¿Hay
reliquias de la Virgen María? Efectivamente hay reliquias pero casi todas son
de segundo y tercer grado, no son partes de su cuerpo. ¿Y por qué no hay
reliquias del cuerpo de la Virgen María?
Porque la Virgen María fue asunta al cielo en cuerpo y alma por lo tanto
no dejó partes de su cuerpo en la Tierra
En este artículo relatamos cuáles son las reliquias de la Virgen María
qué distintas Iglesias reclaman poseer, y dónde están.
QUÉ
SON LAS RELIQUIAS
Las
reliquias son objetos relacionados con un santo o un mártir que la Iglesia enseña que se deben venerar.
En el Concilio de Trento se estableció que los cuerpos de los santos y mártires
y de otros que viven con Cristo, deben ser venerados por los fieles, para que a través de estos órganos se
otorguen muchos beneficios a los hombres por parte de Dios. El numeral
1674 del Catecismo de la Iglesia Católica se refiere a esto.
Y se distinguen reliquias de primera clase, que son parte de los
cuerpos; reliquias de segunda clase que son objetos que han tocado esos
cuerpos; y reliquias de tercera clase que son objetos que han tocado reliquias
de primera o segunda clase.
LAS
RELIQUIAS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
Las reliquias de la Virgen María tuvieron su auge en el siglo XII con las peregrinaciones para
venerar su velo, su túnica, pedazos de tela con trazas de su leche materna,
incluso líquidos atribuidos al parto del Niño Jesús. Incluso hay himnos y estatuas de la Santísima Virgen tejiendo y
cosiendo ropa para Jesús, como en Chartres. Una de las reliquias es la Túnica
Inconsútil o sea sin costuras, que se dice crecía junto con
Jesús. Pero como María fue asunta al cielo en cuerpo y alma no se encuentran reliquias de primera clase,
a excepción de fragmentos del pelo. Hay varios lugares donde se reclama
poseer un poco de pelo de María, estos son la catedral de Messina en Sicilia. También los papas Gregorio
Magno y Sergio II reclamaron poseer ese pelo y ahora están en Emmerich, Alemania. Y también se dice que en otros lugares de Alemania también se
conservan trozos de pelo: en la Iglesia de los santos Eucharius y
Matthias, en Santa María de los Mártires en Trier, en la abadía cisterciense de
Himmerode, en el monasterio benedictino de Prüfening. Y fuera de Alemania reclaman poseer cabellos de la Virgen en el
monasterio agustino de Ranshofen, Austria y en Linköping, Suecia. Hay numerosas reliquias de segunda clase
también. Reclaman poseer un cíngulo
o cinturón de
la Virgen en la iglesia ortodoxa siríaca de Homs, Siria, en el monasterio Vatopedi
del Monte Athos, Grecia, y en la
catedral de Prato, Italia. Hay
una historia que narra que la Virgen le
entregó a Santo Tomás apóstol su cinturón antes de la Asunción, lo que puede leerse
aquí. Hay también anillos de
María, como el anillo de compromiso que es venerado en Perugia, Italia,
y el anillo de bodas en Weihenlinden, Alemania. Hay varios Velos que usó
la Santísima Virgen, como en la catedral de Chartres en
Francia, en Brixen en Italia, en iglesias de Colonia y Mainz en Alemania y
también en Praga. También se veneraron
zapatos de María en la abadía cisterciense Maria Ophoven, que
desaparecieron en el siglo XIX.
La catedral de
Santa María de Aquisgrán, en Alemania, reclama tener 4 reliquias que
son el manto o túnica de la Virgen, los pañales del niño Jesús, la tela que se
colocó en la cabeza luego de la decapitación de San Juan Bautista y el
taparrabos usado por Jesús en su crucifixión.
Estas 4
reliquias se conservan en un relicario
de oro del siglo XIII, y desde el siglo XIV está reliquias se exhiben
cada 7 años. En Tierra Santa se mencionan muchas reliquias, como por ejemplo una piedra en la que descansó María en la
huida a Egipto, un árbol que le
dio sombra a la familia en la misma huida, la silla en la que estaba
sentada María cuando la Anunciación, un peine, un recipiente en que le daba
bebida niño Jesús y varias otras más. Y también hay varios lugares donde
se muestran huellas de
los pies de la Santísima Virgen o dónde cayó
leche materna al suelo cuando estaba amamantando al niño. Naturalmente
no se sabe fidedignamente si estas reliquias son verdaderas. Sin embargo aunque
no lo sean, la devoción con que una
persona venera las reliquias muestra el respeto a la Virgen María, es válida
como devoción y seguramente Dios toma nota de esto. Las reliquias más
valoradas de la Santísima Virgen son su
túnica, su velo, su cinturón y también la casa donde vivió en los últimos años
de su vida.
LA
TÚNICA DE LA VIRGEN
La túnica o manto de la Virgen María, llamada Timia Esthita, es
reclamado que se conserva en dos lugares.
Uno es
ortodoxo, se trata del Museo del estado
Zugdidi de Georgia. Allí afirman que fue comprado por un hombre judío y
se encontró en el año 473. El otro es
un lugar católico, que es la catedral de Aquisgrán en Alemania. La
prenda conservada en esta última es una prenda de color natural de lana, tejida en líneas verticales y horizontales en un
patrón de rejilla. Es un vestido sin costuras, de una sola pieza y tiene
un borde en el cuello, así como cortes perpendiculares en los costados con sus
bordes.
Mide 153 cm de largo y la circunferencia en el lado más ancho es de 246
cm, mientras que el ancho de las mangas es de 132 cm.
Esta túnica
tiene una manga más corta que otra porque aparentemente una fue cortada.
EL
VELO DE LA VIRGEN MARIA
La reliquia más creíble del velo de la Santísima Virgen, también llamado
Sancta Camisia, está en la Catedral de Chartres Francia.
Aunque la Catedral de Autun, también en Francia, afirmó
tener el velo de la Virgen desde el siglo XII. El cual habría sido
encontrado en una estatua de madera de
nogal de la Virgen que tiene una abertura en la parte de atrás para
guardarlo.
Se cree que la Virgen usó el velo cuando dio a luz a Jesús y cubrió al
niño en el pesebre, también se dice que ese velo fue el que cubrió a Jesús
cuando lo bajaban de la Cruz.
Estas cosas
las declaran Ana Catalina Emmerich y María Valtorta por medio de visiones. En
la historia del velo de Chartres se cuenta que luego de la crucifixión se escondió en una cueva, y Santa Helena lo encontró
en el año 326 y se lo dio a su hijo en emperador Constantino. Y permaneció en manos de las familias reales
durante 550 años, hasta que el nieto de Carlomagno le entregó el velo a
la Catedral de Notredame en Chartres, en el año 876. Esta catedral fue ampliada para guardar esta reliquia y se relatan
muchos milagros producidos por la reliquia. Durante la Revolución Francesa, en el año 1793, el velo fue cortado por
la mitad para esconderlo por seguridad, y 10 años después las piezas
fueron devueltas a la catedral. Una
parte pequeña del velo se dividió en sucesivas reliquias para entregarle
a algunas familias reales de Europa. Tres
de ellas fueron entregadas a Napoleón Bonaparte en el año 1805, una de
las cuales Napoleón se lo entregó a su madre María Letizia, para lo cual se
construyó un relicario de plata para guardar la reliquia. Estas piezas se transmitieron durante generaciones dentro
de la familia real de Italia. Y
cuando el rey Víctor Manuel III abdicó en 1946 le entregó las reliquias al
Vaticano, y hoy están en el Depósito Oficial de Reliquias de la Iglesia
Católica en Roma.
EL
SANTO CÍNGULO O CINTURÓN DE LA VIRGEN
El Santo cíngulo es un cinturón de pelo de camello que supuestamente la
virgen dejó como regalo a uno de los Apóstoles, Santo Tomás, cuando ascendió al
cielo en su Asunción. La historia de este cinturón te la contamos en este
artículo con detalles.
LA
TUMBA DE LA VIRGEN MARÍA
Finalmente otra reliquia importante es la tumba donde se supone que fue
enterrada antes de su Asunción al cielo.
En los dos
lugares que se mencionan como tumba de la Santísima Virgen María no existe un cuerpo físico, porque María fue
asunta al cielo en cuerpo y alma luego que terminó su vida terrenal. Hay una tradición que dice que la Virgen efectivamente
murió y fue enterrada, y de ahí fue asunta al cielo. Pero hay otra tradición que dice que no murió
sino que tuvo una dormición, en la cual probablemente también fue puesta
en la tumba.
Un lugar que reclama ser la tumba de María es donde hoy está la Iglesia de la
Asunción en el Valle del Cedrón en Getsemani, en Tierra Santa.
Otro lugar que es Éfeso actualmente en Turquía, donde la tradición
señala que María vivió con San Juan evangelista luego de haber muerto Jesús.
Y murió
allí. En el siglo II se hizo santuario
en esa zona de Éfeso y en el siglo IV la basílica Santa María, donde se realizó
el Tercer Concilio Ecuménico en ella y se proclamó a la Virgen María como “Madre de Dios”. Estas
dos locaciones fueron luego fueron cayendo en el olvido. Hasta que fueron
nuevamente localizadas, junto con la casa de la Virgen María, gracias a una visión de Ana Catalina Emmerich, que lo
relató y se publicó en una de sus memorias; esto sucedió a finales del
siglo XIX. La historia del hallazgo puede ser de
leída aquí. Aquí también se
encontró luego la tumba del apóstol San Juan. Los expertos sostienen que
la Virgen María vivió algún tiempo en
Jerusalén luego de Pentecostés. Pero posteriormente la historia se
divide en dos opiniones.
Una es que vivió ininterrumpidamente en Jerusalén o cerca de esa ciudad
hasta su muerte.
Y la otra es que se fue a vivir con San Juan en Éfeso, a quien se
acredita que efectivamente vivió y murió ahí.
San Juan se habría llevado a la Virgen María de
Jerusalén cuando comenzaron las persecuciones más sostenidas a los
cristianos. La tradición dice que María
habría muerto en el año 48 con 50 años, luego que los Apóstoles y la
Santísima Virgen predicaron 12 años en Jerusalén y Palestina antes de ir a
predicar por el resto del mundo, como lo había pedido Nuestro Señor. Mientras que San Juan habría muerto alrededor
del año 100 a los 90 años, y fue el único apóstol no martirizado. La casa de Éfeso está a 8 kilómetros de Selcuk,
frente al Egeo y a la isla de Samos, donde San Juan estuvo un tiempo
cautivo. La tradición dice que fue la
propia Virgen la que eligió un lugar apartado para vivir sus últimos
días en contemplación. Y también dice la tradición que Juan habría hecho construir para ella la casa en la zona en que ya
se habían establecido familias cristianas, incluso antes de las grandes
persecuciones. Estas familias vivían en tiendas, cuevas o grutas, pero la única
casa era de piedra era la de la Santísima Virgen. Es hoy un lugar de peregrinación muy concurrido, tanto para cristianos
como para musulmanes, quienes veneran mucho a la Santísima Virgen María.
La casa de Éfeso es de piedras, tiene
dos habitaciones y en la sala mayor se celebra la misa y en la menor hay
alfombras de oración musulmanas. Su forma es cuadrada y de techo plano, con las
ventanas situadas en lo alto de las paredes. Toda la casa está cubierta de
exvotos.
Fuentes:
No hay comentarios:
Publicar un comentario