El 13 de julio de 1917 la Virgen de Fátima mostró a los tres pastorcitos
Lucía, Francisco y Jacinta, en la Cova da Iria (Portugal), una visión del
infierno que muestra las trágicas consecuencias que trae la falta de
arrepentimiento y lo que espera en el mundo invisible a quienes no se
convierten.
Esta visión, mostrada en la tercera de
las apariciones de Fátima, proveyó a los pequeños un secreto en tres
partes. En la primera parte del secreto, donde el infierno fue mostrado,
Nuestra Señora les dio a los niños una manera de ayudar a otros para que no se
condenen: “Hagan sacrificios por los pecadores, y
digan seguido, especialmente cuando hagan un sacrificio: Oh Jesús, esto es por
amor a Ti, por la conversión de los pecadores, y en reparación por las ofensas
cometidas contra el Inmaculado Corazón de María”.
UNA VISIÓN ATERRADORA
En el libro La verdadera
historia de Fátima del P. John de Marchi, se relata cómo el padre de
la pastorcita Jacinta, Ti Marto, presenció lo ocurrido en Cova da Iria aquel
día.
Recordó que “Lucía jadeó de repente
horrorizada, que su rostro estaba blanco como la muerte y que todos los que
estaban allí la oyeron gritar de terror frente a la Virgen Madre, a quien llamaba
por su nombre. Los niños miraban a su Señora aterrorizada, sin palabras, e
incapaces de pedir socorro por la escena que habían presenciado”.
Más tarde, a petición del Obispo de Leiria, Lucía describió la visión en
sus “Memorias”:
“Mientras Nuestra Señora decía estas palabras abrió sus manos una vez más, como
lo había hecho en los dos meses anteriores. Los rayos de luz parecían penetrar
la tierra, y vimos como si fuera un mar de fuego. Sumergidos en este fuego
estaban demonios y almas en forma humana, como tizones transparentes en llamas,
todos negros o color bronce quemado, flotando en el fuego, ahora levantadas en
el aire por las llamas que salían de ellos mismos junto a grandes nubes de
humo, se caían por todos lados como chispas entre enormes fuegos, sin peso o
equilibrio, entre chillidos y gemidos de dolor y desesperación, que nos
horrorizaron y nos hicieron temblar de miedo (debe haber sido esta visión la
que hizo que yo gritara, como dice la gente que hice). Los demonios podían
distinguirse por su similitud aterradora y repugnante a miedosos animales
desconocidos, negros y transparentes como carbones en llamas. Horrorizados y
como pidiendo auxilio, miramos hacia Nuestra Señora, quien nos dijo, tan
amablemente y tan tristemente: ‘Ustedes han visto el infierno, donde van las
almas de los pobres pecadores. Es para salvarlos que Dios quiere establecer en
el mundo una devoción a mi Inmaculado Corazón. Si ustedes hacen lo que yo les
diga, muchas almas se salvarán, y habrá paz’”.
Luego, después de la visión, María les indicó una oración esencial para
ayudar a los pecadores: “Cuando ustedes recen el
Rosario, digan después de cada misterio: Oh Jesús mío, perdona nuestros
pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas,
especialmente a las más necesitadas de tu infinita Misericordia”.
El P. de Marchi señaló que los niños comprendieron por qué la Virgen de
Fátima pidió orar y hacer sacrificios por los pecadores. “Haz esto”, decía la Señora. “Es una cosa grande, buena y amorosa, y agradará a Dios
que es Amor”.
“Se convirtieron, de su libre albedrío,
corredentores con Cristo. La visión del infierno que habían visto en julio no
se borró de sus mentes. Oraron incesantemente. Ellos buscaban nuevos
sacrificios. Rezando el Rosario, nunca se olvidaron de incluir la oración que
Nuestra Señora les enseñó a decir después de cada decena”, indicó el sacerdote en su libro.
Además de la visión del infierno del 13 de julio de 1917, el mensaje de
la Virgen de Fátima indica que se debe orar el Rosario todos los días, hacer
sacrificios y orar por los pecadores, practicar la devoción de los 5 primeros
sábados de mes en honor del Inmaculado Corazón de María, y la consagración
personal también a su Inmaculado Corazón.
Redacción ACI
Prensa
APARICIÓN
DEL 13 JULIO DE 1917
Mientras se acercaba la fecha de Julio lucía continuaba a ser turbada
por las palabras de su pastor que advertía que el diablo podría estar detrás de
estas apariciones. Finalmente, ella le confió a Jacinta que su intención era de
no ir. Pero cuando el día finalmente llegó, sus miedos y ansiedades se
desaparecieron, de manera que a las doce estaba en Cova con Jacinta y
Francisco, esperando la llegada de la bella Señora.
La aparición del 13 de julio probó ser en muchas formas la parte más
controversial del mensaje de Fátima, proveyendo un secreto en tres partes que
los niños guardaron celosamente. Las primeras dos partes, la visión del
infierno y la profecía del futuro role de Rusia y como prevenirlo, no serían
reveladas hasta que Lucía las escribió en su tercer diario, en obediencia al
obispo, en 1941. La tercera parte, comúnmente conocido como el Tercer Secreto,
fue más tarde comunicado al obispo, quien lo envió sin leer al Papa Pío XII.
Unos minutos después de haber llegado a Cova da Iria, cerca del encino,
donde un gran número de personas estaban rezando el Rosario, vimos un flash de
luz una vez más, y un momento después Nuestra Señora se apareció en el encino.
"Lucía", dijo
Jacinta, "habla. La Señora te está
hablando"
"¿Si? Dijo Lucía. Ella habló humildemente,
pidiendo perdón por sus dudas con todos sus gestos, y le dijo a la Señora"
¿Qué quieres de mí?
Quiero que vengan aquí el día
trece del mes que viene. Continúen diciendo el Rosario todos los días en honor
a Nuestra Señora del Rosario, para obtener la paz del mundo y el final de la
guerra, porque sólo ella puede obtenerlo.
"Sí, Sí"
"Yo quisiera preguntarle quien es usted, y si
puede hacer un milagro para que todo el mundo sepa a ciencia cierta que se ha
aparecido"
Deben venir aquí todos los meses,
y en octubre yo te diré quién soy y lo que quiero. Después haré un milagro para
que todos crean.
Por tanto segura de lo que hacía, Lucia comenzó a poner ante la Señora
las peticiones que todos le habían confiado. La Señora dijo muy gentilmente que
ella curaría a algunos, pero que a otros ella no curaría.
"¿Y el hijo paralítico de María da
Capelinha?"
No, no será curado ni de su
enfermedad ni de su pobreza, y debe de asegurarse de decir el Rosario junto a
su familia todos los días.
Otro caso encomendado por Lucía a la Señora fue el de una mujer enferma de
Atougia quien pidió que se la llevaran al cielo.
Dile que no tenga prisa. Dile que
yo sé muy bien cuando yo vendré a buscarla.
Hagan sacrificios por los
pecadores, y digan seguido, especialmente cuando hagan un sacrificio: Oh Jesús, esto es por amor a Ti, por la conversión de los
pecadores, y en reparación por las ofensas cometidas contra el Inmaculado
Corazón de María.
Mientras Nuestra Señora decía estas palabras abrió sus manos una vez
más, como lo había hecho en los dos meses anteriores. Los rayos de luz parecían
penetrar la tierra, y vimos como si fuera un mar de fuego. Sumergidos en este
fuego estaban demonios y almas en forma humana, como tizones transparentes en
llamas, todos negros o color bronce quemado, flotando en el fuego, ahora
levantadas en el aire por las llamas que salían de ellos mismos junto a grandes
nubes de humo, se caían por todos lados como chispas entre enormes fuegos, sin
peso o equilibrio, entre chillidos y gemidos de dolor y desesperación, que nos
horrorizaron y nos hicieron temblar de miedo. (debe haber sido esta visión la
que hizo que yo gritara, como dice la gente que hice). Los demonios podían
distinguirse por su similitud aterradora y repugnante a miedosos animales
desconocidos, negros y transparentes como carbones en llamas. Horrorizados y
como pidiendo auxilio, miramos hacia Nuestra Señora, quien nos dijo, tan
amablemente y tan tristemente:
Ustedes han visto el infierno,
donde van las almas de los pobres pecadores. Es para salvarlos que Dios quiere
establecer en el mundo una devoción a mi Inmaculado Corazón. Si ustedes hacen
lo que yo les diga, muchas almas se salvarán, y habrá paz. Esta guerra cesará,
pero si los hombres no dejan de ofender a Dios, otra guerra más terrible
comenzará durante el pontificado de Pio XI. Cuando ustedes vean una noche que
es iluminada por una luz extraña y desconocida (esto ocurrió en Enero 28, 1938)
sabrán que esta es la señal que Dios les dará que indicará que está apunto de
castigar al mundo con la guerra y el hambre, y por la persecución de la Iglesia
y del Papa.
Para prevenir esto, vengo al
mundo para pedir que Rusia sea consagrada a mi Inmaculado Corazón, y pido que
los primero Sábados de cada mes se hagan comuniones en reparación por todos los
pecados del mundo. Si mis deseos se cumplen, Rusia se convertirá y habrá paz,
si no, Rusia repartirá sus errores alrededor del mundo, trayendo nuevas guerras
y persecuciones a la Iglesia los justos serán martirizados y el Santo Padre
tendrá que sufrir mucho, ciertas naciones serán aniquiladas. Pero al final mi
Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre consagrará a Rusia a Mí, y esta
será convertida y el mundo disfrutará de un período de paz. En Portugal al fe
siempre será preservada… (Aquí viene la parte del secreto que aún no ha sido
revelado). Recuerden no deben decirle esto a nadie más que a Francisco.
Cuando ustedes recen el Rosario,
digan después de cada misterio: O mi buen Jesús, perdona nuestros pecados,
líbranos del fuego del infierno, especialmente a las más necesitadas de tu
divina Misericordia.
"¿Hay algo más que quieras de mí?"
NO, NO QUIERO MÁS NADA
DE TI HOY.
Luego, al igual que antes Nuestra Señora comenzó a ascender hacia el
Este, hasta que finalmente desapareció en la inmensa oscuridad del firmamento.
La posesión del Secreto probó ser una gran prueba para los tres
pequeños. La familia, los vecinos, seguidores de la aparición, hasta el clero,
trató sin éxito que fuera revelado. Finalmente, en cuanto el día de la
aparición se acercaba hasta el gobierno civil, que era secular y venenosamente
anti clerical, alarmado por el número de personas que estaban interesándose en
los eventos de Fátima, atentaron con arrebatárselos y en el proceso exponer a
la Iglesia como colaboradora en un fraude.
Fuente: www.ewtn.com
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