viernes, 9 de marzo de 2018

¿POR QUÉ LO DEFECTUOSO ES MEJOR? POR CINDY JACOBS



Algunos años atrás, cuando John y yo estábamos de novios, llegó el momento en que empezamos a pensar en casarnos y soñábamos en construir una vida juntos.
Estábamos parados afuera de una joyería, observando su vitrina y admirando los varios cortes y tamaños de los diamantes de los anillos de compromiso antes de entrar. Yo señalé algunos que me gustaron y se encontraban en el lado opuesto a los que John estaba apuntando.
Finalmente, John dejó de insinuarse y me preguntó directamente. “¿Cuáles te gustan más – los diamantes de medio quilate o los de un quilate? Yo pienso que los de un quilate son muy grandes”
No era un buen momento para una indecisión de mi parte. “Definitivamente me gustan más los de un quilate” dije.
Cuando entramos a la tienda y después de haber preguntado el costo de los anillos de un quilate, puedo decir que John estaba desanimado. El costo era mucho más de lo que él había presupuestado. Me di cuenta que había dicho mucho más de lo necesario sobre mis preferencias. En ese mismo momento, le dije que amaría cualquier anillo que me diera y le sugerí que no viéramos más diamantes juntos. Que realmente prefería que él me sorprendiera.
Esa noche, John tomó una decisión.
No iba a desistir de darme un anillo de diamante de un quilate, e inmediatamente construyó un plan para alcanzar esto. Ahora, él pudo haber tomado una alternativa más barata como una circona cúbica, que es una piedra sintética artificial creada para reemplazar al diamante. Con el tiempo, sin embargo, estos se muestran por lo que son.
Aunque en su superficie aparecen sin defectos, con el tiempo su falta de autenticidad se nota. Debido a que carecen de la dureza de un diamante real, se rayan fácilmente y su brillo desaparece. John estaba decidido. El me conseguiría algo auténtico y genuino, sin importar el costo.
Después de meses de sacrificio guardando dinero de muchas formas, incluyendo comer una dieta simple que consistía en su mayoría de papas, el momento llegó. El me propuso matrimonio en mi cumpleaños — probablemente porque no le quedaba dinero para mi regalo de cumpleaños. El estaba tan emocionado en darme el anillo, y yo estaba totalmente ¡asombrada! Más tarde fuimos a su apartamento, donde me enseñó la tasación del diamante. El documento certificado especificaba los quilates del diamante, corte, color y claridad.
Era oficial. De hecho, tenía un diamante auténtico, pero el hecho de que fuera genuino no significaba que estuviera libre de imperfecciones. En realidad, era lo opuesto. Es extremadamente raro que un diamante genuino se clasifique como impecable. La mayoría de diamantes tienen al menos alguna imperfección, y estas imperfecciones realmente le dan autenticidad a la piedra. John me mostró las imperfecciones visibles del diamante, que aparecen como sombras de carbón cerca de la punta de la piedra.
Esto debería ser una Buena noticia para todos nosotros. Para ser auténtico o genuino, no debemos ser perfectos! Nuestras imperfecciones realmente nos hacen auténticos. De hecho, si nos mostramos sin imperfecciones, entonces realmente nos estamos declarando como falsos.
Tú te puedes presentarte a otros como perfecto y proyectar una versión editada de si mismo al mundo. Con las redes sociales al alcance de todos, es tentador, y muchos escogen ir por esa ruta. Pero no eres sabio al tomar ese camino.
Nadie es perfecto, excepto Dios – así que toma un gran suspiro, relájate y deja que Él sea quien llene los vacíos de tu vida. Donde tú te sientes inadecuado, Él es más que capaz. Cuando a ti te falta, Él es más que suficiente. Mientras tú peleas por lograr el equilibrio, Su gracia es tan segura como la salida del sol. Él es más que fiel para revelarse a través de tus imperfecciones, así que no hay necesidad de esconderlas.
Él le dijo al apóstol Pablo, “Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:9). En ese mismo verso, Pablo sigue diciendo, “Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo”.
La fe auténtica no busca cubrir todas las imperfecciones y debilidades. En lugar de ello, entiende que nuestras imperfecciones son los lugares que Dios escoge para revelarse en y a través de nosotros.
Así que para de esconder al verdadero tú del mundo. Ten el coraje de ser tú mismo. En un mundo lleno de personajes que cuidadosamente construyen una imagen, deja caer la fachada, confiando en que tu valor real no está en que los demás te vean perfecto, sino que vean la gracia de Dios revelada en tus imperfecciones.
Cindy Jacobs es una reconocida conferencista, maestra de la palabra y profeta internacional. Su ministerio es de inspiración e impacto en muchas naciones. Traducido por avanzapormas.com Fuente original: messengerinternational.org/blog/lisa-devotional/why-flawed-is-better.
Por Cindy Jacobs

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