Obispos de Benín: «la sexualidad viene de
Dios, esto significa que debemos vivirla como Dios quiere»
Documento de la Conferencia
Episcopal tras la Asamblea Ordinaria, con una orientación fundamental en la
formación de los jóvenes: «Es una fuerza que
permite amar. Este es su primer y más importante propósito. Una sexualidad sin
amor no te hace feliz».
(Fides/InfoCatólica)
«La
sexualidad es una fuerza que hay que aprender a comandar y dirigir, de lo
contrario es como un auto, si no lo sabes conducir, tendrás accidentes», escriben los obispos de Benín
en una nota, dirigida a los adultos y a catequistas sobre la enseñanza de la
sexualidad, y publicada al final de la Sesión Plenaria Ordinaria, celebrada del
21 al 24 de octubre en Bohicon, en el sur del país.
INTRODUCCIÓN DE LA «IDEOLOGÍA DE GÉNERO» EN EL PAÍS
La nota fue publicada junto
con una declaración en la que los obispos expresaron su preocupación por la
introducción en el sistema educativo del país de programas de sexualidad y
salud reproductiva que, en su opinión, de hecho promueven la permisividad
sexual, la anticoncepción y la homosexualidad.
Por esta razón, la Conferencia
Episcopal consideró necesario proporcionar a los educadores y a las familias una herramienta de orientación que les brinde
la oportunidad de proponer una visión correcta de la sexualidad. «La sexualidad es una fuerza presente en hombres y
mujeres. No se limita a la corporeidad, sino que está presente puro tanto en el
espíritu como en el corazón. Todas las células del cuerpo son sexuales, todas
las personas son sexuales, incluso en el pensamiento o en el modo de amar. El
modo de amar no es el mismo que el de la mujer», subrayaron los obispos.
«La sexualidad
viene de Dios. Esto significa que debemos vivirla como Dios quiere», recuerdan
los prelados, citando el Antiguo Testamento. La sexualidad es una fuerza que
permite amar. «Este es su primer y más importante propósito. Una sexualidad sin
amor no te hace feliz», se enfatiza en el documento enviado a la Agencia Fides.
FORMACIÓN DE LOS JÓVENES
Por lo tanto, advierten los
obispos, es necesario formar a las generaciones más jóvenes para que vivan la
sexualidad en el espíritu del amor, porque «es como
una casa que hay que construir. Lo primero que hay que hacer es sentar las
bases. Si estas no son sólidas, el edificio se derrumbará».
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