miércoles, 25 de julio de 2018

UN GRAN RETO JUVENTUD, ¡UN GRAN RETO!


Juventud: Te la comes o te come.…

Por: Martín Michel Rojas Rojas | Fuente: Catholic.net

Una de las características de los jóvenes en plena era posmoderna, es la de creerse superhombres que todo lo pueden y todo lo merecen, gran parte cierta y gran parte falsa, ya que al comerse el mundo a pasos agigantados en el “poder”, no logran divisar la línea muy delgada entre comérselo  y ser devorados por él, ante la fantasía de merecerlo.

Todo lo creen poder cuando se involucran en innumerables actividades, y el pecado no es el estar activos, sino más bien en la pregunta ¿en qué se activan?, respuesta que radica en la superficialidad y el narcisismo.

Hoy en día podemos ver a jóvenes de preparatoria y universidad haciendo dietas rigurosamente estrictas (basadas en atún y arroz) para mantener indicaciones de sus instructores del “Gym”, “Crossfit” o en algún otro entrenamiento de alto rendimiento de moda, solo para cumplir estereotipos de belleza comercial y poder lucir cuerpos fornidos y lujuriosos en instagram.

Pero tu me refutarás, eso no es cierto, habemos quienes nos activamos en causas sociales y diversos voluntariados, y en verdad que estos no dejan de ser positivos, nuevamente el origen que impulsa a realizarlos es justamente el problema, ya que en diversas ocasiones se convierten en un check-list personal de “cosas buenas que tengo que hacer”, y así demostrar a mi círculo más cercano “lo bueno que soy”, lo cual se llega a traducir en mi foto en facebook para obtener los likes que más se puedan, llenando el ego de la persona y su disfrazada responsabilidad social.

El egocentrismo impera bajo la simulación del “buenismo”, una vil mentira, “voy al gym por salud” o “voy a ayudar porque se necesita”, al final lamentablemente la causa primera no siempre es la que todos quisiéramos.

Y es que en un mundo que se mueve en el carrusel de lo más rápido y fácil como la fórmula de “la vanguardia” y “lo mejor”, en ningún momento tenemos tiempo de poder reflexionar y darnos cuenta de en que punto nos encontramos, en donde controlamos conscientemente nuestras acciones, o en donde son acciones inertes al dejar que el mundo nos controle al habernos comido, al final la pregunta es ¿Quién controla a quién?

Si creías que la bandera de la libertad en la juventud era la etiqueta principal de nuestros tiempos, actualmente es todo lo contrario, esta generación es esclava de diversos vicios que la sociedad en complicidad ha aceptado ignorar y dejar “que fluya”, “yolo, somos chavos”; esclavos del marketing, esclavos de la tecnología, esclavos de la apariencia, esclavos del “éxito”.
Jóvenes que así como devoran con fortaleza, también resultan ser frágiles ante los verdaderos problemas que padece el mundo cuando llegan a salir de la burbuja de la apariencia. Una caja de cristal parece ser su coraza, exigen merecerlo todo pero en ocasiones ni consigo mismos pueden al rendirse fácil y rápido, como el mundo les ha enseñado.

Sin embargo, existe también la gran ventaja de esta generación, ser un superhombre claro que tiene sus ventajas, así como el joven tiende a caer, también aprende a levantarse rápido; y que mejor que errar en esta etapa y poder corregir el camino a tiempo, que lamentar el mañana, pues en ellos se configurará el futuro no tan lejano que nos espera, un mundo que nos pertenezca o al que le pertenezcamos, un mundo al que sepamos responder o un mundo que nos deje mudos al no saber qué hacer.

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