Una reflexión del
Papa Francisco.
Por: n/a | Fuente: ACI Prensa
Por: n/a | Fuente: ACI Prensa
El Papa Francisco compartió, el jueves 22 de
febrero de 2017, una reflexión a partir del fútbol, concretamente sobre el
portero, porque su función en el campo de juego tiene algunas similitudes con
la vida misma.
“A mí me ayuda mucho pensar
en el fútbol porque me gusta, y me ayuda. Pero cuando suelo pensar más es al
portero. ¿Por qué? Porque él tiene que atajar la pelota de donde se la patean,
no sabe de dónde vendrá. Y la vida es así”, dijo
el Papa ante los jugadores del Villarreal de la liga española.
El Papa dijo que en la vida “hay que tomar las cosas de donde vienen y como vienen. Y
cuando yo me encuentro frente a situaciones que no esperaba, que hay que
resolver y vinieron de acá cuando yo las esperaba de allá, pienso en el
portero, así que los tengo muy presentes”.
En su discurso a los jugadores que jugarán con
el AS Roma por la UEFA Europa League, el Santo Padre señaló también que “el fútbol es imagen de la vida y de la sociedad” y
puso como ejemplo la naturaleza propia de este deporte.
“Ustedes en el campo se
necesitan unos a otros. Cada jugador pone su profesionalidad y habilidad en beneficio
de un ideal común, que es jugar bien para ganar. Para lograr esa afinidad se
necesita mucho entrenamiento; pero también es importante invertir tiempo y
esfuerzo en fortalecer el espíritu del equipo, para lograr crear esa conexión
de movimientos: una simple mirada, un pequeño gesto, una expresión comunican
muchas cosas en el campo”.
Esto es posible, prosiguió, “si se actúa con espíritu de compañerismo, dejando de
lado el individualismo o las aspiraciones personales. Si se juega pensando en
el bien del grupo, entonces es más fácil obtener la victoria”.
Por otro lado, indicó que el agradecimiento es “una de las características del buen deportista”. “Si
pensamos en nuestra vida, podemos traer a la memoria el recuerdo de tantas
personas que nos han ayudado y sin las cuales no estaríamos aquí. Pueden
recordar con quienes jugaban de pequeños, a sus primeros compañeros de equipo,
entrenadores, asistentes, y también a los aficionados que con su presencia los
animan en cada partido”.
Francisco explicó que “este
recuerdo nos hace bien, para no sentirnos superiores sino para tomar conciencia
de que somos parte de un gran equipo que empezó a formarse desde hace ya
tiempo”.
“Sentir de este modo nos
ayuda a crecer como personas, porque nuestro ‘juego’ no es solo nuestro, sino
también el de los demás, que de algún modo forman parte de nuestras vidas”.
El Papa Francisco destacó que, cuando los
futbolistas juegan en el campo “están al mismo
tiempo educando y transmitiendo valores”.
El Santo Padre recordó a los jugadores del
equipo de la localidad española de Castellón que, “muchas
personas, especialmente los jóvenes, los admiran y los observan”.
En este sentido, afirmó que, “a través de su profesionalidad, están transmitiendo un
modo de ser a aquellos que les siguen, sobre todo a las nuevas generaciones”.
“Esto es una
responsabilidad y les debe motivar para dar lo mejor de ustedes mismos para
ejercitar esos valores que en el fútbol tienen que ser palpables: el
compañerismo, el esfuerzo personal, la belleza del juego, el juego de equipo”.
Finalmente, el Papa animó a los futbolistas del
Villarreal “a seguir jugando dando lo más bello y
mejor de ustedes para que otros puedan disfrutar de esos momentos agradables,
que hacen la jornada diferente”.
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