martes, 17 de abril de 2018

¿QUÉ HACER CUANDO UN FAMILIAR O AMIGO ESTÁ EN UNA SECTA?



¿Qué hacer cuando un familiar o amigo está en una secta? El portal católico Aleteia ha publicado la respuesta del experto Vicente Jara, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES). Según él, nunca hay que perder la esperanza, y por eso propone unas pautas para saber cómo actuar, que resumimos a continuación.
Como respuesta general a la cuestión, Jara afirma que se puede ayudar a un familiar o amistad a salir de una secta. No hay que perder la esperanza. Pero más que un acto concreto será un proceso, muchas veces largo. En este proceso deberá implicarse la familia, los amigos, y especialistas en sectas y en psicología clínica.

SALIR DE UNA SECTA
La secta nunca es un lugar adecuado en el que estar. Sabemos además que de las sectas se sale. Muchas personas permanecen, pero muchas otras logran salir. En definitiva, cuando dentro del grupo no se satisfacen las expectativas y uno cree que fuera puede lograrlas, y además se da un detonante capaz de vencer la resistencia al cambio, se produce la salida de la secta. No es fácil, es un proceso difícil y doloroso.
Hoy en día, dentro de las agrupaciones sectarias, existen muchas que son de estructura menos rígida, más “light", más volubles, más permeables en la forma de entrar y también de salir, sobre todo en la Nueva Era. En ellas las personas entran y salen con gran libertad, dejan un grupo, dejan un sanador o gurú, y van a otros.
Las sectas siempre engañan, pero también ofrecen cubrir necesidades en los adeptos. Además, son lugares que impiden el flujo y movimiento de información con el exterior, los sentimientos, comportamientos y pensamientos del adepto mediante procesos de premio y castigo, mediante anulación del sentido crítico y coerción psicológica.

TIPOS DE ADEPTOS
a) Niños. Si es menor de edad la protección legal y la subordinación a sus padres es clave en un Estado de Derecho. Aquí el mayor problema está en los casos de sectas donde los padres han entrado con niños, o incluso peor, donde los niños han nacido ya dentro de la secta.
b) Adolescentes. Periodo complicado en el que, sin embargo, al ser menores de edad, la actuación de psicólogos y especialistas en sectas suele ser en general altamente positiva.
c) Adultos. El gran problema estriba en cuánta libertad de actuación existe en las
d) Enfermos y mayores. Son un colectivo muy expuesto a las sectas, que sólo buscan su dinero y bienes. Por la debilidad propia, son fácilmente manipulables. A veces la captación de las sectas ocurre en los mismos hospitales y centros de salud. También está el caso de personas enfermas, que no encontrando soluciones en la medicina oficial científica, acuden a todo tipo de sanadores

PISTAS PARA LA AYUDA
- Alta implicación de la familia, amigos, profesores, agentes de pastoral, sacerdotes, etc
- Contar con la ayuda de especialistas en sectas, psicólogos, y a veces, de abogados.
- Es un proceso, a veces lento y doloroso, con recaídas y retrocesos. No perder la esperanza.
- A veces el afectado ha huido de una situación familiar o social desesperada, o buscando lo que no tenía o no encontró en su entorno. Es necesario sanar y restablecer las condiciones previas.
- No calificar al grupo como secta, lo que siempre tiene connotaciones negativas.
- El afectado debe ir poco a poco reconociendo al grupo como una secta, pero ha de hacerlo por sí mismo, nunca de manera directiva por parte de otros. Sólo así él irá viendo por sí mismo la realidad del grupo sectario.
- No cortar nunca las vías de comunicación con el afectado. Estar disponibles para que el afectado hable con confianza. Escucharle y no aleccionarle.
- Ofrecer siempre cercanía y amor incondicional al afectado. La mayoría de los adeptos permanecen en la secta por el que dirán sus familiares y amigos al volver.
- En los primeros momentos la persona puede estar muy alejada de sus familiares y amigos. Ser pacientes, el afectado ha sido dañado en sus juicios lógico-críticos y en sus propios sentimientos.
- El diálogo con el tiempo deberá ser más frecuente, más íntimo, más profundo. Irá dándose de manera natural y gradual. Al principio no abordar temas conflictivos o profundos, sino entablar diálogo general y superficial de temas cotidianos.
- Interés real en las actividades y en el grupo sectario en el que ha estado o está. El afectado ha de notar y sentir de manera efectiva que “sus cosas” son importantes para sus familiares y amigos.
- No agobiar al afectado con llamadas telefónicas o mensajes. Estar disponibles para él; él irá recuperando la confianza y venciendo los miedos que le han construido contra su mundo anterior.
- Conforme se va obteniendo información del grupo sectario y los procesos de captación vividos hay que ponerlos en conocimiento de especialistas en sectarismo y psicólogos especializados.
- Valorar lo que el grupo ofrece de positivo, pero mostrar que no todo es tan perfecto en esa agrupación. O que hay más motivaciones y fines que los simples y aparentes. Hacerlo a modo de sugerencias.
- Distinguir ante el afectado entre los integrantes de las bases y los líderes de la secta.
- Evitar buscar culpables.
- No dar dinero al afectado sino ayudarle de manera directa en lo que necesite.
- Volver a traer al recuerdo del afectado momentos alegres del pasado.
- Ayudar al afectado a proyectarse de manera feliz, libre y autónoma, en un futuro que él construya al margen del grupo sectario.
- Buscar asesoramiento jurídico si fuera necesario.
- Contar con la ayuda de especialistas en esta problemática y no acometer en solitario un proceso de este tipo.
- Acudir a Dios pidiendo por el afectado y por el buen desarrollo del proceso de ayuda.
- Se puede pedir ayuda a la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES). Secretaría de España: ries.secr@gmail.com. Secretaría de Iberoamérica: ries.america@gmail.com.
Secretaría RIES

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