El Papa Francisco enumeró tres elementos que
caracterizan las Sagradas Escrituras y que las dotan “del poder de transformar
la vida”.
En un encuentro en el Vaticano con miembros de la
Sociedad Bíblica Americana, con motivo del retiro anual que esta organización
está celebrando en Roma, el Santo Padre comentó que la Palabra es viva y
eficaz, es cortante y escruta los pensamientos y sentimientos.
La Biblia es viva y eficaz porque, “en
efecto, desde el principio ‘Dios dijo y fue’. Y en la plenitud de los tiempos,
Jesús nos ha dado palabras que ‘son espíritu y vida’”, explicó
Francisco.
“Con la Palabra, Él dio nueva vida a corazones
apagados, como el de Zaqueo y al publicano Mateo”. Así, puso de relieve que cuando el Señor dijo a estos personajes
bíblicos, “sígueme”, ellos los siguieron.
Por ello, destacó la eficacia de las Escrituras, su lectura y la oración
a partir de su meditación “no queda sin efecto”.
La Biblia, “como palabra que, imbuida del
Espíritu Santo, dador de vida, nos comunica a Jesús que es vida y así, hace
fecunda nuestra vida. Ningún otro libro tiene el mismo poder”. “Mediante su
palabra, conocemos al Espíritu que la inspiró: de hecho, solo en el Espíritu
Santo puede ser verdaderamente recibida, vivida y anunciada, porque el Espíritu
enseña todo y recuerda cuanto Jesús dijo”.
En segundo lugar, “la Palabra de Dios es
cortante”, subrayó el Papa. “Es miel
que da la dulzura consoladora del Señor, pero también es espada que lleva una
inquietud saludable al corazón. En efecto, penetra en lo más profundo y saca a
la luz las zonas de sombra del alma. Cavando, purifica. El doble tajo de
esta espada, en un primer momento puede doler, pero en realidad es beneficioso,
porque amputa lo que nos separa de Dios y del amor”.
Por último, “la Palabra divina escruta los
pensamientos y los sentimientos”, aseguró el Papa. “El Verbo de vida también es la verdad y su palabra hace
la verdad en nosotros, disipando falsedades y dobleces. Las Escrituras nos
empujan continuamente a redirigir la ruta de la vida hacia Dios. Dejarnos leer
por la Palabra nos permite así convertirnos en ‘libros abiertos’,
transparencias vivas de la Palabra que salva, testigos de Jesús y anunciadores
de su novedad”.
“La Palabra de Dios, en efecto, aporta siempre
noticias, es inasible, escapa de nuestras predicciones y a menudo rompe
nuestros patrones”. El Papa finalizó su discurso
deseando a los miembros de la delegación de la Sociedad Bíblica Americana que “renovéis la dedicación a vuestro ministerio bíblico por
el bien de tantos hermanos y hermanas”.
Redacción ACI
Prensa
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