En medio de la grave crisis de infecciones de
transmisión sexual (ITS) que vive Estados Unidos, ¿los robots sexuales podrían
ser la solución? Para los líderes católicos en el país la respuesta es no.
La razón, explican, es que los supuestos beneficios
de los llamados “sexbots” nunca superarán el daño sobre la persona y la
auténtica sexualidad humana.
“Todas estas son malas soluciones a un problema
legítimo. Incluso si fuera verdad que los robots sexuales frenarían las ITS, no
haría que los robots sexuales sean una buena idea”, dijo Matt Fradd, autor del libro The Porn Myth (El Mito del Porno).
Este tipo de objetos, dijo, “denigran el
acto sexual y fingen que es una característica accidental del matrimonio, en
vez de una característica sustancial del matrimonio”.
“El deseo sexual no es escozor para ser rascado”, aseguró.
El sexo, explicó, “no es una cosa negativa
que deba ser descartada”, sino que es “un
impulso positivo que debe ser templado y regulado por la virtud”.
SIN LA VIRTUD DE LA CASTIDAD, SUBRAYÓ, NO HAY AMOR.
A inicios de esta semana, los Centros para el Control y Prevención de
Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) anunciaron que
se diagnosticaron cerca de 2,3 millones de casos de sífilis, gonorrea y
clamidia han sido diagnosticados en el 2017, una cifra histórica.
Este número de casos representa un aumento de 200.000 respecto al año
anterior, y marca un crecimiento consecutivo de infecciones durante cuatro
años.
Expertos han llamado al aumento de infecciones de transmisión sexual una
“crisis de salud pública”, y buscan formas
de detener el contagio.
Mientras tanto, un “burdel de muñecas
sexuales” espera abrir pronto en Toronto, Canadá, dentro de un mes. El
lugar asegura que ofrecerá una experiencia de “sexo
seguro” a sus clientes, que pueden ordenar a través de un “menú” de robots sexuales similares a humanos.
Los propietarios de Aura Dolls aseguran que es el primer “burdel de muñecas sexuales” en América del Norte.
Prostíbulos similares existen en Japón y en algunas partes de Europa.
El burdel ha enfrentado críticas y la reciente pérdida de su contrato de
alquiler. La ciudad de Toronto legisló que encaja en la definición de una “sala de entretenimiento para adultos”, y por lo
tanto está restringida a ciertas zonas de la ciudad.
Los dueños esperan encontrar una nueva ubicación para abrir en las
próximas semanas.
La directora de Marketing de Aura Dolls, Claire Lee, dijo al informativo
CityNews que “tratamos de enfocarnos en el hecho
que desde que tenemos este servicio, para hombres que tienen estas fantasías
oscuras, violentas, en vez de sacar la urgencia de actuar agresivamente, pueden
hacer algo como esto, que es seguro para todos”.
Sin embargo, no todos están de acuerdo con que el uso de muñecas
sexuales es seguro. Por un lado, no eliminan el riesgo de enfermedades.
A pesar de que las muñecas sean esterilizadas, el burdel alienta el uso
de condones para prevenir el contagio de enfermedades de transmisión sexual de
un cliente al siguiente.
La criminóloga forense Xanthé Mallett advirtió en junio de 2018, en un
artículo publicado en The Conversation, que “los
sexbots podrían ser herramientas para empoderar a algunas personas que ofenden
sexualmente a mujeres y niños”.
Al crear robots similares a seres humanos, dijo, “que no pueden decir que ‘no’ y pueden ser violados y abusados con
impunidad servirá en las fantasías de algunos hombres. Para una pequeña
proporción, esto podría alentarlos a llevar ese abuso a personas”.
Hannah Gutierrez, gerente de equipo de misión en Culture Project, una
organización manejada por jóvenes que promueve la virtud, dignidad humana e
integridad sexual, expresó otras preocupaciones.
Sin importar el nivel de violencia, dijo, cualquier mal uso de la
sexualidad humana promueve las ideas de usar a otras personas.
“Eso perpetuará esta idea, y ya perpetúa esta idea,
que cuando se trata de sexo… solo lo vemos como bueno mientras obtengamos lo
que queremos”, dijo a CNA, agencia en inglés del
Grupo ACI.
“El amor no debería ser este intercambio de tú has
esto y yo hago esto”, añadió.
“Ellos podrían obtener el placer físico que podrían
desear en eso, pero lo que deseaban más que el placer físico es alguien con
quién conectarse: un ser humano, una persona humana”.
Gutierrez destacó que las personas deberían mirar a la sexualidad de una
forma más saludable y bella, no como un sentimiento a suprimir o del cual estar
avergonzados, sino algo que debe ser gobernado por la castidad, para elevarlo
más allá de un mutuo intercambio de placer.
La castidad, explicó, “nos da libertad, porque
no estamos atados a pensar que el sexo es solamente un intercambio de partes
humanas y placer. Somos capaces de amar libremente, porque no estamos
controlados por nuestra sexualidad”.
“En su lugar, podemos canalizarlo al amor y amar
plenamente y amar libremente”, dijo.
Traducido y adaptado por David Ramos.
Publicado originalmente en CNA.
Por Perry West
Redacción ACI Prensa
Redacción ACI Prensa
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