¡HIJOS INGRATOS, ESTOY POR PARTIR; VENID A RECONCILIAROS
CONMIGO, NO TENGÁIS MIEDO; ACERCAOS, OS ESTOY ESPERANDO AQUÍ EN MIS SAGRARIOS
PARA PERDONAROS, SI OS ARREPENTÍS DE CORAZÓN!
SEPTIEMBRE 17 2018 1: 15 P.M
LLAMADO URGENTE DE JESÚS SACRAMENTADO A SUS HIJOS
REBELDES.
MENSAJE A ENOCH
MENSAJE A ENOCH
Mi
Paz sea con vosotros, mis Hijos fieles.
Hijos
míos, a medida que van pasando los días, va acercándose más el tiempo de la
gran tribulación. Esta humanidad ingrata y pecadora se niega a aceptar mi
Justicia, porque según ella, Dios es sólo Amor y no castigará a la humanidad;
se dicen así mismo: Nada pasará, Dios es Amor.
Sí, soy Amor, pero también soy Justicia, para que no os equivoquéis diciendo
que no os castigaré por vuestros pecados. Soy Padre, pero también soy Justo
Juez, y como Juez, no permitiré que sigáis quebrantando mis Preceptos y
destruyendo lo que con tanto amor creé.
Soy
el Dios Uno Y Trino, que se ha quedado con vosotros en silencio de sus
Sagrarios. Soy el Único y Verdadero Dios, fuera de Mí, no hay más dioses. ¡Qué tristeza siente mi Corazón al ver vuestro desprecio
e ingratitud! Sabéis quién soy, y aun así, seguís dándome la espalda y
no la cara; las preocupaciones y afanes de este mundo, son para la inmensa
mayoría de esta humanidad, más importantes que Yo. Os negáis a aceptarme, no
tenéis tiempo para Mí; vivís a las carreras y la muerte os va a llegar de
improvisto y os va a coger sin estar preparados. En la eternidad os estaré
esperando como Justo Juez y de seguro que llegaréis con las manos vacías; desprovistas
de amor y caridad para conmigo y vuestros hermanos; cubiertos con el velo del
pecado, sin arrepentimiento alguno. Entonces, escucharéis mi Voz que os dirá: ¡Apartaos de Mí, id al fuego eterno!
Hijos
ingratos, estoy por partir; venid a reconciliaros conmigo, no tengáis miedo;
acercaos, os estoy esperando aquí en mis Sagrarios para perdonaros, si os
arrepentís de corazón. Bien sabéis que no quiero vuestra muerte, sino que
viváis eternamente. No seáis necios, mirad que el tiempo ya no es tiempo; mirad
que mi Misericordia está por partir, para dar paso a mi Justicia, donde ya
vendré como Justo Juez.
¡Humanidad pecadora, despertad de vuestro letargo espiritual de
una vez; no dejéis para el último momento vuestra salvación, porque de seguro
no vais a tener tiempo para arrepentiros! Mirad,
aquí en el silencio de mis Sagrarios os estoy esperando para que os decidáis; ¿qué estáis esperando? Yo soy la fuente del perdón
y la Misericordia; venid a bañaros para que quedéis limpios de toda mancha de
pecado; apresuraos porque mis Casas muy pronto van a estar cerradas y ya no me
vais a encontrar en mis Sagrarios.
Ovejas
rebeldes, la noche os está llegando y el lobo anda suelto; si seguís en vuestra
rebeldía, ya no vais a encontrar al Pastor para que os apaciente y lleve al
redil; confundidas vagaréis en medio de la noche y vuestro balido ya nadie lo
escuchará. Volved al redil lo más pronto posible, porque el lobo os está
acechando y muy pronto os encontrará. Yo soy vuestro Eterno Pastor, atended a
mi llamado ovejas rebeldes y volved lo más pronto posible a mis apriscos, para
que no caigáis en las garras del lobo, que ya se dispone a devoraros.
Hijos
míos, cuánto sufro viendo a diario perderse tantas almas; ¡humanidad pecadora que vagáis por este mundo sin Dios y
sin ley; no quiero que corráis con la misma suerte de las almas que ya se
condenaron! Si supierais del dolor de las almas que se condenan, de
seguro que atenderíais a mis llamados y dejaríais de pecar. Las almas que se
condenan caen al abismo entre gritos estentóreos, llenos de dolor y
desesperación, que hacen revivir nuevamente mi pasión; la sangre brota de mi
Cuerpo a borbotones con cada alma que se me pierde. Triste y doloroso es el
destino de las almas condenadas.
Nuevamente
os digo humanidad pecadora, ¡aquí estoy en mis
Sagrarios, esperándoos; corred porque estoy por partir; decidíos de una vez
para que mañana no tengáis de qué lamentaros! Arrepentíos y convertíos,
porque el Reino de Dios está cerca
Soy vuestro Maestro y Pastor, Jesús Sacramentado
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, Rebaño mío.
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