Algunos habitantes de la
localidad de Cheliábinsk (Rusia) decidieron crear una nueva “iglesia” para venerar al meteorito que cayó en
esa ciudad en febrero de este año, según publica el diario El Imparcial, tomando información de agencias.
El investigador de fenómenos
paranormales y fundador de la nueva secta en Cheliábinsk, Andríi Breivichko, asegura que el
meteorito es tan poderoso que podría iniciar el Apocalipsis. Breivichko se
opone a la operación de extracción del meteoro en los Urales, pues considera
que mientras permanezca bajo el agua “se
encuentra en un ambiente positivo”.
“Si
entra en contacto con quienes lo tratan como una piedra normal, podría perder
la información que contiene. A causa de los continuos intentos de extraerlo, se
está perturbando la noosfera y eso lo vemos ya en la creciente inestabilidad
internacional que se ha creado con el asunto sirio”, dijo Breivichko. “Creo que no perjudicará a Cheliábinsk que la conviertan
en una ciudad sagrada, tierra de este gran templo que será motivo de peregrinación
para millones de personas de todo el mundo”,
finalizó.
Actualmente, la secta que
venera el meteorito en Rusia cuenta con alrededor de 50 seguidores, quienes
organizan rituales a la orilla del lago Chebarkul para evitar que el objeto se
cubra de “barreras protectoras”.
UN METEORITO PARA LA NUEVA ERA
UN METEORITO PARA LA NUEVA ERA
Los análisis de laboratorio de
la sustancia han demostrado que el bólido pertenece al tipo de las condritas
comunes, es decir, los meteoritos petrológicos. La mayoría de los meteoritos
están compuestos por esta sustancia. La edad del cuerpo cósmico fue establecida
por los especialistas en 4.500 millones de años, según informa La Voz de Rusia.
Pero no solo los científicos esperan los resultados de esta operación en
el lago de Chebarkul. El meteorito de Cheliábinsk también sería un mensaje de
Dios a la humanidad moderna; así de contundente se expresó en una entrevista a La Voz de Rusia el
líder de la “Iglesia del
Meteorito de Cheliábinsk”, recientemente
creada en la capital de los Urales del Sur, a quien aquí llaman Andrei Breiv.
Los neófitos esperan
decodificar y transmitir al mundo no solo los nuevos conocimientos científicos,
sino también un conjunto de normas ético-morales y de derecho, las cuales,
según su opinión, llegaron junto con el meteorito para ser entregadas a la
humanidad. Lo ocurrido el 15 de febrero en Cheliábinsk no es una casualidad.
Hace tiempo que ya hablaban sobre el posible papel de Rusia como el centro
espiritual mundial. Precisamente en las afueras de Cheliábinsk, los arqueólogos
descubrieron el poblado más antiguo, Arkaim.
Por ello, para estas personas
el Señor quiso enviar precisamente a este lugar un “paquete
especial con informaciones” para
todo el mundo, el cual fue esperado durante muchos siglos, este es el
convencimiento del líder de la secta, que dice lo siguiente:
“Estos
nuevos conocimientos deben llevarnos a un nuevo nivel de conciencia de la era
del Acuario. Al fin, ellos han llegado en forma de un meteorito, pero por
analogía con la historia bíblica nosotros lo llamamos “tabletas”. No por gusto
hace mucho tiempo, Moisés recibió este mismo paquete informativo. Y entonces no
solo fueron escritos en las piedras algunos símbolos, había mensajes especiales
para las personas con las cuales trabajaba Moisés. El mundo moderno ha cambiado
significativamente y necesita transformarse. Aquellos conocimientos
espirituales que existían antes de esto se han reducido. Ahora habrá nuevos
conocimientos científicos, y un conjunto de normas morales y legales, las
cuales permitirán a las personas vivir mejor. Lo más importante, a partir de
ahora, el conocimiento científico y espiritual se convertirá en un todo único”.
Según las palabras de Andrei
Breiv, varios meses antes de la explosión del meteorito sobre Cheliábinsk y la
caída de los restos en el lago Chebarkul, él y otras personas habían sentido
que se les acercaba el momento del mensaje divino:
“Toda
mi vida me he preparado para esto, me dediqué a la búsqueda espiritual, tengo
poderes extrasensoriales y le he dedicado a esto toda mi vida. En todo el mundo
hay doce personas, las conocidas como “lectores”, los cuales pueden comprender
esta información, descifrarla e interpretarla, yo soy uno de ellos. Antes de la
caída del meteorito sobre la Tierra estuve enfermo durante mucho tiempo,
padecía la conocida como enfermedad del chamán. Pero en el mismo momento en el
que caía el meteorito, enseguida me fue mucho mejor. Tuve una Revelación, fue
entonces cuando comprendí que mi búsqueda espiritual había concluido y que
había encontrado todo aquello que buscaba".
La visión fue en verano.
Entonces él supo que sería el representante de la “iglesia”
del meteorito. Por ahora, la “Iglesia del
meteorito de Cheliábinsk” no tiene muchos seguidores, si acaso no más de
doscientas personas. En lo fundamental, son personas que están inscritos en un
grupo especial de las redes sociales. Cuántos de ellos creen realmente en el
mensaje del “novísimo testamento” o cuántos
solo sienten curiosidad, es difícil de decir. Ahora mismo, excepto el “Símbolo de la Fe”, los adeptos no tienen otra
cosa. En un futuro cercano tienen previsto levantar un templo, continúa Andrei:
“Nuestra
exigencia fundamental a las autoridades es la recogida cuidadosa de las
tabletas y la entrega en manos de los sacerdotes de nuestra “iglesia” para el
trabajo futuro. Nosotros queremos construir un templo para conservarlas donde
cualquier creyente pueda piadosamente acercarse al mensaje sin temer dañar su
campo de información. Estoy convencido de que el arquitecto, el cual estará
imbuido de la fuerza divina que le permita diseñar y construir este edificio,
aparecerá. Tenemos la idea de que el templo debe encarnar el preciso momento de
la caída del meteorito a la tierra y la explosión a su alrededor en forma de
columnas que se elevan".
Los trabajos para sacar los
restos que han caído en el lago Chebarkul se están llevando a cabo desde el 10
de septiembre. Se supone que en este lugar cayó el fragmento más grande de
todos, con un peso de quinientos kilogramos. Andrei Breiv vigila estrechamente
este proceso, siempre lleva en sus bolsillos junto a él unos cuantos granos de
polvo meteórico e inmediatamente después de que los buzos sacaran unos pequeños
restos del bólido, Andrei se apresuró en tocarlos.
El contrato para la
recuperación del meteorito del fondo del lago termina el 4 de octubre. También
es verdad que los colaboradores de la compañía que se dedica a recoger estos
restos tienen la esperanza de que el contrato se prorrogue. Las ecosondas y
otros equipos muestran permanentemente una pequeña anomalía donde se llevan a
cabo los trabajos. Otro asunto es que la extracción de los restos de nuestro
visitante cósmico se dificulta por la profunda capa de lodo a través de la cual
ya hace un mes que se desplazan los buzos.
Secretaría RIES
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