pues, a vuestra infinita bondad y misericordia, tengáis por bien sanar mi enfermedad, limpiar mi suciedad, alumbrar mi ceguedad, enriquecer mi pobreza y vestir mi desnudez, para que así pueda yo recibir el Pan de los Ángeles (…)”

La Virgen sabe de esto. Ella como Madre nos acerca, Ella, la que se preparó de la mejor manera para recibir a Jesús, Ella, la que lo conoce mejor.
Ella sabe cómo acercarnos al Rey de Reyes y Señor de Señores.
Por eso San Maximiliano dice que debemos: pertenecer a la Inmaculada de tal manera que no quede nada en nosotros que no le pertenezca, anonadarnos en Ella, ser transformados en Ella, ser “transubstanciados” en Ella, que no quede sino Ella… que seamos suyos como Ella es de Dios”

INSTRUMENTOS DE SU AMOR
La Inmaculada se apareció para dejar la Medalla Milagrosa, puedes ver más de estas apariciones aquí.
La Inmaculada le dice a Santa Catalina Labouré, la vidente de la Medalla Milagrosa: “Haz que se acuñe una medalla según este modelo. Todos cuantos la lleven puesta recibirán grandes gracias. Las gracias serán más abundantes para los que la lleven con confianza.Por eso es necesario conseguir una de estas. Seguirle, queriendo hacer lo que Ella nos pide. Reconociendo que es un signo del amor que se le tiene como nuestra Madre. Querer ser más para Ella, para ser suyos.

EL ROSARIO ES EL CULMEN DE SU DEVOCIÓN
El rosario es la repetición de “Aves Marías” que nos llevan desde su Inmaculada Concepción, hasta su coronación como Emperatriz.
Al rezarlo nos recordamos de la Virgen y de esa unión con su Hijo, de como Dios realiza grandes cosas en Ella. Estos son los cinco misterios del Rosario, si digo cinco porque los misterios preparatorios hablan sólo de Ella. Preparatorios: La Inmaculada Concepción; el nacimiento de la Virgen; la presentación de la Virgen en el templo; La perpetua Virginidad de nuestra Señora; los desposorios de San José y Nuestra Señora.
Gozosos: La encarnación; la visita a su prima Isabel; el nacimiento de Jesús; la presentación de Jesús en el templo; el niño perdido y hallado en el templo.
Luminosos: El bautismo de Jesús; el primer milagro de Jesús; el anuncio del Reino de Dios; la transfiguración; la institución de la Eucaristía.
Dolorosos: La oración de Jesús en el huerto; la flagelación; la corona de espinas; Jesús camina con la cruz por la vía dolorosa; muerte y sepultura del Señor.
Gloriosos: La resurrección de Jesús; su gloriosa Ascensión; la venida del Espíritu Santo sobre la Virgen María y los apóstoles; el tránsito y asunción de la Virgen; y la Coronación de la Inmaculada como Emperatriz, Reina y Señora de todo lo creado.
La medalla, el rosario, el escapulario de la Inmaculada, como tantas otros sacramentales, tiene como objeto ayudarnos a sentir un mayor amor por la Virgen y Jesús.

ESTAS DEVOCIONES ENFURECEN AL DEMONIO
Frente a esto el demonio enfurecido (Ap. 12: 17) batallará contra los hijos de la Inmaculada.
San Maximiliano nos dice: “¿Podemos permanecer inactivos ante los violentos ataques de los enemigos de la Iglesia de Dios? ¿Basta con llorar y lamentarse? ¡No!
Pensemos que en el Juicio Final seremos juzgados no sólo por las obras que hemos realizado, sino también por aquellas buenas obras que hubiéramos podido realizar y no las hicimos.”
San Juan en Apocalipsis 12 habla de la Mujer (la Inmaculada), el dragón (el demonio) y la descendencia (la Iglesia Católica) y el combate.
Los hijos de la Virgen deben ver en ese pasaje como el diablo, enfurecido se va. Sin embargo la batalla no ha terminado, por ello es necesario ser un caballero de la Inmaculada. Porque el demonio seguirá trabajando hasta que la Inmaculada no reine.

PREPARARSE PARA GANAR LA GUERRA
El comunismo, socialismo, son instrumentos para lograr la incredulidad en las personas. Igual que el  materialismo, la masonería, las sectas, entre otros. Ellos son instrumentos del demonio.
“Una gran batalla se librará bajo el estandarte de la Inmaculada; enarbolaremos sus banderas contra las huestes del príncipe de las tinieblas; entonces, la Inmaculada se convertirá en la Reina del mundo entero y de cada alma en particular”, dijo San Maximiliano Kolbe
Por eso, hay que asemejarse a Ella, vivir y morir por Ella. Trabajar por construir en nuestras ciudades centros que logren atraer corazones a la Inmaculada. Es necesario ser de Ella, de la Inmaculada, de esa mujer que logra aplastar la cabeza del enemigo. No es adoración, es imitarla en ese preciso momento de su concepción purísima; de ese nombre que Dios le ha puesto. Los artistas al esculpir a la Inmaculada, la hacen como una doncella en la edad perfecta, con doce estrellas y la luna bajo los pies. Con la corona imperial sobre la cabeza, vestida de azul y blanco. En España la Inmaculada de Castilleja de la Cuesta lleva varios angelitos alrededor, recordando algunas otras virtudes que destacan en Ella. Es como puede un artista imitar a la más bella de las creaturas. Y a esa hermosa creatura, es la que debemos imitar. Nuestro estandarte es Ella, por eso la bandera de Guatemala es azul y blanca, como la Inmaculada, como la de Argentina, Uruguay y otros países. Azul con doce estrellas como la Unión Europea. Es que la Inmaculada es azul como símbolo de fidelidad al Padre, humilde como en la Anunciación. Pura como la nieve, blanca como la azucena. Luna de hermoso fulgor refleja a Cristo como perfecta creatura. Santa e inmaculada. ¿Acaso no han leído las Escrituras? (expresión bíblica cuando Jesús cuestiona, como en Mt 19:4). Así sed ustedes santos e irreprochables (1 Pedro 1: 16) imitándola Ella, para ser para Él. Por eso lleven las armas que los ayudaran a ganar la batalla.
Y estos son los gritos de guerra, nuestra oraciones.

A LA INMACULADA GENERALA DE LOS CIELOS
“¡Oh Augusta Reina de los Cielos y Señora de los Ángeles! Pues habéis recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de la serpiente infernal. Dignaos escuchar benigna las súplicas que humildemente os dirigimos; enviad la santas legiones para que, bajo vuestras ordenes, combatan a los demonios, donde quiera repriman su audacia y los persigan hasta precipitarlos al abismo”.

ORACIÓN DE MONSEÑOR RICARDO CASANOVA, EL GRANDE
“¡Gloria a María por su Concepción Inmaculada! ¡Gloria a la doncella bendita, por esa noble y singular prerrogativa que engrandece al Señor y es para el hombre manantial de honor y bendición!… ¡Salud libertadora nuestra! ¡Salud, abismo de gracia, abismo de santidad, abismo de amor y de bendición!… ¡Oh Reina de la paz! haced que llegue la era dichosa en que no haya en el mundo más que una fe y una obediencia, en que la Iglesia abarque en su seno maternal razas, lenguas, climas e imperios, y ejerza sin contradicción ni puro y no turbado, entonces la tierra tendrá una sola voz para ensalzaros. Y el himno universal que armoniosamente se eleve a vuestro luminoso trono, resonará hasta el último día y seguirá resonando sin fin en los alcázares eternos. Reinad pues Emperatriz gloriosa y asócianos a la victoria contra tus enemigos”.

DE CONSAGRACIÓN, SEGÚN SAN MAXIMILIANO KOLBE
“Oh Inmaculada, reina del Cielo y de la Tierra, refugio de los pecadores y Madre nuestra amorosísima, a quien Dios confió la economía de la misericordia. Yo……. pecador indigno, me postro ante ti, suplicando que aceptes todo mi ser como cosa y posesión tuya. A tí, Oh Madre, ofrezco todas las dificultades de mi alma y mi cuerpo, toda la vida, muerte y eternidad. Dispón también, si lo deseas, de todo mi ser, sin ninguna reserva, para cumplir lo que de ti ha sido dicho: “Ella te aplastará la cabeza” (Gen 3:15), y también: “Tú has derrotado todas las herejías en el mundo”. Haz que en tus manos purísimas y misericordiosas me convierta en instrumento útil para introducir y aumentar tu gloria en tantas almas tibias e indiferentes, y de este modo, aumento en cuanto sea posible el bienaventurado Reino del Sagrado Corazón de Jesús. Donde tú entras oh Inmaculada, obtienes la gracia de la conversión y la santificación, ya que toda gracia que fluye del Corazón de Jesús para nosotros, nos llega a través de tus manos”. Ayúdame a alabarte, Oh Virgen Santa y dame fuerza contra tus enemigos.

A JESÚS POR MARÍA
Es la elocuente frase que recuerda el papado de San Juan Pablo II, quién renovó la consagración de la Iglesia Católica a la Inmaculada.
Su devoción a la Inmaculada, debe verse también en relación a Papas de pontificados anteriores, que envueltos en la luz que emana del Sol de Justicia, Cristo el Señor, hicieron de esa frase un camino para llegar a Él, por medio de la Virgen. Dejen pues que la Inmaculada sea su camino, prepárense adecuadamente.
Confíen en Ella, preparen en sus casas un altar para la Ella, lleven su medalla y trabajen por construir su Reino.
Pues cuando la Inmaculada sea más conocida y amada, el mundo podrá prepararse a la venida del Señor de Señores, y Él reinara por siglos sin fin, y la Inmaculada se sentara a su lado.

Fuentes:
Enrique Alfaro

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