domingo, 14 de octubre de 2018

NULIDAD MATRIMONIAL, ¿UN DIVORCIO CATÓLICO?


La nulidad no es un "divorcio" porque no se está terminando un matrimonio, sino se declara que nunca fue válido.

Por: Cristina Valverde Johnson | Fuente: Revista Vive!
Para que un matrimonio sea legítimo debe ser realizado de forma válida, esto contempla varios requisitos a tomar en cuenta.

El papa Francisco ha despertado un gran interés en la posibilidad de declarar nulo un matrimonio eclesiástico. Uno de los primeros actos de su pontificado fue reformar el proceso de nulidad con el fin que este sea más ágil.

LA FAMILIA EN EL PROCESO
Todavía no hay un conocimiento pleno respecto a lo que implica iniciar este proceso. ¿Es muy difícil? No, si se recibe la asesoría correcta, para lo que es necesario acudir, en este caso, a abogados canónicos. Aunque hay que tener un poco de paciencia, como en todo procedimiento es necesario seguir ciertos pasos para verificar si el matrimonio fue nulo o no.

Otra pregunta frecuente es ¿qué sucede con los hijos? La respuesta es nada. Esto no cambia, el vínculo filial sigue intacto, pues lo que se revisa es el vínculo matrimonial. Así, los padres mantienen su patria potestad y sus obligaciones. En el caso de resultar nulo el matrimonio y los padres se han vuelto a casar civilmente, estos podrán retomar la gracia de la comunión eucarística.

¿CUÁNDO ANULAR UN MATRIMONIO?

A través de este proceso puede declararse nulo un matrimonio, es decir, comprobar que nunca existió al faltar uno o algunos de los elementos esenciales del matrimonio:
  • Que uno o ambos de los contrayentes fuera a la boda bajo coacción.
  • Que excluyeran toda posibilidad de tener hijos.
  • Que engañara al otro sobre el padecimiento de alguna enfermedad de transmisión sexual.
  • Drogadicción, entre otros.
De esta forma, la nulidad no es un “divorcio” porque no se está terminando un matrimonio, sino se declara que, en primera instancia, nunca fue válido.

LOS CAMBIOS ACTUALES
Ante esto, el Papa estableció que no se necesitan dos sentencias de dos tribunales distintos que declaren la nulidad, como antes, lo que podía tardar muchos años.

Actualmente, el proceso puede durar entre 1 y 2 años dependiendo del caso, recordemos que cada uno es diferente. Por ejemplo, puede suceder que la otra parte o algún testigo importante viva en el exterior, entonces el tribunal más cercano le toma su declaración.

LA DIFERENCIA CON EL DIVORCIO
Una de las dudas que muchas personas tienen es si el proceso de nulidad es un “divorcio católico”. El papa Francisco ha reafirmado la indisolubilidad del matrimonio en varias ocasiones ya sea en homilías o en documentos como en la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia donde nos dice que esta indisolubilidad no hay que entenderla como un “yugo” impuesto a los hombres sino como un “don” para que el amor entre los esposos sea para siempre.

El Pontífice nos recuerda que la verificación o no, de la validez de un matrimonio, representa una importante posibilidad para muchas personas. Anticipa además que es un proceso doloroso, en el que la Iglesia extiende sus brazos para ayudar a los fieles a recorrer este camino con misericordia y esperanza.

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