El primer encuentro del Papa Francisco en la tierra del Padre Pío fue
con los fieles en la plaza principal, a quienes recordó en líneas generales la
figura del santo, un fraile que “asombró al mundo”.
“Este humilde hermano capuchino ha asombrado al
mundo con una vida dedicada a la oración y a la escucha paciente de sus
hermanos, sobre cuyos sufrimientos derramaba como bálsamo la caridad de
Cristo”, explicó el Papa.
Francisco reconoció su alegría por estar presente y recordó que allí fue
donde el Padre Pío “nació e inició su larga y
fecunda vida humana y espiritual”. Ahí “aprendió
a rezar y a reconocer en los pobres la carne del Señor, hasta que creció en el
seguimiento de Cristo y solicitó ser admitido entre los Frailes Menores
Capuchinos”.
Francisco añadió que también fue allí donde “comenzó
a experimentar la maternidad de la Iglesia, de la cual fue siempre hijo
devoto”.
Aludió también a un periodo difícil para el santo en el que “fue fuertemente atormentado en su interior y temía caer
en el pecado, sintiéndose atacado por el demonio”.
“¿Vosotros sabéis que el demonio existe?”, preguntó a los fieles que respondieron con un “¡sí!”.
"El demonio se mete dentro de nosotros, nos mueve, nos atormenta, nos
engaña", añadió.
“El Padre Pío se sumergió de lleno en la oración
para adherirse cada vez mejor a los diseños divinos” y “a través de la celebración de la Santa
Misa, que constituía el corazón de cada jornada suya y la plenitud de su
espiritualidad, alcanzó un elevado nivel de unión con el Señor”.
Además, destacó como en ese mismo periodo “recibió
de los alto dones místicos especiales, que precedieron en sus carnes a los
signos de la pasión de Cristo”.
El Papa también remarcó que “siguiendo su heroico ejemplo y sus virtudes
podéis convertiros también vosotros en instrumentos del amor de Jesús hacia los
más débiles”.
“Al mismo tiempo, considerando su incondicionada fidelidad a la Iglesia,
debéis dar testimonio de comunión, porque solo la comunión edifica y
construye”.
El Pontífice deseó que "este territorio
pueda traer una nueva vida de enseñanzas de vida del Padre Pío en un momento no
fácil como el presente, mientras la población decrece progresivamente y
envejece porque muchos jóvenes son obligados a irse a otras zonas a buscar
trabajo”.
"Un territorio que se pelea todos los días
asusta a la gente, está enfermo y triste. Una tierra en la que todos se quieren
más o menos bien y no desean el mal, crece, se hace grande y fuerte”. Por tanto, “por favor, no perdáis tiempo en
pelear entre vosotros. Esto no hace crecer, no hace caminar”, improvisó.
Además, deseó que “no falte una atención
solícita y cargada de ternura a los ancianos, patrimonio incomparable de
nuestras comunidades”.
“Animo a esta tierra a custodiar como un tesoro
precioso el testimonio cristiano y sacerdotal de San Pío de Pieltrecina: que
ella sea para cada uno de vosotros un estímulo para vivir en plenitud vuestra
existencia, en el estilo de las bienaventuranzas y con las obras de
misericordia”, concluyó.
Redacción ACI
Prensa
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