Agobiados por la galopante
violencia criminal, los venezolanos están volcándose cada vez más al
espiritismo y a seres inmateriales para que “intercedan”
por ellos y les permita salir ilesos de un atraco, para que un familiar
detenido en las anárquicas cárceles locales siga con vida, o para que sus seres
queridos salgan ilesos si son víctimas del llamado secuestro exprés. Lo cuenta
la agencia Associated Press.
Además de acudir a las
tradicionales deidades de la santería
como Obatala, ahora madres, esposas, jóvenes y ancianos acuden a nuevos ídolos locales, espíritus de delincuentes o “malandros” que han asumido un aurea mitológica en
las barriadas pobres de Caracas por la creencia popular que pueden evitar
crímenes violentos, un fenómeno que las autoridades no han podido controlar.
“La
santería es una religión viva en el sentido que es una religión que está en
permanente cambio, en permanente modificación y crecimiento, incorporando y
saliendo de nuevos santos”, dijo doctor Gonzalo Himiob
Almandoz, miembro de la New England Society of Jungian Analysts y
profesor de Historia de la Psiquiatría en la Universidad Central de Venezuela.
La llamada corte malandra o
criminal está conformada por un conjunto de espíritus que, de acuerdo
con lo que explican los santeros, buscan el perdón de la pena merecida si
interceden para alejar a los jóvenes de la vida delictiva, protegerlos de morir
en enfrentamientos con policías u otros delincuentes, así como ayudar a los
reos a sobrevivir en cárceles que, en su mayoría, son controladas por grupos de
internos que poseen armas, municiones y granadas y que ingresan a los centros
penitenciarios gracias a la complicidad y la corrupción de funcionarios civiles
y militares.
En Venezuela “hay un auge de la santería, hay un renacer de estos
cultos sincréticos, muy primitivos, muy básicos por las mismas necesidades que
han ido surgiendo”, dijo Himiob
Almandoz, autor del libro Dioses Obscuros:
Sincretismo, Imagen y Arquetipos en Latinoamérica.
“El
pueblo venezolano y todos los pueblos en general tienen una cosa que es el pensamiento mágico religioso, que es
un pensamiento muy primitivo, muy básico; no por eso menos importante, a lo
cual se recurre sobre todo en momentos de crisis, como la crisis que estamos
viviendo desde el punto económico, político y social”, agregó.
La santería es una religión sincrética surgida en Cuba que mezcla el
catolicismo traído por los españoles y los ritos a los dioses del panteón
yoruba venerados por los esclavos traídos de África. Obatalá, padre de los
dioses yorubas, hace siglos es representado por la Virgen de Las Mercedes.
Al igual que ocurrió durante
el éxodo de cubanos que llegó al país tras la revolución cubana de 1959, el
arribo de miles de médicos y otros funcionarios cubanos durante la presidencia
de Hugo Chávez ha contribuido al
aumento de esta devoción.
En la última década, Venezuela
se ha convertido uno de los países más
violentos de la región con una tasa de homicidios que, según cifras
oficiales está en 39 por cada 100.000 habitantes, pero que para Naciones Unidas
dice que es de 53,7 homicidios por cada 100.000 habitantes, es el segundo país
más peligroso del mundo sin contar los que están en guerra.
Venezuela sólo es superada por
Honduras, incluso si se usan estadísticas oficiales. El venezolano del común
ahora cambia sus rutinas con frecuencia para evitar ser perseguido y robado y
se refugia en su casa al caer la noche en hogares fortificados con rejas.
La popularidad de la corte
malandra se evidencia en la creciente cantidad de personas que acuden al Cementerio
General del sur, ubicado en una barriada pobre del oeste de Caracas. Los
devotos se reúnen constantemente para orar,
consumir licor y fumar tabaco como ofrenda por “los
favores recibidos”, y la
proliferación en tiendas de estatuillas que representan a espíritus que exhiben
armas de fuego y cuchillos, usan lentes oscuros, pantalones vaqueros y
coloridas camisas.
LA VENERACIÓN DE ISMAEL
Entre los espíritus más
populares está “Ismael”, un asaltante de bancos y camiones de carga, que
algunos dicen que mató a decenas de personas en la década de 1970 antes de
morir, como muchas otras deidades de la corte malandra en enfrentamientos con
policías o bandas rivales.
En la actualidad Ismael es considerado un héroe al estilo de
Robin Hood que “robaba a los ricos” y repartía una buena porción de su botín entre
los más pobres, a la par que mantenía alejados a ladrones, violadores,
traficantes de droga y homicidas de la barriada de Guarataro, al oeste de la
capital.
La imagen de Ismael lleva
gorra de béisbol, casi siempre de medio lado, se le ve fumando un tabaco y
porta una pistola calibre 38 entre sus pantalones. Ismael es venerado “por las acciones que hizo en vida… el robaba conteiner
de comida, conteiner de carne, medicinas para toda la gente más necesitada del
barrio”, dice Iván Eduardo, quien cuida y restaura
las imágenes en el cementerio.
Se acercan al lugar “más que todo”
madres que piden “por los hijos que están presos. En eso es que está más
enfocado Ismael, en los presos, (también) hay mucha gente inocente en los
penales (que esperan años por un juicio)”. Entre 1999 y el primer
semestre de 2014 se reportaron 6.313 muertes y 16.318 heridos en las cárceles
venezolanas, según cifras del Observatorio Venezolano de Prisiones.
Uno de los devotos que va al
cementerio, que prefiere que su identidad no se conozca porque no le gusta,
dice que la santería atrae a mucha
gente por razones positivas “como procurar una vivienda, sanar de una enfermedad”,
pero que hay también “los que se meten para que el ‘trabajito’ (matar o
robar) le salga bien y no lo vayan a guardar con ‘candao’ (meter preso)”.
La santería cuenta con muchos
seguidores en Cuba, Venezuela, México, Puerto Rico, y República Dominicana.
Muchos de sus devotos en esta nación sudamericana de casi 30 millones de
habitantes añadieron a sus deidades una más, proveniente de una religión
popular: el culto a la diosa indígena
María Lionza, piedra angular de la variante local del espiritismo, que
también ha florecido en los últimos años. Los devotos de la diosa indígena
pertenecen a todas las razas y clases sociales.
Secretaría RIES
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