El Papa Francisco alertó este lunes que hay
“vientos contrarios y violentos que golpean a la barca de la Iglesia”, en una
audiencia que concedió a los sacerdotes de la Diócesis de Créteil (Francia).
En la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano, el Santo
Padre dijo que “vivimos en un contexto en el que la
barca de la Iglesia es golpeada por vientos contrarios y violentos, a causa
especialmente de las graves culpas cometidas por algunos de sus miembros”.
Por ello, señaló, “¡es muy importante no
olvidar la humilde fidelidad cotidiana al ministerio que el Señor permite vivir
a la gran mayoría de aquellos que ha dado a su Iglesia como sacerdotes!
Nosotros sabemos que, respondiendo a la llamada del Señor, no hemos sido
consagrados mediante el don del Espíritu para ser ‘superhéroes’”.
Por el contrario, “hemos sido enviados con
la consciencia de ser hombres perdonados, para convertirnos en pastores a la
manera de Jesús, herido, muerto y resucitado, porque nuestra misión en cuanto
ministros de la Iglesia es, hoy como ayer, testimoniar la fuerza de la
resurrección de este mundo”.
“En este mundo estamos llamados a progresar
humildemente por el camino de la santidad, ayudando a los discípulos de
Jesucristo a responder a su vocación bautismal, para que sean siempre más
misioneros, testimonios de la alegría del Evangelio”.
El Papa alentó a no tener miedo de “mirar
las heridas de nuestra Iglesia” para luego “ir
hasta Jesucristo”. Además exhortó a los sacerdotes a “hacer la Iglesia de Jesucristo más amable y más amorosa”
para llegar a todos, especialmente a “los heridos, marginados y excluidos”.
Francisco recordó a los sacerdotes que con su testimonio y coherencia “permitirán a los jóvenes acoger la llamada del Señor al
sacerdocio o a la vida consagrada. Por ello los aliento a tener vuestra mirada
fija en Jesucristo y a cultivar una relación particular que los una a Él, a
través de la oración personal, la escucha de su Palabra, la celebración de los
sacramentos y el servicio a los hermanos”.
Además de vivir la alegría y la esperanza, así también podrán “profundizar en la amistad con el Señor y en la atención
continuamente renovada hacia los otros, en particular, los pequeños y los
pobres”.
El Santo Padre hizo esta reflexión luego de la
invitación que lanzó el 29 de septiembre a todos los católicos para que recen
el Rosario todos los días de octubre.
Ese día el Papa animó a los fieles a pedir a la
Virgen María y a San Miguel Arcángel que defiendan a la Iglesia ante los ataques
del demonio.
POR WALTER SÁNCHEZ
SILVA | ACI Prensa
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