La web de la
Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC) ha divulgado
recientemente un artículo sobre el reiki, firmado por el sacerdote barcelonés Enrique Cases, doctor en Teología y
licenciado en Ciencias Químicas. Lo reproducimos a continuación.
En el mundo médico es muy
conocido el intrusismo profesional, no solo por el fraude de mostrar estudios
que no se tienen, sino también por los males físicos que provienen de esos
engaños. El Reiki se encuentra entre las
actividades de sanación que se está extendiendo en Occidente desde su
nacimiento en el siglo XIX en Japón. A continuación tomo un testimonio
seleccionado entre varios escritos, y luego añado una parte teórica.
TESTIMONIO DE UNA AFECTADA
TESTIMONIO DE UNA AFECTADA
NN estuvo muy
en contacto con la Nueva Era. “Así fui conociendo el budismo, el hinduismo,
empecé a creer en la reencarnación, leía libros en los que se narraba cómo la
gente estaba acompañada por sus guías espirituales y las experiencias que
tenían… Me empezó a interesar la meditación, algo leí sobre yoga, me apunté a
un curso de quiromasaje, empecé a interesarme también por las Flores de Bach,
las piedras, etc. Mi inquietud espiritual era cada vez mayor, había encontrado,
por fin, algo que me conectara con ese ser superior y poder salir de este mundo
tan material, lleno de dolor y amargura y tan falto de esperanza. Y un buen día
decidí apuntarme a un curso de Reiki que ofrecían en la escuela en la que
estudié quiromasaje. Se dividía en varios niveles… cuatro para ser exactos (3
niveles y Maestría). Para los que no conozcan el Reiki, lo venden como una
energía llamada universal, una energía de amor que se canaliza a través de la
persona iniciada y que le da un poder para sanar a los demás.
Hice el primer nivel y, la verdad, fue muy bonito. Me sentía tan
relajada y tan bien… y además había tan buen rollo entre los compañeros de ese
curso de fin de semana… Eso sí, mi dinerito me costó. No lo recuerdo muy bien
ahora, pero creo que estaba alrededor de los 100 euros. No me pasó nada en
especial después, pero sí recuerdo haber tenido algún sueño bastante raro que
me dio hasta miedo. Al cabo de un mes hice el 2º nivel. Y en este no noté nada
especial… Eso sí, otros 150 euros, por lo menos. Pero como parecía todo tan
bonito… Sin embargo, fueron transcurriendo los meses y yo me sentía cada vez
más triste y no sabía por qué. Lo achaqué a que podía estar pasando otro
período de depresión, porque ya había tenido otros en mi vida, pero en ese
momento la verdad es que las cosas me iban bien…
En fin, yo estaba cada vez más
triste y ya no me llenaba nada… Tenía ilusiones, pero las veía inalcanzables. Y
pasaron un par de años en los que seguí leyendo libros y no había tocado el
Reiki casi para nada, hasta que me llegó un email de la escuela donde hice los
cursos, anunciando que hacían el tercer nivel. Lo dudé y lo pensé bastante pero
al final me decidí a hacerlo. Esta vez el curso costaba unos 200 euros, pero me
daba igual, porque yo quería seguir adelante con ello. Y esta vez me acuerdo
que el día antes de mi iniciación empecé a sentir mucha ansiedad y estuve a
punto de no ir, pero me pudieron más las ganas de hacerlo y al final me
presenté en la escuela.
El curso acabó muy bien, me
sentí relajada y contenta pero lo que no sabía era la pesadilla que iba a vivir
al cabo de 2 días… Ahí empezó a abrirse la puerta del Infierno para mí: Empecé
a sentir de repente un miedo horroroso porque sentía que había hecho algo que
no tocaba y que ya no tenía vuelta atrás y el miedo empezó a apoderarse cada
vez más de mí. Desesperada intentaba localizar a la maestra, pero no lo
conseguía y una vez que di con ella lo único que me dijo fue: “Tómate el rescate de las Flores de Bach cada hora y deja
el miedo”. Y ya está.
Yo cada vez me sentía peor, y
pasada una semana, llena de angustia y terror, notaba una presión dentro de mi
cabeza que me hacía pensar que podría darme una embolia o algo así. Empecé a
preguntar a mis amigos si conocían a algún maestro de Reiki porque yo pensaba
que me habían hecho mal la iniciación o algo así. Finalmente di con una persona
a través de un conocido, que era maestro de Reiki y como estaba desesperada me
agarré a un clavo ardiendo y fui a su consulta. Es aquí donde verdaderamente
comenzó una de las peores pesadillas que puede vivir una persona.
Desde el primer momento en que
esta persona me puso la mano encima mi cuerpo empezó a convulsionar, cosa que
no me había sucedido jamás, y así estuve en su consulta por lo menos un par de
horas. Al final, pareció que todo se calmó y me fui para casa. Pero lo que yo no
sabía era que todo acababa de comenzar. Tenía convulsiones bastante fuertes
durante todo el día, mi cuerpo parecía un molinillo y sentía dentro como si
tuviera millones de hormigas y algo que me quemaba… Llamaba desesperada y
finalmente en otra visita a su consulta todo se calmó bastante y me quedé
mejor.
Los meses transcurrían y yo me
seguía notando rara pero aproveché para hacer con este hombre crecimiento
personal, ya que quería poder sanar y superar muchas cosas de mi vida. Y me
hacía tests de kinesiología (son como unos test musculares que te dan
respuestas sobre lo que está queriendo o pidiendo tu ser interior), me daba
flores de Bach y otras esencias, me hacía alguna sesión de quiropráctica y, por
supuesto, Reiki, para revivir mis heridas y poder sanarlas. Se producían como
unos “desbloqueos” y era tremebundo lo que
yo podía llegar a sufrir porque convulsionaba, gritaba con una fuerza
descomunal que no podía parar y que sentía más fuerte que yo misma… y cada
sesión se convertía en una auténtica sesión de tortura: literalmente.
UNA RELACIÓN DE DEPENDENCIA
UNA RELACIÓN DE DEPENDENCIA
No daré los detalles de todas
las sensaciones que llegué a sentir, pero eran cosas que ahora me doy cuenta
que eran “magia”. Me decía que eran
desbloqueos emocionales, pero lo que yo no sabía entonces era que estaba
viviendo una posesión diabólica. Más de una vez sentí como si dentro de mi ser
hubiera alguien más, como si me desdoblara, como si fuéramos dos… A veces
notaba como si una mano me estuviese estrujando el corazón en su puño y notaba
también como si me retorcieran los huesos como un alambre. Y todos estos
padecimientos no los sufría sólo en las sesiones, sino que eran continuos
durante todo el día… Cada vez estaba más demacrada y mi familia y mi entorno
empezaron a preocuparse mucho porque, aunque yo no contaba nada, sabían que
algo malo me estaba pasando.
Para colmo, al mismo tiempo,
empecé a sentir que en muchas ocasiones se me despertaba el deseo sexual y noté
cómo se estaba produciendo un acercamiento de esta persona hacia mí en este
aspecto, aunque él esperaba a ver cómo reaccionaba yo… Era una persona bastante
más mayor y a mí no me gustaba nada, pero no sabría explicar cómo ocurrieron
las cosas y aunque intenté evitarlo por todos los medios, acabé teniendo
relaciones sexuales con él. A solas me preguntaba por qué estaba ocurriendo
todo esto, porque yo no quería que sucediera, pero algo me impulsaba a hacerlo
y no entendía nada. Es algo que no me había sucedido jamás, era superior a mis
fuerzas. Y todo esto fue en aumento hasta que en unas pocas semanas yo ya no
podía vivir sin él.
Las cosas fueron cada vez peor
y yo vivía en un sufrimiento atroz, tanto físico como mental y emocional. Él
mantenía una posición de dominio y me maltrataba psicológicamente. Además, el
dinero que me estaba gastando con este hombre estaba ascendiendo a miles de
euros porque las sesiones eran maratonianas. Y llegó un momento en que el trato
fue tan inhumano que siempre quedará grabada en mi memoria una escena en la que
él mismo me dejó caer que yo tenía un ente dentro y recuerdo cómo le suplicaba
yo a Dios, entre lágrimas, que me ayudara, sintiéndome totalmente desvalida y
lejos de mi familia, mientras él, a mi lado, con una mirada llena de odio, no
paraba de gritarme. ¿Por qué no abandoné todo este calvario? Porque yo ya no
era capaz por mí misma, algo había más fuerte que yo…
Pero nuestro Padre del cielo
no tardó en escucharme, porque de la manera más extraña consiguió liberarme de
las garras de este individuo, y me causó tal impacto que nunca más volví a
acudir a él, en un momento en el que yo era ya incapaz de liberarme por mi
misma, hasta tal punto me había manipulado en todos los sentidos. Tardé un
tiempo en poder deshacerme de él porque intentaba perseguirme pero gracias a la
contundencia que mostré un buen día, esta persecución cesó. Lo que yo no supe
hasta que terminó todo esto es que había estado en manos de un brujo, de
alguien satánico que utilizaba todo tipo de invocaciones, y a saber qué
trabajos, para conseguir todo lo que quisiera de mí”. Sigue el testimonio con
la superación al acudir al exorcista y a sacerdotes expertos en el tema que
diagnostican una verdadera posesión en alguien cada vez más débil…
LA DIFUSIÓN ACTUAL DEL REIKI
LA DIFUSIÓN ACTUAL DEL REIKI
El “Reiki”
está de moda. Incluso está llegando a los hospitales, de mano de muchas
enfermeras. La americana Bárbara
Brennan nos lo explica en sus libros Hágase
la Luz, dos gruesos volúmenes
donde explica la unión de “chakra” con “chakra” mediante unos cordones “energéticos” que el operador puede atar o desatar
a voluntad. Ya hemos expuesto que el método “Reiki”
se basa en la creencia hinduista sobre los “chakras”,
que explicarían los estados de salud de los seres humanos.
Así, cuando nuestra energía
vital (Ki) es fuerte, nosotros
estamos física, emocional, mental y espiritualmente sanos. Cuando nuestra
energía vital está en un nivel bajo, enfermamos. Se presenta como una técnica
Holística ya que armoniza y desbloquea todos los planos del ser humano, físico,
mental, emocional y espiritual. No agrede al cuerpo de ninguna manera y tampoco
crea adicción ni efectos secundarios o colaterales ya que no se utilizan
sustancias químicas ni elementos extraños al cuerpo sino solo la “energía de vida”,
cosa que no sabemos exactamente qué es.
Para recibir “Reiki” no hace falta estar enfermo, cualquier
persona que siente que “hay algo más” y no sabe qué, y no le encuentra mucho sentido a
las cosas que hace en su vida cotidiana, puede encontrar su razón de ser y
estar en esta vida a través del “Reiki”. A
través de este método, se promete que nuestro cuerpo se volverá más sano, el
pensamiento más calmo, aumentando la alegría de vivir. El “Reiki” que se difunde hoy pretende ser “un sistema de curación por imposición de las manos”. En realidad, es una práctica peligrosa, que abre
la puerta a fuerzas ocultas, o sea demoníacas.
EL LADO OCULTO DEL REIKI
EL LADO OCULTO DEL REIKI
Se argumenta que el “arte” del “Reki” afirma,
entre otras cosas, que en el cosmos o en la naturaleza, existe un “poder sobrenatural oculto” capaz de interactuar con el “enfermo” y de “recargarlo”.
Hablamos, pues, de tratos con lo “Oculto”, de
ocultismo.
Hay que recalcar que las
enseñanzas ocultas que están detrás del Reiki, tienen prácticas ocultas, ¡y
viceversa! Un culto de tipo espiritista y pagano, cuyo origen es demoníaco. El “Reiki” pretende utilizar la llamada “energía vital universal”. Pero ¿qué es la energía vital universal? (que
otros llaman energía cósmica, magnética, “crística”, etc.). El que se abre a la “energía universal” se abre a fuerzas que no
conoce, y que no son todas buenas. No se sabe lo que puede entrar en el ser
humano ni a quien le abre.
El “Reiki”
se transmite por seminarios de iniciación, al contrario de los dones del
Espíritu Santo que no se transmiten de una persona a otra, sino que se reciben
como un don gratuito de Dios. Lo que actúa en el “Reiki”
no es el Espíritu Santo, son entidades demoníacas. Esto se advierte por
los efectos que produce. De hecho, el iniciado se pone en estado de médium,
para recibir el “Reiki” y transmitir este
mismo estado de conciencia a otro. Es en este estado de médium que uno se
vuelve receptivo a las entidades del mundo oculto.
Los exorcistas de la Iglesia
afirman que ya en la primera iniciación, el espíritu del mal entra en la
persona. El practicante de “Reiki” termina
abriéndose a los llamados “maestros guías” o
“espíritus guías”, que son voces interiores
que le hablan. Nos preguntamos: ¿Quiénes son estos “espíritus-guías”,
estos “maestros” a los que se someten
los practicantes de “Reiki”? Si no son
Jesucristo, ni Dios, ni el Espíritu Santo, entonces ¿quiénes son? La Biblia
habla de estas fuerzas que dirigen el universo, y que Jesucristo despojó de su
poder de muerte (Col 2.15).
El “Reiki”
es panteísta, enseña que el hombre es una simple emanación de la “energía divina cósmica”, y que le basta con tomar conciencia de la misma
para tener poderes divinos: ¿No es la misma tentación de la serpiente, “Serán como dioses”?
El “Reiki”
cree en la reencarnación, o sea, no importa lo que haces con tu vida ya
que tendrás otras. Es incompatible con la Palabra de Dios, que al igual que la
filosofía, enseña que cada persona, cuerpo y alma, es única e irrepetible, y
que se muere una sola vez, después hay un juicio (Heb 9, 27), somos
responsables de lo que hacemos con nuestra vida.
El “Reiki”,
como otras prácticas de la Nueva Era, descarta el cristianismo como
culpabilizante e intolerante. Consideran a Jesús simplemente como una de las
múltiples reencarnaciones de un gran “maestro” que
ellos conocen por medio de videntes y otras comunicaciones ocultas…
El “Reiki”
pretende sanar todos los niveles del ser, físico, mental y espiritual.
¿Sana realmente? Aparte del hecho de que la sugestión producida en el psiquismo
de los enfermos puede iniciar un proceso de auto-sanación, que no tiene nada
que ver con las explicaciones cosmológicas que hacen, puede también haber una
mejora temporal de salud, pero rápidamente aparecen síntomas, los mismos que
suelen ocurrir en las prácticas ocultas o espiritismo, y otras enfermedades
físicas o psíquicas.
LOS NIVELES DE REIKI
LOS NIVELES DE REIKI
Salir del “Reiki”, como de todos los ocultismos, es difícil
y largo, porque las “fuerzas del mal” -demonios- ¡no te dejan escapar fácilmente! Los
practicantes de “Reiki” normalmente se
apuntan por primera vez a un cursillo, por un precio pequeño, le llaman “nivel 1” de “Reiki”. Se
trata de poner las manos por el cuerpo, siguiendo un orden determinado, el
orden de los “chakras” por un tiempo
determinado. Esta práctica es aparentemente inocua, y entonces se debe cursar
el “nivel 2”.
En este nivel se enseña a “reforzar” el
“Reiki” mediante unos signos que hacen
efecto de “interruptor”, o sea, abren o
cierran el ritual, con intención de saltar la barrera del espacio-tiempo. Estos
signos tienen nombres japoneses, o sea, son directamente una invocación a
entidades desconocidas. Se pueden explicar como invocaciones mágicas. Con el
segundo nivel de “Reiki” empiezan las
prácticas meditativas. Se medita con los símbolos japoneses, se los coloca en
la casa, se “proyectan” encima de las
personas, se opera con ellos bajo una influencia desconocida.
En el tercer nivel de “Reiki”, el nivel de “maestría”,
uno ya es capaz de contactar con los “maestros-guías” e iniciar a otros. En este nivel el practicante
de “Reiki” ya “canaliza”
entidades “superiores” que son los hipotéticos agentes de la sanación.
Se empieza a trabajar con velas, incienso, piedras y se estudia la filosofía
del Uno Todo, la “unidad de la persona” con la “energía
cósmica”, se debe meditar cerca
de 20 minutos diarios, repitiendo un “mantra” en
ese idioma, aunque no se entienda, llamando a alguien para que “entre y actúe en mi cuerpo o el de un semejante”.
En este punto son comunes los
fenómenos de opresión, aparición de experiencias o fenómenos extrasensoriales, “oír voces en la cabeza” o pensar que uno ya ha contactado con el “Yo Superior” o
“Guía interno” que le llevará a ser, directamente, más que humano, como en
todas las “escuelas” de corte ocultista.
Los niveles de adicción son
altos, comunes la “sensación de opresión” y el “oír voces” –supuestamente del “guía
interno”– que resuelven dudas,
aclaran problemas, etc. La inestabilidad psicológica y la pérdida de la
integridad del “yo”, la imposibilidad de
vivir normalmente sin necesidad de “canalizar” a
estas entidades. Además se constata en las “sesiones”
las “presencias”, fenómenos luminosos
–“orbs”– u otros efectos de tipo paranormal.
El “Reiki” abre la puerta a la influencia
diabólica que puede dar lugar a posesión.
Es necesario un estudio médico
y teológico profundo para desentrañar la falsedad de esas sanaciones y de los
males reales que produce, de los que existen múltiples testimonios.
Secretaría RIES
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