El Papa Francisco ha escrito el prefacio de un
libro que recoge un gran número de textos de Benedicto XVI sobre la fe y la
política en el que critica, una vez más, las colonizaciones ideológicas y en
concreto la llamada ideología de género.
“La relación entre la fe y la política es uno de
los grandes temas que siempre ha estado en el centro de la atención de Joseph
Ratzinger / Benedicto XVI, y atraviesa todo su camino intelectual y humano: la
experiencia directa del totalitarismo nazi lo llevó, como joven estudioso, a
reflexionar sobre los límites de la obediencia al Estado a favor de la libertad
de la obediencia a Dios”, escribe el Papa Francisco.
“El profundo contraste, nota Ratzinger, se da, por
el contrario (y aún antes que la pretensión marxista de colocar el cielo en la
tierra, la redención del hombre en el ‘más acá’), en la diferencia abismal que
subsiste en relación con la manera en la que la redención debe suceder: ‘¿La
redención se da mediante la liberación de cualquier dependencia, o la única vía
que lleva a la liberación es la completa dependencia del amor, dependencia que
sería luego la verdadera libertad?’”.
En este sentido, Francisco asegura que lo que hace 30 años escribió el
Papa emérito está hoy vigente más que nunca: “Se
vuelve a presentar la misma tentación del rechazo de cualquier dependencia del
amor que no sea el amor del hombre por el propio ego, por ‘el yo y sus deseos’;
y, como consecuencia, el peligro de la
‘colonización’ de las conciencias por parte de una ideología que niega la
certeza profunda según la cual el hombre existe como varón y hembra, a quienes
ha sido asignada la tarea de la transmisión de la vida; esa ideología
que llega a la producción planificada y racional de seres humanos y que –tal
vez por algún fin considerado ‘bueno’– llega a considerar lógico y lícito
cancelar lo que ya no se considera creado, donado, concebido y generado, sino
hecho por nosotros mismos”.
“Estos aparentes ‘derechos’ humanos, que se
orientan hacia la autodestrucción del hombre (y nos lo demuestra con fuerza y
eficacia Joseph Ratzinger) tienen un único común denominador que consiste en
una única, gran negación: la negación de la dependencia del amor, la negación
de que el hombre es criatura de Dios, hecho amorosamente por Él a Su imagen y a
quien el hombre anhela como la cierva a los manantiales (Sal. 41). Cuando se niega
esta dependencia entre criatura y creador, esta relación de amor, se renuncia
en el fondo a la verdadera grandeza del hombre, al bastión de su libertad y de
su dignidad”.
Redacción ACI
Prensa
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