“Luego el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra.
Sopló aliento de vida en la nariz del hombre, y el hombre se convirtió en un
ser viviente”. Génesis 2:7 NTV
Este versículo nos
muestra quienes somos y de dónde venimos.
Dice literalmente: “Dios formó al hombre”. Nuestra
vida proviene de las manos del todopoderoso. Nuestro valor parte de este hecho:
fuimos creados por un Dios perfecto y amoroso.
La vida biológica fue
diseñada, programada y puesta en marcha por el creador de todas las cosas. Y
además impartió su aliento de vida con un soplo, nos dio espíritu de vida, y
por que tenemos espíritu podemos percibir a Dios, conocerlo y recibir fortaleza
interior. Esto a muchos los hace pensar en religión, pero la verdad que una de
las cosas que más ha distorsionado la
verdad y la persona de Dios es la religión, paradójicamente, algo que parece que nos muestra a Dios, muchas veces
distorsiona la verdad de Dios.
Y así como vemos que una
fruta posee semillas, que a su vez están perfectamente programadas para
reproducirse según su misma especie, y sin límite, lo mismo hizo con el ser humano, pero con la diferencia de
que todo lo que hizo en la tierra, lo hizo para el ser humano, para sus
hijos e hijas, a los que hizo para Él.
Muchas corrientes filosóficas y creencias revindican lo
natural, su belleza y valor, pero terminan haciendo un culto a la creación,
antes que al Creador, usan a la creación para que sea en si misma exaltada,
como si fuera huérfana.
Apartan al principal protagonista, haciendo un “dios” de la naturaleza o del universo, y no se
dan cuenta que el amor no procede de la naturaleza, ni del universo, (que son
maravillas creadas) el amor y propósito de todo, proviene del creador de ellos.
La naturaleza y el universo, no son más que la huella de las maravillas que
Dios ha creado para nosotros. Dios no es una teoría, o algo religioso, debe ser nuestra experiencia diaria para
vivir plenos y libres.
La biblia dice en hebreos
11:3 “Por la fe entendemos que todo el universo fue formado por orden de Dios,
de modo que lo que ahora vemos no vino de cosas visibles”.
Dios hizo toda la creación para el ser humano, le dio el
propósito de que todo le fuera de utilidad, y lo puso al terminar todo lo
demás. Dios no creó al hombre primero, sino último, preparo el ambiente y luego
lo puso.
Cuando ya todo estaba listo para nosotros, entonces ahí agregó al hombre y a la mujer como la corona de la
creación.
Cuando Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo estaban en el
proceso de la creación del mundo, la biblia dice: ”Entonces Dios dijo: «Hagamos a
los seres humanos a nuestra imagen, para que sean como nosotros. Ellos reinarán
sobre los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, todos los
animales salvajes de la tierra y los animales pequeños que corren por el
suelo».”. Genesis 1:26
No tenemos que andar creyendo que valemos poco o no somos
nada, todo lo contrario, somos una creación especial, amada por Dios,
especialmente creados para estar en comunión con Él, y eso es en lo que debemos
basar nuestra vida diaria, en estar en acuerdo con Dios, nuestro Padre
Celestial, bueno y perdonador.
Tanto la humanidad se a corrido de la cercanía al Creador,
que el orden establecido para que podamos vivir en paz y prosperidad, se vuelto
en un gran caos de injustica, dolor y pobreza.
El gran problema de la humanidad es que se ha alejado del
contacto con Dios y eso nos ha llevado a salir del orden inicialmente creado, y
ya sabemos quién forzó y se aprovechó de
eso para traer muerte, dolor y destrucción a partir de la primera
desobediencia.
“Pues, desde la creación
del mundo, todos han visto los cielos y la tierra. Por medio de todo lo que
Dios hizo, ellos pueden ver a simple vista las cualidades invisibles de Dios:
su poder eterno y su naturaleza divina. Así que no tienen ninguna excusa para
no conocer a Dios”. Romanos 1:20
La buena noticia es que Dios conocía esto anticipadamente,
por lo que el Padre ya de antemano a la caída, había diseñado la salida y la
solución, envió la salvación al hombre, a su Hijo Jesucristo. Y Jesús puso su
vida al venir al mundo por el Espíritu Santo para que el desorden, el pecado y
el dominio que el mal lograron, sea removido, y podamos estar en en comunión
con Él nuevamente, volviendo al plan inicial.
En este plan, es en el que debemos andar cada día, recibiendo
su Paz, alegría, libertad, bendición, sabiduría, salud, abundancia de bendiciones y vida llena del poder del Espíritu Santo
desde ahora y para siempre.
Dios te entregó poder y dominio sobre la tierra, Jesús lo
restauró todo al derramar su sangre como sacrificio por el pecado. En Jesús
somos perdonados y restaurados al plan inicial de Dios.
No te desanimes si estás pasando dificultades. El Señor te ha dado dominio sobre el mal y nos ha
restaurado la condición de ser llamados hijos de Dios. Tú debes saber que hay poder en tus palabras de fe.
Debes buscar la sabiduría y guía del Señor en cada aspecto de
tu vida, si tu corazón se consagra a esta entrega, darás un giro en aquello que
te trae dificultad.
Busca al Señor, eres amado y especial, eres una creación con
un plan pensado por el Creador para ti, Él quiere ayudarte a cada paso.
Nuestra vida debe estar centrada en la palabra de Dios, en
oración, en obediencia a todo lo que dice, en buscar el poder del Espíritu
Santo que nos capacita para ser más que vencedores en los obstáculos.
Y nos quiere usar como luz para que llevemos a muchos que
están perdidos y puedan conocer el amor de Dios por las buenas noticias de
Jesús.
Oremos
juntos así:
“Padre hoy he comprendido
que soy una creación especial, que me has dado vida porque conoces todas las
cosas desde antes de la fundación del mundo, tu viste mi vida antes de que
naciera y ahora te entrego todo problema y dificultad, ayudame e ser guiado por
tu poderoso Espíritu Santo para tener victoria y ser luz en la oscuridad,
lo creo y lo declaro en el nombre de Jesús. Amén”
Por Esteban Correa
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