En julio de 2017, el Instituto Heartfulness organizó unos talleres de “meditación
del corazón” en el
albergue juvenil Stéphane Hessel, en Porte de Valenciennes (Lille, Francia).
Según la asociación organizadora, la práctica de Heartfulness no es más
que “una forma de yoga”. Y por ello, el Instituto decidió demandar a Charline Delporte,
presidenta del Centro de Acompañamiento a las Familias que Enfrentan la
Influencia Sectaria (CAFFES por sus siglas en francés).
“Contactó
conmigo una trabajadora social que se hacía muchas preguntas”, explicó después Charline Delporte
al presidente del tribunal Lemaire y sus asesores. Una nota hecha por el CAFFES llegó a continuación al buzón de los
administradores del albergue juvenil.
La síntesis incluye la
información sobre los enlaces de la
actividad con un grupo llamado Misión Shri Ram Chandra, que aparece en
un informe
parlamentario (de la Asamblea Nacional) de 1995 dedicado a las derivas sectarias.
LOS TALLERES CANCELADOS
“Durante
23 años, la asociación ha sido
reconocida como una ONG por las Naciones Unidas y de utilidad pública
por los Estados Unidos o Dinamarca”, explicó el abogado del Instituto Heartfulness en el estrado.
En la sala del tribunal, los intercambios se centraron en el significado
exacto de frases como “convertirse
en no vivos”. “Se trata de un atajo
para el abandono de sí”, insiste el consejo de la asociación que
reclamaba 10.000 euros por daños y perjuicios.
“¿Dónde
está la difamación?”, respondió Jean-Yves Moyart, abogado de la asociación antisectas. Y
recuerda que CAFFES no envió directamente su
síntesis a los gerentes del albergue Stéphane Hessel que, después de recibir el
documento, prefirieron cancelar los
talleres de “meditación del corazón”.
Para CAFFES
y su abogado, sólo ha habido intercambios privados cuya confidencialidad debe
ser respetada. Y al final, el Tribunal
Correccional de Lille ha dictado sentencia absolutoria de la acusada. En
el plazo de diez días posteriores a su publicación, ni el Instituto
Heartfulness ni la secta que está detrás (Misión Shri Ram Chandra) han apelado
la sentencia.
DERECHO A INFORMAR Y PREVENIR
CAFFES, una asociación
heredera de la ADFI (Asociación para la
Defensa de la Familia y del Individuo), que nació en Lille en 1989, se ha
propuesto la misión de “luchar
contra las derivas sectarias”. Lo
cuenta, al igual que toda esta información, el diario francés La Voix du Nord.
Según Jean-Yves Moyart,
abogado defensor de Delporte, presidenta de CAFFES,
el matiz es importante. Cuando se trata de mencionar a un grupo o una
asociación cuyo comportamiento podría ser preocupante, Moyart esgrime lo que
podría llamarse un “principio
de precaución”: se debe desconfiar de las actitudes potencialmente
peligrosas e informar de los datos recabados.
Y, a la inversa, replicaba el
letrado del Instituto Heartfulness: ¿quién tiene el
derecho de llamar “sectas” a los demás? Ciertamente, no el CAFFES, según él.
Secretaría RIES
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