¿Por qué EEUU,
Canadá, Dinamarca, Islandia, Irlanda o Suiza son los países que registran
mayores suicidios?
El suicidio es la primera
causa de muerte no natural en España, y otro tanto sucede en algunos de los
países más avanzados del mundo. En Estados Unidos, por ejemplo, cada año se
registran más muertes por suicidio que por accidentes de tráfico.
Además, el riesgo de suicidio
en todo el mundo es mucho mayor en los hombres que en las mujeres, hasta el
punto de que ellos tienen el triple de riesgo de
suicidarse que las mujeres, como informábamos el pasado 24 de
febrero.
En relación a los más jóvenes,
a nivel mundial, el suicidio es la
segunda causa principal de muerte en el grupo de 15 a 29 años de edad,
según advertía en 2014 la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su estudio “Prevención del suicidio. Un imperativo global”. En ese
sentido, los expertos apuntan a unas redes
familiares fuertes y capacidad para asimilar la frustración, como claves
para su prevención.
EN LOS PAÍSES MÁS FELICES, MÁS SUICIDIOS
Sin embargo, una de las
cuestiones que llama más la atención sobre el suicidio, por lo que tiene de
paradójico, es que en los países más
felices se registran mayores tasas de suicidio.
Así lo constataban las
conclusiones de un documento de investigación publicado en 2011 y titulado “Dark Contrasts: The Paradox of High Rates of Suicide in Happy Places”
(“Contrastes oscuros: La paradoja de
las altas tasas de suicidio en lugares felices”). El estudio fue
elaborado conjuntamente por investigadores de la Universidad de Warwick, en
Reino Unido; el Hamilton
College, de Estados Unidos; y la Universidad de San Francisco.
En la elaboración del informe,
los científicos responsables del mismo pretendían documentar y analizar las
causas de esta paradójica relación
entre felicidad y suicidio, entendiendo por felicidad aspectos como
tener suficiente dinero para hacer y comprar lo que deseas: una casa agradable,
comida, ropa, coche, ocio; y todo ello dentro de lo razonable. Además de tener
una vida saludable, libre de dolor y capacidad para cuidar de uno mismo.
Para ello, contrastaron las
primeras posiciones del ranking de los 10 países más felices del mundo,
elaborado por la revista
Forbes, con las tasas de suicidios de esos mismos países. Esos 10
países eran en aquel año, por este orden, Noruega, en primera posición, seguido
de Dinamarca, Finlandia, Australia, Nueva Zelanda, Suecia, Canadá, Suiza,
Países Bajos y Estados Unidos.
La lista estaba basada a su
vez en un estudio que elabora el Instituto
Legatum de Londres, calificada como “Índice
de Prosperidad”, que amplía la clasificación hasta un total de 110
países.
Así, las conclusiones del
estudio determinaron que países europeos que aparecían en ese decálogo la
felicidad, o en los siguientes primeros puestos, como Dinamarca, Islandia,
Irlanda y Suiza, así como Estados Unidos o Canadá, eran al mismo tiempo los que
mostraban una mayor tasa de suicidios.
LAS CAUSAS DE UNA PARADOJA
Las causas de esta paradójica
situación, según los autores de la investigación, tienen que ver con el nivel de felicidad de los demás en
relación al de los suicidas, normalmente con un bajo nivel de autoestima.
Así, el nivel de felicidad de
los demás sería un factor de riesgo de suicidio porque las personas
descontentas que viven en lugares donde el resto de individuos son felices
tienden a juzgar su propio bienestar en comparación con el de las personas que
les rodean.
“Las personas descontentas pueden sentirse particularmente
hastiadas de la vida en lugares felices. Estos contrastes pueden incrementar el
riesgo de suicidio”, aseguraba entonces el profesor Andrew Oswald, de la Universidad de
Warwick y responsable de la investigación.
“Si los seres
humanos estamos expuestos a los cambios de humor, las comparaciones con los
demás pueden hacer más tolerable nuestra existencia en un ambiente donde otros
son completamente infelices” añadía.
Estas conclusiones echaban por
tierra otras que, hasta entonces, atribuían el índice de suicidios en países
nórdicos a las características particulares del propio país, como por ejemplo,
las escasas horas de luz solar en invierno.
También se había apuntado a
las diferencias culturales y a las actitudes sociales en relación con la felicidad
y el modo de concebir la vida.
Como afirmaba Stephen Wu, del
Hamilton College: “Los resultados obtenidos son
consistentes con los de otra investigación que demostró que la gente evalúa su
propio bienestar a partir de las comparaciones con las personas que les rodean.
Este tipo de efectos comparativos también han sido constatados en referencia a
ingresos, desempleo, delincuencia y obesidad”.
EL CONTRASTE ENTRE HAWÁI Y NUEVA YORK
Los investigadores planteaban
en el estudio que en aquellas ciudades donde viven personas satisfechas con sus
vidas tienden a tener mayores tasas de suicidio que aquellas con niveles de
satisfacción medio-bajo en cuanto a calidad de vida. Y ponían el ejemplo del
contraste estadounidense entre Hawái y Nueva York.
Según sus datos, Hawái sería el estado estadounidense
que registra niveles de felicidad más altos entre sus habitantes (segunda
posición), y en cambio, es el quinto -de un total de 50 estados- en número de
suicidios.
Por su parte, Nueva York, situado a la cola de los
estados con mayor satisfacción de vida –posición 45- registra la menor tasa de
suicidio del país, justo por detrás del Distrito de Columbia.
Para llevar a cabo esta
comparativa, los investigadores crearon dos bases de datos con las que
recopilaron, por un lado, información a nivel individual facilitada por 1,3
millones de estadounidenses, y por otro, las decisiones de suicidio entre una
muestra independiente y aleatoria en la que participaron alrededor de un millón
de ciudadanos de los Estados Unidos. Asimismo, analizaron datos microeconómicos
sobre el bienestar y el suicidio.
A modo de conclusión, los
autores del estudio señalaban que “los seres humanos pueden construir sus normas
mediante la observación del comportamiento y los resultados de otras personas,
y tienden a juzgar su propia situación con menos dureza cuando ven a otras
personas con resultados similares a los suyos”.
LA ALTITUD GEOGRÁFICA, OTRO FACTOR DE RIESGO
Por otra parte, un análisis de
datos sobre mortalidad realizado anteriormente en 2.584 condados de Estados
Unidos, datos que fueron recopilados durante 20 años por especialistas de
diversos centros médicos del país, reveló que vivir en altas altitudes puede
ser un factor de riesgo de suicidio.
Según los autores de la
investigación, la causa por la que las personas que viven en zonas de altitudes
altas, es decir, en lugares de cierta altitud geográfica (altas montañas,
etc.), se suicidan más que las que viven en otras regiones sigue siendo aún
desconocida.
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