Dios
nos manda a perdonar y bendecir, pero si la agresión continua qué hacemos?
Muchas personas que han pasado por crisis en sus matrimonios
deciden en obediencia a Dios perdonar y bendecir a su cónyuge agresor, pero
frecuentemente el agresor vuelve a agredir a su cónyuge y reaviva el dolor y la
frustración. Qué hacer?
Un
agresor(a) es una persona que abusa emocionalmente de su cónyuge, que la
lastima, que la ofende constantemente, que la intenta controlar, que la oprime
con su actitud, que la margina de tomar decisiones en el hogar, etc.
I
Pedro 3:8-9: En fin, sed todos de un
mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables.
No devolváis mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario,
bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados a heredar bendición,
Dios
nos manda a perdonar hasta 70 veces siete, o sea siempre y además a bendecir a
nuestro ofensor. No obstante la decisión de perdonar y bendecir, no obliga al
cónyuge herido a permanecer expuesto a seguir recibiendo el abuso.
Si el
agresor no se arrepiente de verdad y se aferra a fortalecer su vida espiritual,
va a seguir cayendo en la misma debilidad. Entonces se le debe poner un límite
a esta persona, manteniéndole a distancia y motivándole a que busque la ayuda
necesaria para que pueda cambiar su actitud agresiva y abusadora.
La
mayoría de personas que tienen esa tendencia abusadora, han vivido experiencias
que programaron su mente para reaccionar así y lo que necesitan es ayuda
profesional y espiritual para poder sanar su mente y poder cambiar su programación
negativa a una actitud de amor de bondad y fidelidad.
Generalmente
ambos cónyuges quedan muy lastimados después de una crisis, y van a necesitar
pasar por un proceso de limpieza emocional, sanidad interior e inteligencia
emocional bíblica para poder restaurarse sólidamente y poder volver a la
relación con la seguridad de que podrán tener un matrimonio saludable.
La
duración de este proceso va a depender de la madurez espiritual de cada cónyuge
y de la calidad de la ayuda que puedan conseguir para resolver su situación. La
gran mayoría de casos que buscan la ayuda oportuna y con consejeros calificados
consiguen restaurar y fortalecer la relación para siempre.
Bíblicamente
el divorcio no procede, pero en algunos de estos casos es necesaria una separación
temporal para tratar a ambos por separado en su proceso de restauración hasta
que a criterio de su Pastor y terapeuta ya estén listos para regresar y
mantener la nueva actitud de inteligencia emocional bíblica.
Si
usted ha experimentado o está experimentando crisis en su matrimonio y algún
tipo de abuso emocional o físico, busque ayuda calificada, póngase en contacto
con su Pastor o Líder espiritual para que evalúen su caso y le guíen. ¡Dispóngase a trabajar de inmediato en su caso antes de que
llegue a un punto de no retorno!
Para
Cristo no hay nada imposible, pero nosotros tenemos que hacer nuestra parte y
permanecer conectados espiritualmente al Señor con la guía correcta.
Tú matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios
te ha dado. ¡CUÍDALO!
Luis y Hannia Fernandez
www.libresparaamar.org
matrimonios@libresparaamar.org
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