El Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gomez, hizo una reflexión sobre
la maternidad espiritual de María y afirmó que la celebración de la nueva
memoria de la “Virgen María, Madre de la Iglesia” el
próximo 21 de mayo es “algo profético”.
En su última columna semanal, el Prelado indicó que los primeros
cristianos “tenían una conciencia profunda de que
la Iglesia era su ‘madre’ espiritual, que los daba a luz en el bautismo,
constituyéndolos en hijos de Dios a través de los sacramentos”.
También en el Nuevo Testamento “los
apóstoles a menudo se referían a los fieles como a sus hijos espirituales,
reflejando así nuevamente su comprensión de que la Iglesia es nuestra madre y
nuestra familia”.
“Y en esto, los primeros cristianos entendieron que
María era el símbolo perfecto de la maternidad espiritual de la Iglesia”, afirmó Mons. Gomez. Por ello, señaló que la nueva memoria que los
católicos celebrarán el 21 de mayo es “un profético
redescubrimiento de una antigua devoción”.
“Es un hermoso misterio sobre el que podemos
reflexionar: cómo el plan de Dios para la redención del mundo da inicio en el
seno de una madre. La obra de amor de María, su ‘sí’ al llamado de Dios, es el
que trae al Dios vivo al mundo en la persona de Jesús”, expresó el Prelado.
En ese sentido, el Arzobispo de Los Ángeles destacó que la memoria de la
“Virgen María, Madre de la Iglesia” es
importante para que todos “redescubramos estas
ideas en este tiempo en el que la idea de la persona humana se está perdiendo,
en este momento en el que el significado de la familia y los roles de las
madres y de los padres se han venido abajo debido a las fuerzas
‘despersonalizantes’ de nuestra sociedad”.
“La imagen de María como madre de la Iglesia nos
ayuda a ver que la familia es esencial para favorecer el plan de Dios para la
creación. Nos ayuda también a ver nuestra propia importancia, la importancia de
cada uno de nosotros, ante los ojos amorosos de Dios”, manifestó.
Asimismo, Mons. Gomez, señaló que la “idea
de que cada uno de nosotros es amado por Dios y querido por Dios, de que Él nos
creó porque quiere que vivamos con él como sus hijos, es algo revolucionario.
Si creyéramos esta verdad y la viviéramos realmente, podríamos cambiar el mundo”.
“Y eso es lo que Dios espera de cada uno de
nosotros: que lo ayudemos a reunir a todas las personas en su familia y a
cambiar este mundo para que llegue a ser su reino”, agregó.
Por lo tanto, “considero que esta nueva
memoria litúrgica es algo profético. Saber que María es la madre de la Iglesia
es empezar a comprender las profundidades del amor de Dios hacia nosotros”.
“Como lo han hecho los cristianos de todas las
épocas, todos debemos recurrir hoy a María para pedir su intercesión y su ayuda
materna. Tenemos que aprender a amarla como a una madre y pedirle que nos
enseñe a vivir como ella lo hizo, con la misma hermosa libertad y alegría de
seguir a Jesús y de estar al servicio del plan de Dios para nuestras vidas”, concluyó Mons. Gomez.
POR MARÍA XIMENA
RONDÓN | ACI Prensa
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