“El
día en que un horóscopo predijo la llegada de Hitler al poder”. Con estas palabras titula el
diario español ABC un artículo en el que Manuel P. Villatoro cuenta cómo una «astróloga
profesional» anunció en 1914 que
un hombre nacido el mismo día que el Führer «daría
el ímpetu definitivo al movimiento de liberación alemán». Lo reproducimos a continuación.
Son muchas las ciencias
ocultas que, a día de hoy, se sabe que utilizaron los nazis en un intento de
ganar la guerra y crear un nuevo orden mundial. Y es que Adolf Hitler era un fiel seguidor de
prácticas tales como la parapsicología o las predicciones llevadas a cabo por
personas que afirmaban estar en relación con el «otro» mundo. Sin embargo, y a pesar de su contacto con
éstas prácticas, el Führer no pudo disimular su sorpresa cuando leyó un
horóscopo realizado en 1914 por una «astróloga
profesional» en el que, entre
otras cosas, se afirmaba que un hombre nacido el mismo día y año que él sería
el encargado de dar «el ímpetu definitivo al
movimiento de liberación alemán».
Ésta historia, que el tiempo
se ha olvidado bajo la alfombra durante años, es una de las docenas de relatos
que el periodista Óscar Herradón
cuenta en su nuevo libro, Los magos de la guerra
(editado por «Libros Cúpula»), un extenso
tratado que -según explica el propio autor a ABC- pretende desempolvar el importante papel que tuvieron la magia y
la astrología en la lucha por la conquista del mundo durante la Segunda Guerra
Mundial. El escritor español se ha acercado a la apasionante historia de
aquellos nazis que, cubiertos por un aura de misterio y ocultismo, usaron todos
los medios a su disposición (terrenales y sobrenaturales) para combatir contra
sus enemigos. Por supuesto, el autor también se ha ocupado en su texto de la
defensa paralela que hacían de estas artes ocultas los aliados.
UNA CURIOSA CARTA
UNA CURIOSA CARTA
Corría por entonces 1923, una
época dura para Alemania ya que, tras haber sido derrotada en la Gran Guerra,
se veía obligada a pagar con descontento las llamadas «reparaciones de guerra» a sus antiguos enemigos. En ese territorio
germano hastiado fue donde germinó la semilla del Partido Nacional Socialista
Alemán y la de su joven líder, Adolf Hitler, un antiguo soldado de apenas 34
años que, poco a poco, se iba abriendo paso hacia la cumbre de la política. No
obstante, y a pesar de que empezaba a dejar su huella en la sociedad, el futuro
Führer no era en aquellos días más que un desconocido cabecilla local con un
futuro incierto, aunque prometedor.
Precisamente el 30 de septiembre de ese mismo año, el líder recibió una
curiosa misiva de una de sus «fans». «Hitler recibió una carta de una de sus miles de
admiradoras, de nombre María Heiden,
quien se hacía eco de la publicación de un horóscopo que de él había realizado Frau Elsbeth Ebertín, quien pertenecía
a una importante estirpe de astrólogos alemanes y que utilizaba innovadoras
técnicas astrológicas que todavía hoy emplean los profesionales de los astros
tanto en Europa como en Estados Unidos», señala Herradón en su nuevo
libro.
Nacida en 1880 y experta en
las ciencias ocultas, Ebertín era conocida por ser la primera astróloga
profesional de Alemania y contaba con un extenso currículum -entre sus
clientes, de hecho, se había encontrado el rey de Bulgaria-. Al ser famosa en
todo el país, Hitler leyó atentamente el horóscopo que había redactado la
mujer. Curiosamente, éste estaba fechado en 1914 (año en que el futuro dictador
se hallaba dándose de tiros en las trincheras de media Europa en plena Primera
Guerra Mundial) y se refería a un hombre nacido el 20 de abril de 1889 –el
mismo día y año en que el joven Adolf había venido al mundo-.
LA INCREÍBLE PREDICCIÓN
LA INCREÍBLE PREDICCIÓN
La predicción comenzaba así: «Un combatiente nació el 20 de abril de 1889 y en su
nacimiento el Sol se encontraba a 29 grados de Aries (…) Es posible que pronto
contribuya al ímpetu que pondrá la piedra a rodar. De acuerdo con las
constelaciones estelares, en definitiva, el hombre debe ser considerado con
seriedad, y está destinado para el papel de un líder en futuros conflictos. Casi
parece que, quien yo tengo en mente, fue escogido por el destino bajo esta
fuerte influencia de Aries, para sacrificarse él mismo por el pueblo alemán y
soportar todo con valentía y bravura (…), pero al menos dará el ímpetu a un
movimiento de liberación alemán, que entonces irrumpirá de repente de una
manera elemental».
Treinta años antes de la
subida de Hitler al poder, Ebertín había dado en el clavo. Con todo, el
horóscopo continuaba, aunque aderezado con algo de nacionalismo: «El pueblo alemán sólo podrá regresar a ser él mismo de
nuevo en los campos políticos y religiosos mediante algunos líderes
espirituales enviados por Dios, en especial por el grupo de individuos que
creen en Dios y tienen una sensibilidad cosmológica, y quienes se encuentran
por encima de los partidos políticos. (…) Una vez que el momento correcto en el
tiempo llegue (…) entonces las estrellas, que ahora brillan en lugares ocultos,
aparecerán como meteoros brillantes de gran belleza».
Según parece, la profecía agradó al joven Adolf Hitler,
quien, a partir de ese momento, la usó como forma de propaganda afirmando que
su destino estaba escrito en las estrellas. Realmente parecía estarlo, pues
Ebertín –fuera por los astros o por pura suerte- acertó en el futuro que
esperaba al líder del partido Nacional Socialista, quien se alzó con el poder
de Alemania en 1933 e inició una de las guerras más sangrientas de la historia
el 1 de septiembre de 1939 tras invadir Polonia.
«En
la práctica, los nazis utilizaron las “profecías” que aventuraban un triunfo
del Reich de los Mil Años y que hablaban en tono mesiánico del advenimiento de
Hitler en su propio beneficio, como arma propagandística, y un departamento
secreto comandado por Goebbels,
el temible ministro de Propaganda nazi, llevó a cabo una reescritura de algunas
Cuartetas de Nostradamus a
través del astrólogo suizo Karl Ernst
Krafft, que falleció precisamente en un campo de concentración nazi, el
de Buchenwald. Todo esto lo cuento extensamente en la obra», afirma Herradón en
declaraciones a ABC.
«LOS MAGOS DE LA GUERRA»
«LOS MAGOS DE LA GUERRA»
Los
magos de la guerra es uno de los múltiples ensayos que Herradón ha llevado a cabo sobre la
Segunda Guerra Mundial. En él, este periodista explica en primer lugar cómo utilizaron la magia los seguidores de
Hitler en un intento de ganar la contienda. «La
influencia del esoterismo y las ciencias ocultas en el Partido Nazi se remonta
a sus propias bases, puesto que está demostrado que el ideario del NSDAP se
basa, en no poca medida, en postulados de sociedades secretas nacionalistas
–völkisch– que durante el periodo anterior a la Primera Guerra Mundial tenían
gran influencia en ciertas zonas de Alemania y Austria. Organizaciones como la
Orden de los Nuevos Templarios, en cuyas bases ya se clamaba por el exterminio
de los judíos y, para estos exaltados, “otras razas inferiores”», explica el escritor en declaraciones a ABC.
Sin embargo, el mayor de todos
estos grupos dedicados al esoterismo y la magia negra era la Sociedad Thule, la cual estaba
comandada por el barón Rudolf Von Sebottendorff
(quien, como señala el escritor en el libro, posteriormente financió a los
grupos nazis que fueron surgiendo con el paso del tiempo). «Se sabe que a Thule pertenecieron personajes tan
relevantes en los primeros años del nazismo como Dietrich Eckart, Karl
Harrer y Rudolf Hess, más
tarde mano derecha de Hitler en el Partido nazi, uno de los personajes más
imbuidos por lo esotérico dentro del Tercer Reich junto a Heinrich Himmler, líder de las SS. De
todos ellos hablo en la obra», completa
Herradón a ABC.
Tampoco se libraron de esta guerra mágica los aliados, quienes, con los británicos
al frente, protagonizaron todo tipo de extrañas prácticas para combatir al
invasor alemán. «En el bando aliado hicieron lo
propio y el llamado “Black Team” de Churchill,
del que formaban parte personajes como el también astrólogo Louis de Wohl, utilizaron los
horóscopos y las cartas astrales como un “arma” más en las operaciones
clandestinas que llevaron a cabo los servicios de Inteligencia», finaliza el autor.
PERSONAJES PARA EL RECUERDO
PERSONAJES PARA EL RECUERDO
A su vez, en Los magos de la guerra, el lector podrá hallar
la historia de varios personajes determinantes en esta guerra ocultista. En el
bando nazi, por ejemplo, destacó Erik
Jan Hanussen. Conocido como «el profeta
del Tercer Reich», este alemán
ascendió rápidamente en el escalafón de Hitler –de hecho, se convirtió en uno
de sus ocultistas y astrólogos de cabecera con el paso de los años- hasta que
fue asesinado misteriosamente por sus propios acólitos.
Los aliados, por su parte,
también tuvieron su propio espía amante de las artes ocultas. Éste fue Aleister Crowley, un personaje odiado
en su país de origen pero que se convirtió en una pieza esencial de la guerra
mágica británica. Tampoco fue desdeñable la aportación del ilusionista Jasper Maskelyne, un hombre que, según
cuenta la leyenda, logró hacer desaparecer de la vista de los nazis el Canal de
Suez y la ciudad de Alejandría con sus trucos para evitar el bombardeo enemigo.
TRES PREGUNTAS A ÓSCAR HERRADÓN
TRES PREGUNTAS A ÓSCAR HERRADÓN
-
¿Cree, tras el estudio realizado, que fue útil el uso de las ciencias ocultas
en la II Guerra Mundial?
- Es difícil asegurar hasta
qué punto fue útil en el desarrollo de la guerra el uso de las fuerzas ocultas
y la astrología, puesto que nos adentraríamos en un delicado terreno, muy
complejo, sobre la realidad o no del «poder» de dichas disciplinas, en la que entran en juego
numerosos factores e intereses enfrentados. De lo que no cabe duda es de que
los servicios secretos de ambos bandos, tanto los aliados como los nazis,
supieron hacer un efectivo uso de la llamada «lucha
mágica» como una forma más de
confundir al enemigo, de alentar a sus propias tropas, infundiendo moral con «falsas profecías».
La importancia por tanto de
los horóscopos, las cartas astrales que se trazaron o los vaticinios –fueran o
no fruto de una verdadera facultad supranatural, lo que cuesta creer–, fue
decisiva en diversas operaciones clandestinas que tuvieron a los «magos de la guerra»
como piezas imprescindibles de ese juego de contraespionaje y propaganda
negra, camuflaje en el campo de batalla e incluso ceremonias rituales que, en
muchos casos, eran temidas por la población.
- ¿Qué personaje tratado en este libro no podrá olvidar jamás?
- ¿Qué personaje tratado en este libro no podrá olvidar jamás?
- Es difícil que algún día
pueda olvidar siquiera a alguno de los personajes que salpican cada página del
libro, puesto que he dedicado muchísimas horas a conocer sus avatares, sus
heroicidades –en algunos casos– y sus crímenes –en otros–. Por afinidad con su
pasión por derrotar al nazismo me quedaría con el ilusionista inglés Jasper
Maskelyne y por la singularidad de su vida y sus hazañas «mágicas» con
Erik Jan Hanussen.
Pero sin duda alguna, al
margen de Hitler, uno de los personajes que jamás podré olvidar es a Heinrich
Himmler, al que defino como «el mago negro del
Tercer Reich», líder de las SS,
la Gestapo, toda la policía alemana, responsables de los campos de
concentración, jefe de los Ejércitos del Vístula e incluso ministro del
Interior del Reich. Sus atrocidades –él fue uno de los principales responsables
del Holocausto y también de los terribles experimentos médicos en los campos de
la muerte nazis– dejan una huella indeleble en la memoria de aquel que se
acerca a su persona, un individuo contradictorio, enfermizo e iluminado que,
sin embargo, se erigió en el burócrata más eficaz del complejo organigrama del
Tercer Reich y por tanto en el más sanguinario de los hombres del Führer.
Fue, además, el nazi más entregado al misticismo y a una
pasión por lo oculto rayana en la locura, llegándose a creer la
reencarnación del emperador medieval Enrique «el Pajarero» y el responsable de
crear una de las fuerzas militares más temibles de la historia humana, la Orden Negra, un ejército de hombres «arios» que
sembró el terror en Europa. Es difícil olvidar su paso devastador por la
Historia.
- ¿Ha encontrado alguna situación relacionada con el ocultismo, la astrología… que, a día de hoy, siga sin tener explicación?
- ¿Ha encontrado alguna situación relacionada con el ocultismo, la astrología… que, a día de hoy, siga sin tener explicación?
- Existen numerosos episodios
en relación a la llamada «guerra mágica» que siguen sin poder explicarse al cien por cien,
primero, porque aquellas acciones se llevaron a cabo a través de espías y en
departamentos secretos cuya principal función era, evidentemente, pasar
desapercibidos y que sus operaciones no trascendieran, y, por otro, el hecho de
que muchos de los informes que los servicios de Inteligencia de los países que
estuvieron involucrados en la guerra todavía no han sido desclasificados. Hay
que tener en cuenta que, poco después de la derrota del nazismo, el gran
enemigo de los Estados Unidos, Inglaterra y las demás democracias fue la Unión
Soviética. La Guerra Fría creó una barrera en la información que afectó también
a los expedientes sobre los nazis.
El mismo vuelo de Rudolf Hess,
episodio en el que tuvieron no poca influencia las creencias astrológicas del
nazi y el hecho de que frecuentara círculos ocultistas –y que recojo
ampliamente en el libro– continúa rodeado de claroscuros, aunque todo parece
indicar que aquella fracasada misión fue un golpe maestro de la Inteligencia
británica. No obstante, sí, quedan
capítulos de la Segunda Guerra Mundial donde el misterio continúa siendo el
elemento principal. Espero que algún día podamos desvelarlos
completamente.
Secretaría RIES
No hay comentarios:
Publicar un comentario